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Nunca habrá un método mejor para conservar frutas y verduras que
hacer las compras de forma planificada: pensar qué vamos a comer y qué
ingredientes necesitamos para cocinarlo. Pero nunca falta la cena
espontánea con amigos entre semana y otro tipo de invitaciones que echan
por la borda nuestra organización semanal. Por eso, te pasamos estos
tips para que le otorgues dos o tres días más de vida a esos vegetales
que quedaron olvidados en la heladera.
1. No siempre hace falta frío. Aunque la mayoría de las frutas y verduras necesitan refrigeración, hay otras que se mantienen mejor en un lugar fresco, seco y oscuro. Este es el caso de cebollas, papas, ajos y tomates. Lo ideal sería guardarlos en algún recipiente con tapa y agujeritos o rejillas para que se ventilen pero no reciban la luz directa.
2. No mezclar. Cada vegetal tiene su propio proceso de maduración, por lo que mezclar unos con otros puede provocar que las que maduran más rápido echen a perder las otras. No solo hay que guardar cada fruta/verdura por separado, sino retirar aquellas unidades que se hayan arruinado para evitar que contaminen a las demás.
3. Tapa, tapita, tapón. Si usás la mitad de un morrón, o de cualquier otro vegetal, asegurate de cubrir la parte que queda al contacto con el oxígeno. Podés utilizar papel film, aluminio, tuppers pequeños o cualquier elemento que tengas a mano.
4. Mejor no lavarlas. El contacto con el agua acelera el proceso de descomposición de frutas y verduras, por lo que es mejor guardarlas en la heladera así como vienen de la verdulería. Si tienen mucha tierra, podés optar por sacudirlas o pasarles un paño seco.
5. Al freezer. Si te das cuenta a tiempo que no vas a comer ni la mitad de los vegetales que compraste, es hora de enfrentar el freezer. En el caso de las verduras, escaldalas durante unos 30 segundos en agua hirviendo y luego guardalas en bolsas aptas. La fruta, en cambio, se puede congelar entera o pelada y cortada.
1. No siempre hace falta frío. Aunque la mayoría de las frutas y verduras necesitan refrigeración, hay otras que se mantienen mejor en un lugar fresco, seco y oscuro. Este es el caso de cebollas, papas, ajos y tomates. Lo ideal sería guardarlos en algún recipiente con tapa y agujeritos o rejillas para que se ventilen pero no reciban la luz directa.
2. No mezclar. Cada vegetal tiene su propio proceso de maduración, por lo que mezclar unos con otros puede provocar que las que maduran más rápido echen a perder las otras. No solo hay que guardar cada fruta/verdura por separado, sino retirar aquellas unidades que se hayan arruinado para evitar que contaminen a las demás.
3. Tapa, tapita, tapón. Si usás la mitad de un morrón, o de cualquier otro vegetal, asegurate de cubrir la parte que queda al contacto con el oxígeno. Podés utilizar papel film, aluminio, tuppers pequeños o cualquier elemento que tengas a mano.
4. Mejor no lavarlas. El contacto con el agua acelera el proceso de descomposición de frutas y verduras, por lo que es mejor guardarlas en la heladera así como vienen de la verdulería. Si tienen mucha tierra, podés optar por sacudirlas o pasarles un paño seco.
5. Al freezer. Si te das cuenta a tiempo que no vas a comer ni la mitad de los vegetales que compraste, es hora de enfrentar el freezer. En el caso de las verduras, escaldalas durante unos 30 segundos en agua hirviendo y luego guardalas en bolsas aptas. La fruta, en cambio, se puede congelar entera o pelada y cortada.
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