Prosecco ¿el nuevo Champagne?

Una de las bebidas más populares en Europa y Estados Unidos está generando un notable auge exportador para la industria vitivinícola italiana. Aseguran que está cambiando la forma de concebir los vinos espumantes en el mundo.
María Elena Graffigna
mgraffigna@areadelvino.com 

El caso del Prosecco de Italia es un interesante ejemplo a observar. Los productores de este producto habían intentado llevarlo al mundo durante 30 años sin mucho éxito. Solo hace diez años, con un cambio de calidad muy grande, la historia cambió rotundamente. En 2011, la superficie plantada con Prosecco fue 4.000 hectáreas superior a la de 2010 y para 2013 se estima una producción de 350 millones de botellas, convirtiéndose para mitad de la década en el espumante número uno en el mundo en volumen. 

Las exportaciones de espumantes de Italia, de las cuales el Prosecco representa una gran proporción, han tenido un crecimiento ininterrumpido desde 2004, con una tasa promedio de 15%, mientras que en el mismo período las exportaciones totales de vinos italianos crecieron sólo a un 8%. El Prosecco explica en gran parte este éxito de las exportaciones de espumantes, aunque principalmente se ha convertido en un éxito de ventas en el mercado interno, sobre todo en la región donde es producido.


Comparado con otros espumantes, el Prosecco tiene bajo contenido de alcohol (entre 11% y 12%). Su sabor ha sido descripto como intensamente aromático, chispeante y frutal. A diferencia del Champagne, apreciado por sus sabores intensos y complejos aromas secundarios, la mayor parte de las variantes del Prosecco tienen intensos aromas primarios y están pensados para ser frescos, livianos y comparativamente más simples. En Italia, es disfrutado como un vino para cualquier ocasión, mientras que en el resto de los países, es normalmente bebido como un aperitivo, semejante al Champagne.

Uno de los mayores esfuerzos para instalar el Prosecco en Estados Unidos fue realizado por la bodega Mionetto. En los 90 comenzó a expandirse al ver el potencial de este mercado, estableciéndose como distribuidora en Norte América y gastando millones de dólares en la promoción del producto y de la marca Mionetto. Hoy en día, la compañía tiene el liderazgo en share, con alrededor del 33% en Estados Unidos.

Este espumante también está alcanzando nuevos mercados, como China, India y Vietnam, generando mayores expectativas para los productores. Muchos auguran que puede llegar a desplazar del liderazgo al Champagne en volumen de ventas en los próximos años.

De Italia al mundo
Los espumantes italianos no son un producto nuevo. Especialmente en las regiones más frías de Véneto, Lombardía y Piamonte, los italianos han venido induciendo la fermentación secundaria de sus vinos por más de un siglo. El espumante de Asti, del Piemonte, es un espumante de categoría desde hace mucho tiempo. En los 80, el Lambrusco, un tinto espumante, logró un breve auge tras el empuje de la marca Reuinite, pero el efecto fue finalmente perjudicial: los espumantes italianos ganaron fama de baratos y poco serios.  

El Prosecco y el Moscato italianos aún sienten los rezagos de esta fama, sin embargo las percepciones están cambiando.
Ambos vinos han sido adoptados por consumidores jóvenes, en búsqueda de vinos más fáciles de beber, con menor contenido de alcohol y etiquetás más fáciles de entender. El perfil del consumidor estadounidense de Prosecco es más femenino y definitivamente más joven que en otras categorías. La versatilidad de estos vinos es también una de sus ventajas. El Prosecco es perfecto para ser vendido por copa, para cocteles, para fiestas, etc.

De hecho, una de las formas más populares de beberlo en Italia es el Spritz, un cocktail muy difundido como aperitivo que consta de Prosecco y algún bitter, como Aperol o Campari. Sin embargo, la crisis económica puede haber sido lo mejor que le ha pasado al Prosecco, sus ventas han aumentado notablemente en ese período, ya que los consumidores estaban buscando alternativas más económicas al Champagne y otros espumantes costosos de California para sus celebraciones.
No obstante, con la recuperación de la crisis la preferencia por el Prosecco no parece diluirse. Así, espumantes de más bajo precio son los motores de esta categoría, como consecuencia de que los consumidores no solamente están buscando productos que se adapten a su presupuesto, sino que el aumento de las ocasiones de consumo también esta posicionando a estos vinos como una alternativa refrescante, aromática y divertida para el día a día.

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