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3 recetas felices por el Grandisimo Couto


El comer es un placer, sí. Pero hay que saber elegir. Couto nos trae tres parejas perfectas para un verano placentero y los secretos para prepararlas. Y de regalo, unas exquisitas reflexiones de Woody Allen a la hora de la mesa.
“Dijo mi tío, en ese tono sentencioso que suelen adoptar algunos viejos, ‘Dios no siempre está donde uno lo busca, pero te aseguro, mi querido sobrino, que El está en todas partes. En estos simples bizcochos, por ejemplo’. Las palabras de mi tío repercutieron en lo más profundo de mi ser. Me dirigí a la cocina y empecé a comer. Devoré todo lo que había a la vista, pasteles, cereales, carnes, frutas, chocolates, salchichas, pastas, vinos y merengues… Si Dios está en todas partes, había sido mi conclusión, entonces también está en la comida. Por consiguiente, cuanto más comiese, ¡más santo sería!”. (“Reflexiones de un sobrealimentado”, Woody Allen).

Si bien comer es un placer, el placer de comer está en la correcta elección de qué comer. En la sencillez de ciertos productos suele encerrarse la genialidad de un bocado. Hay veces en que los productos más nobles y simples encierran el más puro de los sabores, el más satisfactorio de los deleites.
He aquí tres ejemplos de exquisitas combinaciones y sencillas recetas que con solo probarlas pueden hacernos pensar que quizás Dios exista.


1. TOMATES A LA PARRILLA Y DANTE ROBINO BONARDA 2011

La parrilla en verano está a la orden del día y las brasas están que arden. Les propongo mientras esperan que el asado se haga, para ir picando y encontrar la excusa para descorchar el primer vino del día, aprovechar la parrilla haciendo unos tomates con esta preparación por demás sencilla.
Elegir unos tomates gordos, firmes y grandes, ahuecarlos en su centro e introducirles dos anchoitas, albahaca fresca o romero, ajo picado y luego rociarlos con abundante aceite de oliva. Colocarlos en la parrilla al calor pero no sobre el fuego directo, esperar al menos 15 minutos a que apenas comiencen a ablandarse, retirar del fuego y comer con pan de campo calentito.

Este delicioso y mediterráneo appetizer resalta con un buen tinto. El Bonarda es uno de los cepajes que mejor se lleva con el tomate. Dante Robino Bonarda es quizás uno de los más ricos del mercado y el varietal emblemático de esta bodega con acento itálico. Se caracteriza por su tipicidad varietal, intenso color, carácter frutado y buena estructura aportada por el reposo durante seis meses en barricas de roble americano. Su color es de un rojo profundo con matices violáceos. En nariz se destacan aromas de ciruelas negras, notas suaves de café, chocolate. En boca, sus taninos son firmes y maduros, con muy buena estructura y elegante final.


2- CHIVITO URUGUAYO CON CERVEZA HELADA

El más común de los sándwiches uruguayos resulta una verdadera delicia cuando está bien hecho y se acompaña con la cerveza adecuada. El chivito es una de las obras de arte culinaria más acabada de la gastronomía oriental y una muestra perfecta del poder de la eximia combinación de nobles elementos.
Si tienen prendido el fuego, arrojen sobre la parrilla unos bifecitos de lomo, apenas vuelta y vuelta. Bien jugosos, pónganlos sobre pan crujiente. Luego agreguen panceta crocante y dorada, queso cheddar o el de su preferencia, lechuga, tomate, pepinitos y, por último, un huevo frito antes de cerrar el sándwich. Mayonesa y ketchup resultan fundamentales para su acabado final.

La cerveza helada es una muestra fehaciente de cómo ciertas bebidas con determinadas comidas pueden resaltar y potenciar su sabor mutuamente. Dos cervezas, a mi modo de ver, irán de maravillas con este sándwich: la gran Pilsen uruguaya, incomparablemente rica, y la Golden Ale de Otro Mundo.
Como sobre gustos no debe haber reglas preestablecidas, si gustan comerse un chivito con una cerveza negra les sugiero prueben la Stella Artois Noire, una cerveza negra premium de color intenso y espuma cremosa. Su aroma a maltas tostadas con notas de café se completa con el sutil dulzor de su lúpulo especial.


3- BOCADITOS CON DÁTILES Y UN BUEN TINTO SYRAH

Estos bocaditos resultan ideales para esa hora del día en que el sol comienza a fundirse en el horizonte y la cena es un deseo aún algo lejano de concretar. Compren dátiles, ahora es época y están a un precio accesible. Fíjense que estén en buena forma, no muy aplastados porque van a tener que retirarles el carozo y rellenarlos. Si están gorditos y bien turgentes, resultará más fácil.

Una vez descarozados, procedan a rellenarlos con trocitos pequeños de un buen queso azul. Cuando ya tengan todos los dátiles rellenitos con el queso, envuélvanlos en lonjas de panceta ni muy finas ni muy gruesas y sujeten el rollito con un palillo de madera para que no se desarme. Además les servirá luego para llevarlos a la boca.

Metan los bocaditos al horno sobre una plancha caliente, sin aceite, ya que la panceta de por sí despide el suficiente para que no se peguen. Una vez que ven que están bien dorados, los retiran del horno y pueden servirlos sobre tostaditas de pan negro con semillas o tostones de plátano.
La Syrah es una uva nacida en Persia, totalmente globalizada en la actualidad en el nuevo mundo del vino. De gran fuerza y personalidad, los vinos Syrah presentan un matiz particular de cierto especiado que los hacen congeniar de maravillas con carnes como la del cerdo o el cordero y con frutos secos y de Oriente, como en este caso los dátiles. En esta época les sugiero beber la copa de Syrah apenas refrescado para facilitar su degustación. Paz de Finca Las Moras: un Syrah de San Juan que particularmente me gustó mucho, y que los ayudará a poder apreciar las cualidades y particularidades de este cepaje. Como todo buen Syrah huele intenso, a frutos rojos negros y especiado; en boca resulta carnoso de buena estructura y deja percibir leves toques de picor. Otros dos Syrah muy agradables resultan el Escorihuela Gascón de alta gama y el sanjuanino Tracia, rico y a un precio muy accesible.

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