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Desde su apertura a fin de año, este restaurante se llena casi
todos los días gracias a un “boca en boca” que se multiplica en las
redes sociales. En Instagram hay miles de fotos de su capuchino con la
espuma decorada con latte art. ¿Por qué tanto espamento?
Birkin queda a dos cuadras del Boulevard Cerviño, en Palermo, donde
atrae con una propuesta emparentada con la de Voulez Bar, casi una
institución en la zona: es decir, un cafecito cool, con comida liviana y
una onda décontracté. Llegan hipsters con lentes de marco ancho,
freelancers con sus Mac, señoras charletas, oficinistas de la zona y
padres jóvenes con hijos en cochecito que lloran poco. Ojo: algunas
mesas están demasiado juntas. Pero a nadie parece importarle.
Su café, en tanto, se posiciona como uno de los más destacados de la ciudad, prolijamente servido con dibujos en su espuma (técnica conocida como latte art). No es Illy, ni Nespresso, ni Lavazza. A partir de un blend colombiano propio y con dos baristas entrenados (todo el personal de Birkin recibe capacitación en café), todas las variedades salen equilibradas y a temperatura perfecta. De hecho, para decorar la leche espumada, ésta no puede superar los 80 grados. En definitiva: no cualquiera puede preparar cafés como los Macchiatos ($22), los Cappuccinos ($24) o los Lattes ($26) de Birkin. Compará los precios con los de cualquier cafetería cualunque de Buenos Aires y verás que la relación precio calidad es impecable.
TAMBIÉN SE COME
La historia de Birkin, cuyo nombre homenajea a la actriz y cantante Jane Birkin (obvio), es también la de Lucila Zeballos, una licenciada en marketing que en febrero del año pasado, mientras vacacionaba en Punta del Este, se enteró de que la empresa para la cual trabajaba cerraba sus puertas. Libre y desempleada, se la jugó por su bebida favorita: el café. Hacía tiempo que era habitué de casas especializadas como Coffee Town y Lattente, pero ahora se acercó como aprendiz, a tomar cursos de barista. Viajó a Nueva York a buscar ideas y eso se ve reflejado en al estética neoyorquina del lugar.
Luego, con la colaboración de Rodrigo Sieiro (chef de de Aldo’s y de Casa Cruz), armó una carta que cuenta con productos difíciles de encontrar en otras cafeterías, como su sándwich de carrillera braseada en pan de campo (provisto por L’Epi) o el de langostinos, palta, ralladura de limón, jengibre, tomates, cilantro y maní. Los precios de los sándwiches van de 60 a 82 pesos, y los de las ensaladas (probá la que tiene orechiette, langostinos y olivas negras) entre 67 y 80.
El menú de mediodía ($80) varía semanalmente e incluye plato + bebida + postre o café. Hay buenas ofertas de vinos por copa (el mes pasado, por ejemplo, tenían un acuerdo con las etiquetas de Manos Negras).
Birkin queda en República Árabe de Siria 3061, Palermo Botánico / T. 4843-7470. Abre de martes a viernes, de 9 a 21 horas. Sábado y domingo, de las 10 a 21 horas.
Su café, en tanto, se posiciona como uno de los más destacados de la ciudad, prolijamente servido con dibujos en su espuma (técnica conocida como latte art). No es Illy, ni Nespresso, ni Lavazza. A partir de un blend colombiano propio y con dos baristas entrenados (todo el personal de Birkin recibe capacitación en café), todas las variedades salen equilibradas y a temperatura perfecta. De hecho, para decorar la leche espumada, ésta no puede superar los 80 grados. En definitiva: no cualquiera puede preparar cafés como los Macchiatos ($22), los Cappuccinos ($24) o los Lattes ($26) de Birkin. Compará los precios con los de cualquier cafetería cualunque de Buenos Aires y verás que la relación precio calidad es impecable.
TAMBIÉN SE COME
La historia de Birkin, cuyo nombre homenajea a la actriz y cantante Jane Birkin (obvio), es también la de Lucila Zeballos, una licenciada en marketing que en febrero del año pasado, mientras vacacionaba en Punta del Este, se enteró de que la empresa para la cual trabajaba cerraba sus puertas. Libre y desempleada, se la jugó por su bebida favorita: el café. Hacía tiempo que era habitué de casas especializadas como Coffee Town y Lattente, pero ahora se acercó como aprendiz, a tomar cursos de barista. Viajó a Nueva York a buscar ideas y eso se ve reflejado en al estética neoyorquina del lugar.
Luego, con la colaboración de Rodrigo Sieiro (chef de de Aldo’s y de Casa Cruz), armó una carta que cuenta con productos difíciles de encontrar en otras cafeterías, como su sándwich de carrillera braseada en pan de campo (provisto por L’Epi) o el de langostinos, palta, ralladura de limón, jengibre, tomates, cilantro y maní. Los precios de los sándwiches van de 60 a 82 pesos, y los de las ensaladas (probá la que tiene orechiette, langostinos y olivas negras) entre 67 y 80.
El menú de mediodía ($80) varía semanalmente e incluye plato + bebida + postre o café. Hay buenas ofertas de vinos por copa (el mes pasado, por ejemplo, tenían un acuerdo con las etiquetas de Manos Negras).
Birkin queda en República Árabe de Siria 3061, Palermo Botánico / T. 4843-7470. Abre de martes a viernes, de 9 a 21 horas. Sábado y domingo, de las 10 a 21 horas.
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