ARGENTINA 5 lugares para disfrutar gastronomía de cocineras argentinas

Epoca de mandarinas, la golosina natural del invierno


Dificil no amar este fruto que, en plena estación, en las fruterías ofrece al menos tres variedades típicas. Todo lo que tenés que saber sobre la fruta más rica de la temporada.

mandarina
Ninguna fruta tiene la magia de la mandarina: es sencilla de pelar, su perfume todo lo invade y resulta dulce y ácida al mismo tiempo. Es una golosina perfecta y natural, de la que todos tenemos algún recuerdo lindo de cuando éramos niños.

Esta es la época indicada para comer mandarinas. El precio es accesible, hay variedad y se consiguen sin problemas. De ahí, que incluso los Chefs de Gajo impulsan menús especiales con mandarinas durante el mes de julio.

Pero lo que a simple vista parece un única fruta es en verdad un mundo. Ya que es el cítrico con mayor cantidad de variedades y comprende al menos tres especies de plantas con sus cruzamientos: las satsumas, las criollas y los híbridos. En nuestro país se la cultiva en el litoral donde hubo un recambio de especies en las últimas dos décadas. Por eso, las mandarinas que se comían hace unos 20 años tenían un sabor más ácido -eran básicamente criollas- y hoy, en la frutería manda el dulce y cordial sabor  variedades como Ellendale, Dancy y Beuty en menor medida.

Cultivadas en Corrientes y Entre Ríos estas variedades tardías reemplazan a las Okitsu y Owari que entran al mercado en el mes marzo y abril, y a las criollas, más ácidas y pequeñas, del mes de mayo. El truco con estas mandarinas de junio y julio es que además de ser fáciles de pelar, casi no tienen semillas. Dos características que le dieron penetración en el mercado, en detrimento de esas otras de cáscara dura y apretada como las Dancy (muy cultivada hasta los noventas) cuyo sabor característico no compensa su cantidad de semillas, que ronda docena por unidad.

Por eso, los nostálgicos de la mandarina hoy se pregunten en qué momento dejaron de escupir las semillas como cuando eran niños, o cuándo, también, la cáscara dejó de ser el chasco predilecto que se apretaba frente a los ojos para liberar sus esencias con un golpe de perfume y ardor instantáneo. Porque ahora, en la góndola, las variedades ofrecen otros sabores.


Una merienda en gajos
En términos nutricionales, una mandarina aporta abundante vitamina C –una sola alcanza un tercio del requerimiento diario para un adulto- y, si estás entre los que cuentan las calorías, quedate tranquilo que aporta tantas como un alfajor de arroz. Así que ya sabés, si estás pensando en una golosina para la media tarde, mejor una o dos mandarinas. Son baratas, ricas y nutritivas. Hoy vas a conseguir:

Ellendale: es una mandarina híbrida de origen australiano, obtenida por el cruzamiento natural de mandarinas y naranjas amargas. El punto central es que, a contar de julio, se transforma en la variedad dominante en las fruterías. Es una mandarina grande en tamaño, de un color anaranjado bien pronunciado, fácil de pelar, con granos turgentes, relación balanceada entre acidez y dulzor y con muy pocas semillas. Si bien se vende por kilo, la pagás hoy alrededor de un peso la unidad.

Montenegrina: es una selección específica de mandarinas criollas, muy difundida en el sur de Brasil desde donde llegó al litoral a mediados de los setenta. El punto es que, a diferencia de sus hermanas criollas, la montenegrina madura a contar de junio y puede durar en la planta hasta bien entrada la primavera. En apariencia es chica, resulta fácil de pelar, con cáscara apenas más fina que sus hermanas, y ofrece un gusto dulce y delicado. Tienen unas seis a ocho semillas por mandarina. El kilo lo podés conseguir por entre 6 y 8 pesos.

Beauty: no está entre las variedades más plantadas, pero como es tardía, hoy podés encontrarla en la frutería. El elemento distintivo es el “cuello” que presenta en donde se inserta el tallo. De tamaño medio, la cáscara es fina, lisa de un pronunciado color naranja rojizo. Es de sabor suave y tiene abundantes semillas –de 8 a 10-. De 6 a 8 pesos el kilo.

Comentarios