ARGENTINA 5 lugares para disfrutar gastronomía de cocineras argentinas

Carta de Vinos , cual elegir? por la Gran Diosa Agustina de Alba.


Ya no se elige un restaurante sólo por sus platos. Cada día más gente decide adónde ir a comer también según su carta de vinos. Agustina de Alba (dos veces consagrada la mejor Sommelier de la Argentina), que se suma ahora al equipo de Oleo Dixit, nos cuenta cuáles son las cartas de vinos que no podés dejar de conocer en Buenos Aires. Cartas de hoteles, restaurantes, un wine bar, un bistró y algo más. 


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Las cartas de vinos son, para mí, parte del alma de un lugar: así como existen restaurantes con diferentes tipos de comida (italiana, francesa, de vanguardia, por pasos), lo mismo sucede con las cartas de vinos porque tiene que existir una armonía con los platos.

De la misma forma que elegimos tal o cual restaurante por su especialidad, también podemos elegirlos por su carta de vinos.

Algunos restós se especializan en vinos por copa, en vinos de autor o tienen una gran cava donde se pueden encontrar añadas especiales, pero la selección también se hace en base a la comida, a la propuesta del lugar.



EL SECRETO ESTÁ EN LA DIVERSIDAD

La figura del sommelier es fundamental para el armado de una carta porque no sólo es la persona que más sabe de vinos en un restaurante sino que es también quien visita a las bodegas y conoce a los productores y a los enólogos.

Así como cada chef arma su carta, cada sommelier arma la suya con estilo propio. Hay cartas muy cortitas de tan solo 30/40 etiquetas, hay cartas larguísimas de 800 etiquetas –como las de los hoteles top de Buenos Aires– , cartas donde predominan las bodegas clásicas, cartas solamente de vinos de autor, cartas con vinos de afuera…

Lo más lindo de todo esto es encontrar diversidad y dar la chance al comensal de descubrir nuevas opciones. Creo que, justamente, en la diversidad está lo apasionante del mundo de los vinos.

Les cuento una anécdota: en uno de mis últimos viajes, llegué a Londres cerca de la medianoche. Ya en migraciones, la oficial comenzó con sus miles de preguntas: “¿A qué se debe tu visita?”. A querer probar muchos vinos –pensaba yo–, pero obviamente respondí: “Tourism”.

Siguiente pregunta: “¿por qué hay tantos sellos en su pasaporte de entrada y salida del Reino Unido en los últimos años?”. Era complicado responderle que para poder vivir y trabajar en Inglaterra había tenido que entrar y salir muchas veces, así que, otra vez, simplifiqué la respuesta con “Tourism”.

Siguiente pregunta: “¿A qué te dedicás?”. Y  ahí respondí sin vueltas: “soy sommelier”. Me contestó con un “Somme… what?”, que aclaré con lo que se me ocurrió en el momento: “Sommelier, Wine Specialist”.

Siguió preguntando: “¿Cuál es tu vino preferido?”. Y ahí se me complicó: no podía responder “tourism” ni nada obvio, así que fui honesta y dije: “no lo sé, no puedo elegir uno; me gustan muchos y cada vez descubro más, y me gustan más”. Pero la oficial insistió con la misma pregunta, y lo que me salió espontáneamente fue preguntarle si tenía hijos. Respondió que sí. “Si yo le pregunto cuál es su hijo preferido, ¿podría responderme?”, le dije. E instantáneamente me dijo que no. “A mí me pasa lo mismo con los vinos”. Me miró, se sonrió, puso el sello en mi pasaporte, y me dejó pasar.

Creo que esta anécdota refleja muy bien lo que quiero transmitir con la variedad de las cartas de vinos: cada vez hay más restaurantes, más vinos, cada vez somos más sommeliers y, consecuentemente, se hace difícil elegir porque hay muchas y excelente opciones.

Aquí les paso una breve selección de mis cartas recomendadas que tienen, para mí, algo especial y las hace únicas.



CARTA DE HOTEL DE LUJO: FAENA HOTEL
(CREADA POR VALERIA MORTARA)
Esta es una carta que es un placer el solo leerla: invita a sentarse, tomarse un tiempo –quizás con un aperitivo en mano– y viajar alrededor de sus casi 60 páginas. Lo que me llamó mucho la atención fue su gran selección de Champagnes (Möet Chandon, Louis Roederer, Perrier Jouët, Krug, Pommery, entre otros), algo de gran escasez en nuestro país. Así que si la ocasión es un aniversario o un festejo muy especial, que amerita gastar bastante más, el Faena Hotel es una gran opción. Otro punto que me sorprendió fue su variedad de botella magnum (1,5 lt), ideal para compartir si se va en grupo.


CARTA DE RESTO DE HOTEL BOUTIQUE: HG RESTAURANT, HOTEL FIERRO
(CREADA POR ANDRÉS ROSBERG)
El afamado HG es un restó divino, súper tranquilo, ideal de día o de noche, sea para almuerzo, cena o brunch. Tiene un jardín hermoso escondido detrás y es muy acogedor. Se puede comer a la carta u optar por el menú degustación, y su carta de vinos se adapta perfectamente a todos estos momentos. Completa, jugosa, con clásicos, rarezas, grandes vinos, vinos para todos los días. Es una de esas cartas donde cualquiera que lo visita se siente cómodo y a gusto, porque hay para todos los gustos y bolsillos. Algo que me sorprendió fue la variedad de variedades, valga la redundancia, saliendo de las clásicas: se puede optar por Moscatel, Pinot Gris, Tocai , Sangiovese, Barbarera, entre otras poco conocidas.


CARTA DE RESTO TOP: TEGUI
(CREADA POR MARTIN BRUNO)
Recuerdo cuando Tegui abrió sus puertas, yo recién volvía a vivir al país y fui con mi papá. Yo tenía 22 años y creo que fue la primera vez que probé un menú degustación, estaba feliz con la experiencia. Tiempo después, obtuvo el noveno lugar en el ranking de San Pellegrino, ubicándose en el mejor puesto para la Argentina. La carta de vinos -no muy larga pero muy completa-, a diferencia de la mayoría que son clasificadas por variedades (sauvignon blanc, chardonnay, malbec), está clasificada por estilos de vinos: blancos, intensos y de gran volumen, blancos aromáticos, tintos ligeros y elegantes, etc. Los precios son más que razonables y hay casi 20 opciones por copa, que incluyen, espumantes, blancos, tintos, porto, grapa, etc.


CARTA DE WINE BAR: BAR DU MARCHE
(CREADA POR JUAN PABLO VILLAR)
Si querés probar vinos por copa, de acá y de allá (Argentina, Chile, Francia, Estados Unidos y más), éste es el lugar ideal. Se puede cenar, almorzar o tomar un rico aperitivo (tiene una selección de quesos y charcuterie increíble). Bar du Marché ofrece más de 50 vinos por copa de todo el mundo en cuatro tamaños: copa degustación, copa normal, decanter chico (copa y media), decanter medio (media botella) o también la posibilidad de optar por la degustación de quesos y vinos elegidos por el sommelier.


CARTA DE BAR: LEITMOTIV
(CREADA POR GUILLE CARNEVALI)
Si hay algo que me llamó la atención cuando visité por primera vez este bar fueron tres cosas: por un lado, la historia (un grupo de amigos que cumplió su sueño y se puso un bar… ¿quién no soñó con eso alguna vez?); por otro, su carta de cócteles diseñada por Chula Barmaid -de la barra de The Harrison Speakeasy-, con precios accesibles; y por último, y lo que más me sorprendió, fue su carta de vinos. Compacta y completa, ideal para la propuesta gastronómica: tapeos, sándwiches, ensaladas, principales y postres.


BONUS TRACK
CARTA DE BISTRO: LAS PIZARRAS
(CREADA POR RODRIGO CASTILLA Y SU SOMMELIER)
Si hay algo que me gusta de Las Pizarras, además de su comida riquísima y sus precios súper accesibles, son sus pizarras. Con tan solo unos minutos, no importa donde estés sentado, podés ver la propuesta general: las entradas, los principales, los postres, y los vinos todos escritos en las pizarras que cuelgan de la pared y le dan el nombre a este lugar. No hace falta leer menúes…, lo que lo hace una propuesta súper relajada. La selección de vinos está más que buena, acotada y variada, y a precios súper sinceros y lo mejor de todo es que los vinos se renuevan constantemente.


Y MI CARTA, CLARO: ARAMBURU                
En Aramburu -el restó donde trabajo desde hace 3 años como sommelier-, tenemos una propuesta que es una degustación por pasos, que suman entre diez y catorce, dependiendo de la temporada. Dividí la carta de vinos en botella, copas y medias copas (considero que el menú invita a probar más de un vino y mucha gente maneja o bebe poco, así que la media copa es una excelente opción). Mi gran desafío es la propuesta del maridaje, que consiste en una selección de seis a ocho copas de vino para acompañar el menú, pero que es cien por cien sorpresa, ya que nadie sabe lo que va a beber. Hasta hoy, la propuesta maridaje incluye principalmente vinos blancos (no más de un tinto), ya que el menú es fresco, ligero y necesita de de ellos. Por otro lado, me pone contenta mostrar a los comensales la diversidad en vinos y estilos que tenemos en la Argentina, más allá de nuestro amado Malbec.


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Agustina: Soñó con ser bailarina, actriz y recorrer el mundo pero, en un viaje inesperado a los 15 años con su papá, se enamoró del mundo del vino. Fue elegida dos veces Mejor Sommelier de la Argentina. Desde hace un tiempo, decidió quedarse en su ciudad natal, Bs. As., donde es la Head Sommelier de Aramburu Resto, además es docente y escribe para varios medios y en su blog, donde pueden seguir sus historias y anécdotas vínicas.

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