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Con
tantas marcas, varietales, colores, precios y procedencias, comprar un
vino puede resultar un martirio chino. En este post analizamos 10 puntos
a tener en cuenta para que no te metan el perro.
1. Lo primero es saber para qué ocasión estoy comprando el vino. Si es para tomarlo con amigos en una picada, para quedar bien con mi jefe, para un asado con los compañeros de fútbol o simplemente para acompañar la comida de todos los días. Actualmente los supermercados tienen una gran variedad, en donde, como señala el marketing, en las dos primeras góndolas comenzando desde abajo encontrarás vinos de hasta 40 pesos que no fallan. En la góndola que se encuentra a la altura de los ojos encontrarás ejemplares más exclusivos. Si la ocasión es especial mejor invertir tu tiempo (y tu plata) en una vinoteca.
2. Las técnicas de guarda son muy importantes. Por eso si una botella está expuesta a la luz (sea de artificial o solar) corres el riesgo de que el vino esté oxidado. Es mejor pedir que te saquen una botella de la caja o escoger las que están atrás de la góndola por sobre las primeras que sufren mayor exposición de luz. Igual suerte pueden correr las expuestas en la vidriera, así que salí corriendo si te quieren encajar una de esas.
3. Los vinos mueren de pie. Otro punto a tener en cuenta es que si una botella se encuentra en posición vertical durante mucho tiempo, su corcho al no haber entrado en contacto con el vino pudo haberse resecado y dejar filtrar aire. Esto dará como resultado un vino avinagrado. Es aconsejable pedir que te lo saquen de la cava climatizada.
Un buen punto a tener en cuenta es ver donde se ubica el polvo en la botella; si está en los hombros es probable que se trate de una botella que permaneció mucho tiempo de pie.
4. Si el corcho sobresale y está abultando la cápsula, ni se te ocurra llevar esa botella. Tampoco elijas una botella en donde el nivel del líquido sea inferior al normal (3 cm del cuello de la botella).
5. La etiqueta. Otro elemento a tener en cuenta para que no te vendan gato por liebre. Si la etiqueta está rota o dañada puede ser sinónimo de que la botella fue maltratrada, y si está descolorida es indicio de haber sufrido exposición al calor o a la luz.
6. No estar tan atento a la indicación de la contra etiqueta. Siempre contienen palabras exuberantes que intentan venderte lo mejor del vino. No es cuestión de no llevarles el apunte, ya que a veces pueden servirnos para guiarnos sobre lo que estamos llevando, pero lo mejor sale de la experiencia, de probar y probar hasta que encuentres lo que te gusta.
7. Animate a cambiar. El Malbec garpa y es una fija para no fallar, pero no es lo único que existe. Probá nuevos varietales. Dejá de lado los prejuicios de que los blends (elaborados con dos o más cepas) no son buenos.
8. Mientras más caro, mejor. Absolutamente falso. Claro que la excelencia tiene un precio, pero no existe una relación directamente proporcional entre el precio y la calidad en una botella de vino. Seguramente muchas etiquetas pueden sorprenderte disfrutando el doble y pagando la mitad.
9. Asesorate y Googlea. La revolución tecnológica nos pone al alcance de la mano toda la información que queramos. Investigá antes de hacer una compra salada. Existen aplicaciones para el teléfono móvil que te pueden ayudar a decidir. Otra buena opción es asesorarte en la vinoteca con el sommelier o su dueño.
10. Cuando la limosna es grande... Tené cuidado con las ofertas. A veces los supermercados para deshacerse de una gran cantidad de vinos ponen ofertas irresistibles y en tu afán de aprovechar esa ganga te clavan una (o más) botellas en mal estado. En todo caso, tené en cuenta lo que explicamos antes.
Fuente: http://www.lagaceta.com.ar/blogs/alquimiavinos/593965/lo-hay-tener-cuenta-al-momento-comprar-vino.html
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