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Por un pedido del Ministerio de Agricultura de la Nación, el INV hizo una excepción para un producto elaborado con la variedad conocida como chinche. La ley es clara cuando define como vino al “producto obtenido de la fermentación alcohólica de uvas provenientes de la especie Vitis Vinífera”, y más contundente aún cuando desde 2010 prohibió el ingreso de uvas no vinificables a las bodegas.
Sin embargo, el INV, con aval del Ministerio de Agricultura de la Nación, acaba de reconocer al Vino de la Costa como producto regional de los distritos bonaerenses de Berisso y Avellaneda, pese a estar elaborado a partir de Vitis Labrusca, variedad Isabella, comúnmente conocida como uva chinche, una materia prima no admitida para hacer vino y que impulsan 25 productores en casi 24 hectáreas. Foto: Julián Domínguez (izquierda), ex ministro de Agricultura y actual diputado, fue quien propuso la excepción. (Télam)
Si bien existe un antecedente de su cultivo en la localidad cordobesa de Colonia Caroya, es la primera vez que el Instituto hace una excepción dentro de la categoría Vino Regional, con el argumento de reconocer una actividad tradicional que “marca la identidad de la zona”.
También la “blanquea” mediante la inscripción en el Registro Nacional de Viñedos de sus elaboradores, que permanecían en el circuito marginal. Además, la Nación los subsidia con más de $ 600 mil en fondos y maquinaria.
En la Resolución 23/13 del 12 de junio pasado, el INV reconoce al Vino de la Costa de Berisso como un “producto regional típico, con identidad propia”, y lo destaca como “alternativa de desarrollo para la población local generadora de fuentes de trabajo que mejoran las posibilidades de permanencia en el medio productivo, evitando el desarraigo”.
La novedad responde al afán oficial de mostrar la federalización de la producción vitivinícola, más allá de lo que estipula la legislación.
“Después de mucho trabajo, el INV reconoce al Vino de la Costa como un vino producido en la Argentina. Hoy el vino argentino está en Cuyo, en el NOA, en la Patagonia y también en el Conurbano bonaerense”, destacó en el acto de entrega de los subsidios Carla Campos Bilbao, secretaria de Desarrollo Rural del Ministerio de Agricultura de la Nación, quien justificó la ayuda como “una presencia territorial cada vez más equilibrada”.
Excepción: defensa y críticas
Los 26 productores vitivinícolas de Berisso y Avellaneda inscriptos explotan en conjunto 23,8 hectáreas, de un rendimiento promedio de 55 quintales/hectárea, y para expandirse deberán pedir autorización al área de Estudios Vitícolas del INV. El Vino de la Costa no podrá exportarse. No obstante, el foco a analizar es la excepción en sí misma.
La Resolución INV 71 de 1992 define al vino como “producto obtenido de la fermentación alcohólica de uvas provenientes de la especie Vitis Vinífera”. En tanto, por la 37/2010 se prohíbe “el ingreso de uvas de variedades no viníferas a los establecimientos elaboradores”, sin contar que el concepto de Vino Regional no permite cortes o mezclas de variedades de ese tipo.
Aunque se remarca el carácter “excepcional” de la flamante medida, para algunos miembros de la Comisión Técnica Asesora del Instituto no fue discutida suficientemente y será tema de la próxima reunión, el jueves 27.
Daniel Siragusa, subgerente de Fiscalización del INV, admitió que es “la primera excepción que se hace dentro de la categoría vino regional”, pero la justifica en que “casi desde la creación del INV ya había viñedos en la zona. La categoría responde a encuadrar el vino dentro de los registros documentales, a economía de recursos para evitar solicitudes de reconocimientos individuales, y a que es distinto a cualquiera, Igualmente se lo controlará como a otros, con la diferencia de ser una variedad no vinífera. Estamos transparentando una actividad tradicional, pero con el tiempo deberá reconvertirse si busca crecer”.
Una referencia son los productores caroyenses, que viraron hacia variedades de calidad para remplazar la uva chinche, la cual incluso fue parte, hace más de 2 décadas, de una experiencia piloto en Mendoza para la elaboración de mosto que no tuvo éxito.
“Más allá del resquicio legal que se buscó, es un tema más complejo que hace al prestigio de Argentina como productor mundial. Ninguna resolución puede superar a la definición legal de vino, nuestra ventaja comparativa, ni se puede con una excepción legalizar este tipo de producción”, analizó Sergio Villanueva, gerente de la UVA. Agregó “con el mismo derecho alguien que produce vitis vinífera a escala podría pedir reconocimiento”.
Tras definirlo como “zona gris”, Mauro Sosa, del Centro de Viñateros y Bodegueros del Este, advirtió que si bien el INV puede controlarlo “las excepciones terminan agotando la norma”. Rescató el concepto de vino argentino como valor en los foros mundiales.
“Lo defendimos ante el Grupo Mundial de Comercio porque nos da identidad. Si pasa algo con el Vino de la Costa, la culpa será de todos; no alcanzará la tradición ante alguien del exterior que lo cuestione”.
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