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Fuente: Hic | Gustavo Choren.
Así
como todos buscamos comer cosas frescas, ricas en líquidos y poco
calóricas desde diciembre hasta marzo, hacemos lo contrario cuando “se
viene la fresca”. Alimentos con mayor contenido graso, preparaciones más
densas y picantes son bien toleradas por el cuerpo y mejor recibidas
por el ánimo. Algo parecido sucede con el acompañamiento vínico: como
regla general, cuanto más frío es el clima más corpulentos se necesitan y
toleran los vinos, en tanto que el calor produce una necesidad
fisiológica natural que mueve a elegir aquellos con porte fresco y
fluido. A esto hay que agregar todos los elementos psicológicos del
entorno que juegan a favor de tales modos de proceder. Siguiendo ese
razonamiento, una noche invernal al abrigo de un fuego de chimenea, con
la calidez hipnótica que producen los leños crepitando, no se condice
muy bien con un vino blanco frappé, seguramente más adecuado para la contrapartida de un almuerzo estival junto a la piscina.
Pero lo cierto es que el invierno está por llegar y que nos esperan
varios meses con temperaturas de esas que piden alimentos con su buena
carga de calorías, así como bebidas acordes. Aquí te recomendamos siete
vinos de la producción nacional que van muy bien con comidas intensas y
bien elaboradas tipo guisos, risottos, pastas con salsas potentes y
demás viandas portentosas, incluyendo algún postre. Con ellos podrás
comenzar el próximo invierno de una manera más que placentera.
Ramanegra Pinot Noir Reserva 2013 ($125): una de las últimas
novedades en materia del cepaje más fascinante del mundo. Muy
interesante por su perfil levemente vegetal sin resignar la fruta,
combinado un buen tenor alcohólico con su delicadeza tánica. Va de
maravillas con una carne al horno bien condimentada.
Masi Corbec 2009 ($350): elaborado con 70% Corvina Veronese,
30% Malbec y el auténtico proceso del “apassimento” que ha hecho a los
amarones italianos famosos en el mundo. Tiene todo para colmar las
expectativas en tiempos de frío, desde el alcohol de 14,5 hasta la
suavidad de su sabor, sin aristas de ninguna naturaleza. Le sientan bien
pastas rellenas, carnes adobadas y otros platos ricos y complejos.
Domingo Molina Cabernet Sauvignon 2011 ($ 150):este tinto
ganó en definición varietal y elegancia, pero no se olvidó de su esencia
terrosa típicamente salteña. Como siempre, es un lujo para las
empanadas, los asados y los locros.
Fabre Montmayou Malbec Reserva 2010 ($ 79): un Malbec que ya
se ha transformado en clásico para los buenos consumidores argentinos,
con la elegancia propia de la casa y toda la presencia de la cepa
nacional cultivada en las mejores zonas de Mendoza. ¿El maridaje? Cerdo
mechado, una buena sopa de cebolla o un simple queso de cabra pueden
sublimarlo.
Saurus Pinot Noir Tardío 2010 ($ 90): nadie deja de comer
postres en invierno, aunque estos cambien su densidad y concentración
azucarina. Este Pinot Noir elaborado especialmente por Familia Schröeder
resulta un terciopelo espirituoso, por decirlo de alguna manera,
gracias a su fruta primaria y sus tonos confitados que hacen el cortejo
ideal con panqueques o strudel de manzana, crema catalana y volcanes de
chocolate.
La Celia Chardonnay Reserva 2011 ($ 93): ¿un blanco para el
invierno? Sí, no tiene nada de malo tomar algo bueno de ese color con
pescados fritos o al horno, paellas y guisados de mar. Y un Chardonnay
como el que nos ocupa es perfecto para ese propósito, ya que cuenta con
la interesante textura cremosa que no va en detrimento de sus aromas
varietales.
Foto: © Arievdwolde | Dreamstime Stock Photos
NUESTRO COMENTARIO: muy respetable su opinión Don Choren, pero la verdad, el Privado Malbec de Finca Gabriel, manda al demonio al mas caro de los aqui presentados. Pruébelo por favor.
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