APRENDER ¿Cómo conservar una botella de vino cerrada? ¿Y cuándo ya se abrió la botella?

La chancha y los veinte


Fuente: Mariano Braga.
chanchoNo hay una ley exacta, pero sí estoy seguro de que existen ciertos parámetros sobre los que movernos para encontrar esos vinos que se proponen como joyas perdidas. Regiones, bodegas o cepajes específicos que, si los conocemos de antemano, nos abren la puerta a una compra efectiva. La chancha y los veinte, esa fórmula que parece inalcanzable, en el mercado del vino es fácil de encontrar.

Cepas y regiones // Se sabe que hay ciertos cepajes que se adaptan mejor a una zona y allí, y solo allí, su resultado está por sobre la media. Cabernet Sauvignon de Maipú, Luján de Cuyo y Cafayate, Chardonnay de Valle de Uco, Merlot y Pinot Noir de las zonas más frías de Patagonia y Valle de Uco, Sauvignon Blanc de Neuquén, Syrah sanjuanino o Torrontés de Cafayate y La Rioja.
Zonas y zonas // Hay regiones que por su fama, el costo de la hectárea o los rendimientos, suelen ver brotar vinos más caros. Por ejemplo, comparativamente es más fácil encontrar vinos económicos de San Juan que de Rio Negro. Esto es solo un indicativo, con una infinita cantidad de excepciones. Sin embargo, y retomando esta idea, existen muchos Syrah sanjuaninos y Torrontés salteños de precios realmente económicos y una calidad superlativa.

De a enormes volúmenes // Las grandes bodegas pueden tener sus problemas, pero no podemos descuidar un tema nada menor: los enormes volúmenes . Esta idea de producir vinos de a cientos de miles de botellas supone la posibilidad de ahorrar costos y, por consiguiente, que lleguen a la mesa etiquetas más económicas.
Los peligrosos sobrevaluados // Les advertimos que también las grandes bodegas tenían sus “problemitas”. El tema es que, en ocasiones, el poder de una marca es mayor que cualquier otro factor. Así, en vinos que “se venden solos” puede ocurrir encontrar que sus precios están un poco abultados.
Blancos y rosados // No temamos a decirlo: en líneas generales, los vinos blancos y rosados suelen ser un tanto más económicos que los tintos. Hay blancos no del todo interesantes, eso es cierto, pero también hay que resaltar que, en una misma franja de precios, a veces son los vinos más claros los que concentran todas las sorpresas.

Ante todo la honestidad // Eso que suele ganar el vino cuando reposa en barricas de roble, gusta. El problema se da cuando adquirir ese pequeño tonel se va de presupuesto. Así surgen los sistemas alternativos como chips o duelas, que son muy aceptables y que, en la mayoría de los casos, llegan a excelentes resultados. Pero también en algunas situaciones, en el afán por mostrar algo que no se es (por ejemplo, un gran vino), se “maquilla” un tinto simple con mucha más madera de la ideal, resultando en un tinto de final amargo e innecesariamente sobrecargado. Atentos.
Animarse al fracaso // Esto es esencial en el aprendizaje del vino: nadie podrá darles un mejor consejo que su propio paladar. Para eso, el único camino es probar y probar, sin temor a fracasar. En el mejor de los casos habremos encontrado la etiqueta más exquisita del mundo; en el peor, y solo en el peor, nos habremos llevado el mejor de los regalos: el del aprendizaje.

Comentarios