APRENDER ¿Cómo conservar una botella de vino cerrada? ¿Y cuándo ya se abrió la botella?

Puertas cerradas, la nueva gastronomía por Ceci de Palermo

 
 
PALADAR BUENOS AIRES
Paladar tiene encanto con E mayúscula y la propuesta es tan especial que uno se enamora. Se podría decir que el de Pablo e Ivana es un “maridaje celestial”, ya que el destino hizo que estas dos almas se encontraran (son un matrimonio: él es chef y ella es sommelier) y coincidieron para crear esta propuesta de 16 cubiertos, en donde combinan amor por lo que hacen, sencillez y la pericia del conocimiento técnico puestos al servicio del placer de los comensales. Cada uno le pone su toque exquisito a todos los detalles: el servicio impecable, el clima a la luz de las velas y del hogar, los jarrones de cristal para el agua, las copas diferentes para cada sorpresa de las bodegas cuidadosamente elegidas y la selección musical preciosa desde Caetano en español y los fados de Misia hasta el glamour tranqui de Pink Martini. El menú de cinco pasos, que cambia todas las semanas, está concebido con un equilibrio increíble y maridado a la perfección. En esta ocasión mi paso preferido (dentro de una sucesión de un plato mejor que el otro) fue la sopa de tomates, estragón y aceitunas negras con mascarpone y una tostada de focaccia: ¡mmm, sin palabras! Creo que no hace falta abundar en detalles, hay que dejarse maravillar y disponerse a disfrutar de una fiesta para los sentidos única. Baste decir que es una propuesta imperdible en donde la excelencia va de la mano de la calidez, y cuando te despiden en la puerta te llevás de souvenir de esta velada inolvidable una sonrisa de agradecimiento que no se te borra así nomás.

Paladar Buenos Aires restaurante a puertas cerradas



TORO 777
Christian (el anfitrión) y Guillermo (a cargo de la cocina) te reciben en su casa, como dos amigos gourmet y con onda que te invitan a cenar. Esta es la propuesta más bohemia de las tres de la terna de hoy, pero no por eso es menos simpática y placentera. El living, decorado en un estilo postmoderno y ecléctico, un poco kitsch, donde se destacan objetos “robados” de la casa de la abuela (por ejemplo, el pingüino de vino de la casa: un Malbec de Domingo Hnos), se transforma en un mini restó de 14 cubiertos que asegura un clima íntimo y distendido a la vez y una atención personalizada. Si la noche está linda y no hace mucho frío, la velada empieza en la terraza con maceteros de plantas y flores como los de las casas de barrio de antes, buena música y un cóctel (en este caso, de pomelo, tónica y Campari con un toque de aperitivo italiano). Allí también disfrutamos del primer paso, mi preferido de la noche, que anunciaba un desfile de sabores interesante y sorprendente: una mini pita crocante de pollo, cebollita caramelizada y yogur a la menta, buenísima. Guillermo, un chef joven que aporta una propuesta nueva con este restó que abrió hace sólo 6 meses, combina las influencias de las raíces de su La Pampa natal con su bagaje de experiencias culinarias de 10 años por Europa y especialmente el toque español de su paso por San Sebastián, que también influyó en el nombre de Toro777. Logra un combo en el que se mezclan la originalidad y el relax para hacer de una noche cualquiera un evento especial y divertido.

toro 777 puertas cerradas



I LATINA
Este restó es un emprendimiento familiar de tres hermanos colombianos que trajeron su arte a nuestras tierras, primero a Bariloche y desde el año pasado a Buenos Aires. Gracias a la maestría de Santiago, el joven chef de I Latina, este restó ha llegado a ser uno de los elegidos dentro de los mejores exponentes de la gastronomía latinoamericana en el horizonte gourmet porteño, y tienen con qué. La casona en la que funciona el restó es preciosa y el salón bien amplio y de techos altos permite ver al chef en acción dentro de sus dominios en la cocina abierta. Allí Santiago conjura su alquimia con una paleta de sabores e influencias de toda Latinoamérica, que incluye ingredientes que no son tan fáciles de encontrar por nuestros pagos: achiote, caña brava, flor de Jamaica, camote, maíz canchita. La sutil magia de este verdadero prodigio colombiano de sólo 27 años es saber transformar esta diversidad de colores y texturas en una delicia, una combinación asombrosa llena de delicadeza y armonía. El menú tiene 6 pasos (casi 7 si contamos la increíble panera) y todo es tan equilibrado, en cantidades, tiempos y mezclas, que salí satisfecha y encantada pero no llena ni pesada. La propuesta cambia cada 3 o 4 semanas, aunque hay algunos platos que se mantienen, como el ceviche con mousse de palta, ¡el mejor que probé en mi vida! El postre, la panna cotta de maracuyá y flor de Jamaica, era un estreno, pero mi voto es que lo dejen permanente (y eso que son fans del choco). Una experiencia extraordinaria con acento latino. No se la pierdan.

I Latina restaurante a puertas cerradas





Cecilia Della Croce
Ceci de Palermo se declara amante de la vida, la música, abanderada del sibaritismo, fan del malbec y del chocolate, intérprete de English, tía de 4, viajera, poeta, pacifista.
Mezcla de Mafalda, Bridget Jones y Tony Bourdain.

Comentarios