Malvón abrió una sucursal en Palermo Botánico Por Abril Correa Leveratto

Uno de los pioneros de la movida deli en Buenos Aires se extendió en territorio y horario: el nuevo local queda sobre calle Lafinur y, además de sus opciones clásicas, suma variantes interesantes para la cena.


Los hermanos Darío y Hernán Muhafara saben lo que hacen. Diez años atrás abrieron Green Bamboo, hoy un clásico de la cocina vietnamita en Buenos Aires. Hace tres, inauguraron en Villa Crespo –cuando la zona comenzaba a perfilarse como polo gastronómico– el primer local de Malvón, un deli especializado en panadería artesanal, con onda vintage y bohemia. Fue, y es todavía, un éxito absoluto. Basta con pasar por la puerta cualquier fin de semana a la tarde para notar que el espacio de la calle Serrano ya no es suficiente.

Atentos a la demanda, los Muhafara decidieron que era hora de expandir la marca. Así llegó la sucursal Lafinur: a pasos del Boulevard Cerviño, donde antes funcionaba Pizza & Espuma (una pizzería que dejó un precioso regalo: un gran horno de barro), abrió sus puertas a fin de 2013 en una casona antigua, con un lindo patio empedrado al fondo. La propuesta diurna es la misma que la original: sándwiches, pastelería, brunch; todo con acento neoyorkino. La verdadera novedad llega por la noche: crearon una breve carta para la cena, estrenando no solo la franja horaria, sino también la mayoría de los platos.

En general, se trata de una apuesta clásica con algunos toques gourmet, con sabores pensados para el público del barrio, ni muy arriesgado ni muy aburrido. De entrada, se puede pedir el tapeo para compartir ($95), una degustación de todos los starters que incluye langostinos sellados en manteca y especias cajún y provoleta de cabra con cebollas y duraznos caramelizados. Para continuar, hay carnes, pescados, pastas y ensaladas, además de sándwiches (bagel de gravlax de salmón y hamburguesa casera, ambos $72). Recomendadísimo el Tataki de salmón (ensalada de salmón con sésamo apenas sellado, palta, cherries, cebolla morada, melón, rúcula, cilantro, menta y albahaca, $100), que llega en la cocción justa –el salmón cocido por fuera, algo crudo por dentro y tibio–. Al final de la noche, los postres cumplen pero no destacan. Una buena opción es la torta invertida de ciruelas con helado de crema y reducción de vino tinto, que sale del horno, estrella del nuevo local.

ELABORACIÓN IN SITU
Una particularidad de la nueva sucursal es que se convirtió en la sede de producción de todos los panificados, tanto para Lafinur como para Villa Crespo. En parte por el horno de barro –que permite explorar otras variedades de panes– como por el espacio: el Malvón original ya no daba abasto para elaborar todo lo necesario. Se construyó una nueva fábrica, junto a las mesas del patio del flamante local.

TRAGOS EN JARRA
Otro detalle de este Malvón es que es ideal para la tardecita, cuando llega la hora del vermú: además de la oferta de vinos –que tiene como protagonista a la bodega Catena Zapata–, la carta de bebidas incluye varios cocktails y lo mejor de todo: jarras para compartir. Entre dos o tres personas se pueden pedir jarras de Cynar Julep o Garibaldi (Campari con naranja), que rinden dos vueltas, por $120.


Abre lunes y martes de 8 a 20.30 horas, y de miércoles a domingo desde las 8 hasta la medianoche.
Lafinur 3275, Palermo Botánico / T. 4807-1458

Comentarios