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Dîner en Blanc: el picnic que cautiva al mundo


Lo que empezó en París hace 25 años, se convirtió en una tradición que se celebra desde México a Singapur. FINCA LA LINDA te presenta el evento más sofisticado del siglo XXI.
 

Lo clandestino está relacionado con la oscuridad, pero definitivamente no en el caso de Le Dîner en Blanc, un evento que empezó en París hace 25 años y ya se festeja en ciudades de todo el mundo como Berlín, Nueva York y Vancouver. ¿De qué se trata? De una cena anual organizada de boca en boca en la que sus comensales se visten de blanco y se reúnen en las locaciones más famosas de cada ciudad.

La primera Dîner en Blanc fue creada por François Pasquier en 1988, en París, y desde esa ocasión ya se realizó en los lugares más reconocidos de la ciudad como la Pirámide del Louvre, la explanada del Trocadéro, el Palacio de Versalles y los Campos Elíseos, entre otros.

Lo que empezó siendo una reunión de amigos, hoy convoca a miles. No todos los interesados llegan a sentarse en las mesas: para participar, hay que recibir una invitación de alguien que ya haya sido parte o anotarse en una lista de espera. La locación, siempre un espacio público, se define pocos días antes de la cena.

Para que se logre el carácter clandestino del evento, los comensales llegan juntos y se van juntos, en un micro o transporte público. Las reglas son estrictas: toda la vestimenta, manteles y platos deben ser blancos; los hombres se deben sentar de un lado y las mujeres del otro; cada uno debe llevar sus mesas y sillas y todos tienen que retirarse con sus sobras para dejar el lugar tal como estaba antes de su llegada. Este último punto es el que hizo que se mantuviera por tanto tiempo: si bien no tiene permisos oficiales para realizar el evento, en París ya nadie los molesta porque saben que respetan el espacio.

La festividad típica del verano es como un picnic sofisticado, sus participantes se disfrazan con sus mejores vestidos y sombreros de corte aristocrático, pero llegan con canastas y sillas desplegables. En algunos casos, como en Colorado, Estados Unidos, los organizadores ofrecen un menú fijo para todos, algo que no se puede mantener en otras locaciones masivas como en París: en su edición de 2013, se rompieron los récords con una convocatoria de 13.000 personas.
Eso sí, para beber, nada de cerveza o alcoholes duros: sólo vino y champagne. Veremos si los mexicanos logran dejar el tequila en casa cuando se celebre la primera edición sudamericana en octubre, en el DF.

Para festejar sus 25 años de vida, se realizó un documental que está circulando por festivales de todo el mundo. En este link, el trailer.

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