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El
Gobierno intervendrá con créditos y compra directa donde las bodegas,
con fuertes caídas en sus ventas, ajustan vía precio del vino.
El panorama es crítico para la
vitivinicultura. Las exportaciones de vinos y mostos se desploman por el
atraso cambiario y el mercado interno de vinos, que mantiene números en
positivo pero que sufre los controles de precios impuestos por
Guillermo Moreno, ni en sueños logra compensar lo que se dejó de vender a
fuera.
En este contexto, las bodegas que quieren seguir vendiendo (en el país y fuera) buscan ajustar al máximo para poder ser competitivos. Saben que no pueden ajustar precios en el mercado interno ni menos en el externo al ritmo de la inflación que sufren, por lo que la variable de ajuste son sus costos. Y en esto, el eslabón más débil es la uva y el vino. El resto de los insumos (botellas, corchos y etiquetas), costos fijos (transporte, servicios) e impuestos (nacionales, provinciales y municipales) son casi imposibles de bajar, porque enfrentan oligopolios (el caso de las botellas), porque las empresas que les prestan servicios tienen los mismos problemas (fletes y transporte de cargas) y por que la presión fiscal no da respiro.
El precio del vino y del mosto comenzó a sentir el impacto de la crisis. El productor empezó a sufrir la imposibilidad de ajustar el precio de su vino al ritmo de la inflación, porque la bodega no se lo paga. Y fue ahí cuando el Gobierno, la semana pasada, anunció que saldrá a ofrecer créditos del Banco Nación para que productores puedan retener su vino y a comprar en forma directa mosto, vía Mendoza Fiduciaria, para intentar sostener los precios.
Nadie se salva
La triste realidad es que la crisis es general. En los primeros cinco meses del 2013 la "comercialización de vinos" acumula una caída del 4,63%, según datos del INV. Si se discrimina por mercado, los despachos al consumo interno crecieron 3,56% de enero a mayo de 2013 contra igual período de 2012, mientas que las exportaciones acumulan una baja del 23,55% en volumen.
Para tener una idea, sólo en cinco meses de 2013 Argentina dejó de exportar 34,94 millones de litros de vino, comparado con lo hecho en 2012.
Con el mosto pasa lo mismo. En los primeros cinco meses del 2013 el país exportó mosto por 345.175 hectolitros, lo que marca una caída en volumen del 20,56% contra igual período de 2012, según datos del INV.
La vitivinicultura argentina está perdiendo mercado. Por atraso cambiario (inflación interna con tipo de cambio oficial estable) las bodegas no están pudiendo exportar, porque con los costos de producción que tienen si suben precios quedan desfasados de la competencia (el vino de otros países) y si no aumentan pierden plata.
Como exportar está difícil, en especial para los segmentos de precios más bajos y de mayor volumen, las bodegas están intentando vender más en el mercado interno. Algo están logrando. En los primeros cinco meses del 2013, los despachos al consumo interno acumulan una suba del 3,56% contra igual período de 2012. Pero en el mercado interno las reglas de juego las fija Guillermo Moreno. Para el vino y las bodegas también rigen los acuerdos y controles de precios y es el Secretario de Comercio Interior el que fija cuánto y cuándo pueden aumentar sus valores las distintas marcas de vino. Y siempre los ajustes de precios están en línea con la inflación del Indec, esto es por debajo del 10% anual.
Los precios y existencias
Con aumentos de costos por inflación, caída en las exportaciones por atraso cambiario y mercado interno con controles de precios, el margen que tienen las bodegas no es muy amplio. Y la variable de ajuste es, además de su rentabilidad, el precio de la uva y del vino que compran.
¿Qué es lo que está pasando con los precios? Es simple: los valores que se están pagando hoy son casi iguales o un poco por encima de lo que se pagaba hace un año. Y esto en la práctica significa que el productor de uva y vino está perdiendo en términos reales porque el precio al que vende no logra compensar la inflación real registrada durante el último año.
Según información de la Bolsa de Comercio de Mendoza, donde se realizan operaciones de compra y venta de vinos y mostos, a junio de 2013 el valor promedio de contado (pesos sin IVA) de 100 litros de un vino tinto genérico está en $237,95. Este valor representa un aumento del 8,6% comparado con junio de 2012 ($219,12) y una suba del 15,6% contra junio de 2011 ($205,78).
Tomando estos datos como referencia, las bodegas y trasladistas no están reconociendo en el precio que pagan por el vino la inflación real acumulada en los últimos dos años, de ahí que en términos reales el vino esté valiendo menos aunque suba en la comparación.
Lo mismo ocurre con los vinos blancos genéricos, con el mosto y hasta con los varietales. Hoy un valor promedio (pesos sin IVA) para el Malbec a junio de 2013 es de $270 por hectolitro ($2,70 el litro). Hace un año, en junio de 2012, se pagaba a $259,07, lo que marca un aumento de sólo el 4,21%, según datos de la Bolsa de Comercio de Mendoza. Los costos de producir un vino Malbec en Mendoza han subido mucho más que un 4,21% en el último año.
El operativo
Esta caída en términos reales (ajuste por inflación) en los precios del vino y mosto desató la crítica de los productores, en especial los pequeños, que quieren cobrar más por su vino y denuncian desfinanciamiento y la imposibilidad de cubrir sus costos de producción. En términos concretos: está amenazada su subsistencia como unidad de producción.
La queja despertó al Gobierno de Mendoza. El planteo no es nuevo y la receta aplicada tampoco. Denunciando "especulación", el gobernador Pérez lanzó distintas operatorias de crédito y compra directa de mosto para intervenir en el mercado con la idea de garantizar precios mínimos para el vino y el mosto. El jueves pasado fue el lanzamiento.
La estrategia oficial se divide en tres:
1-Una línea de financiamiento del Banco Nación de capital de trabajo con garantía del vino. El productor va a poder tomar este crédito, retener el vino para forzar una mejor oferta y mientras tanto con el dinero del crédito ir pagando sus costos.
2-La compra de mosto a $2,30 el litro financiado (equivalente a $2 de contado) en el Mercado de Productos Argentinos (Merproar), por parte de Mendoza Fiduciaria. En ese sentido, se anunció que "el operativo se mantendrá el tiempo que se estime conveniente a fin de lograr la recuperación de los precios". Este mosto, propiedad del Estado, luego es licitado para su exportación.
3-En el caso que los mercados no reaccionen en forma positiva (subas los precios del vino y mosto), desde el Gobierno se anunció que se "sugerirá la alcoholización de los stocks, como última medida". Esto es, directamente, eliminar existencias de vino y mostos del mercado.
"Lo que se ha anunciado son grandes títulos pero no sabemos los detalles. Falta el análisis de las condiciones y los costos de cada operatoria", advierte Mauro Sosa, gerente de Bodegueros y Viñateros del Este, antes de señalar que es muy pronto como para opinar sobre cuál podría ser el resultado de estas medidas.
FUENTE: http://www.mdzol.com/nota/477762-en-la-crisis-se-ajusta-por-lo-mas-debil/
AUTOR: Federico Manrique
En este contexto, las bodegas que quieren seguir vendiendo (en el país y fuera) buscan ajustar al máximo para poder ser competitivos. Saben que no pueden ajustar precios en el mercado interno ni menos en el externo al ritmo de la inflación que sufren, por lo que la variable de ajuste son sus costos. Y en esto, el eslabón más débil es la uva y el vino. El resto de los insumos (botellas, corchos y etiquetas), costos fijos (transporte, servicios) e impuestos (nacionales, provinciales y municipales) son casi imposibles de bajar, porque enfrentan oligopolios (el caso de las botellas), porque las empresas que les prestan servicios tienen los mismos problemas (fletes y transporte de cargas) y por que la presión fiscal no da respiro.
El precio del vino y del mosto comenzó a sentir el impacto de la crisis. El productor empezó a sufrir la imposibilidad de ajustar el precio de su vino al ritmo de la inflación, porque la bodega no se lo paga. Y fue ahí cuando el Gobierno, la semana pasada, anunció que saldrá a ofrecer créditos del Banco Nación para que productores puedan retener su vino y a comprar en forma directa mosto, vía Mendoza Fiduciaria, para intentar sostener los precios.
Nadie se salva
La triste realidad es que la crisis es general. En los primeros cinco meses del 2013 la "comercialización de vinos" acumula una caída del 4,63%, según datos del INV. Si se discrimina por mercado, los despachos al consumo interno crecieron 3,56% de enero a mayo de 2013 contra igual período de 2012, mientas que las exportaciones acumulan una baja del 23,55% en volumen.
Para tener una idea, sólo en cinco meses de 2013 Argentina dejó de exportar 34,94 millones de litros de vino, comparado con lo hecho en 2012.
Con el mosto pasa lo mismo. En los primeros cinco meses del 2013 el país exportó mosto por 345.175 hectolitros, lo que marca una caída en volumen del 20,56% contra igual período de 2012, según datos del INV.
La vitivinicultura argentina está perdiendo mercado. Por atraso cambiario (inflación interna con tipo de cambio oficial estable) las bodegas no están pudiendo exportar, porque con los costos de producción que tienen si suben precios quedan desfasados de la competencia (el vino de otros países) y si no aumentan pierden plata.
Como exportar está difícil, en especial para los segmentos de precios más bajos y de mayor volumen, las bodegas están intentando vender más en el mercado interno. Algo están logrando. En los primeros cinco meses del 2013, los despachos al consumo interno acumulan una suba del 3,56% contra igual período de 2012. Pero en el mercado interno las reglas de juego las fija Guillermo Moreno. Para el vino y las bodegas también rigen los acuerdos y controles de precios y es el Secretario de Comercio Interior el que fija cuánto y cuándo pueden aumentar sus valores las distintas marcas de vino. Y siempre los ajustes de precios están en línea con la inflación del Indec, esto es por debajo del 10% anual.
Los precios y existencias
Con aumentos de costos por inflación, caída en las exportaciones por atraso cambiario y mercado interno con controles de precios, el margen que tienen las bodegas no es muy amplio. Y la variable de ajuste es, además de su rentabilidad, el precio de la uva y del vino que compran.
¿Qué es lo que está pasando con los precios? Es simple: los valores que se están pagando hoy son casi iguales o un poco por encima de lo que se pagaba hace un año. Y esto en la práctica significa que el productor de uva y vino está perdiendo en términos reales porque el precio al que vende no logra compensar la inflación real registrada durante el último año.
Según información de la Bolsa de Comercio de Mendoza, donde se realizan operaciones de compra y venta de vinos y mostos, a junio de 2013 el valor promedio de contado (pesos sin IVA) de 100 litros de un vino tinto genérico está en $237,95. Este valor representa un aumento del 8,6% comparado con junio de 2012 ($219,12) y una suba del 15,6% contra junio de 2011 ($205,78).
Tomando estos datos como referencia, las bodegas y trasladistas no están reconociendo en el precio que pagan por el vino la inflación real acumulada en los últimos dos años, de ahí que en términos reales el vino esté valiendo menos aunque suba en la comparación.
Lo mismo ocurre con los vinos blancos genéricos, con el mosto y hasta con los varietales. Hoy un valor promedio (pesos sin IVA) para el Malbec a junio de 2013 es de $270 por hectolitro ($2,70 el litro). Hace un año, en junio de 2012, se pagaba a $259,07, lo que marca un aumento de sólo el 4,21%, según datos de la Bolsa de Comercio de Mendoza. Los costos de producir un vino Malbec en Mendoza han subido mucho más que un 4,21% en el último año.
El operativo
Esta caída en términos reales (ajuste por inflación) en los precios del vino y mosto desató la crítica de los productores, en especial los pequeños, que quieren cobrar más por su vino y denuncian desfinanciamiento y la imposibilidad de cubrir sus costos de producción. En términos concretos: está amenazada su subsistencia como unidad de producción.
La queja despertó al Gobierno de Mendoza. El planteo no es nuevo y la receta aplicada tampoco. Denunciando "especulación", el gobernador Pérez lanzó distintas operatorias de crédito y compra directa de mosto para intervenir en el mercado con la idea de garantizar precios mínimos para el vino y el mosto. El jueves pasado fue el lanzamiento.
La estrategia oficial se divide en tres:
1-Una línea de financiamiento del Banco Nación de capital de trabajo con garantía del vino. El productor va a poder tomar este crédito, retener el vino para forzar una mejor oferta y mientras tanto con el dinero del crédito ir pagando sus costos.
2-La compra de mosto a $2,30 el litro financiado (equivalente a $2 de contado) en el Mercado de Productos Argentinos (Merproar), por parte de Mendoza Fiduciaria. En ese sentido, se anunció que "el operativo se mantendrá el tiempo que se estime conveniente a fin de lograr la recuperación de los precios". Este mosto, propiedad del Estado, luego es licitado para su exportación.
3-En el caso que los mercados no reaccionen en forma positiva (subas los precios del vino y mosto), desde el Gobierno se anunció que se "sugerirá la alcoholización de los stocks, como última medida". Esto es, directamente, eliminar existencias de vino y mostos del mercado.
"Lo que se ha anunciado son grandes títulos pero no sabemos los detalles. Falta el análisis de las condiciones y los costos de cada operatoria", advierte Mauro Sosa, gerente de Bodegueros y Viñateros del Este, antes de señalar que es muy pronto como para opinar sobre cuál podría ser el resultado de estas medidas.
FUENTE: http://www.mdzol.com/nota/477762-en-la-crisis-se-ajusta-por-lo-mas-debil/
AUTOR: Federico Manrique
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