Amor en la terraza por el Gran Fabian Couto
Sheldon es un multiespacio enorme consistente en salón, patio, terraza y vereda, donde se puede comer y beber, puesto con un buen gusto como muy pocos que se vieran últimamente en el cronograma de aperturas por el estilo.
Estilo, eso es lo que Sheldon tiene y que muchos otros carecen.
A una casa ya de por sí increíble, concebida por sus anteriores dueños arquitectos, se le sumó el buen gusto global de sus actuales dueños Santiago y Marcelo y el ojo clínico para la elección de objetos y la puesta en escena de la gente de Laboratorio de objetos (vean su página).
El lugar resulta un objeto decorativo en sí mismo, un personal “Sheldon-Style”.
Sheldon mira a la calle Honduras y puede accederse a él por cualquiera de sus dos entradas, la que da al salón o la que te introduce al gran patio.
El salón tiene un estilo Shanghai – Bond, con enormes murales y una parafernalia de mesas, sillas, lámparas y todo tipo de adorables objetos que podrían de algún modo definirse como retro- ’60/’70- chic.
La barra es tan linda con sus faroles y el rojo en ella predominante que tienta a sentarse e iniciar la noche bebiendo algo ahí. Los tragos son de estilo tradicional-clásicos, y me parece perfecto: basta de tanto trago de autor de ignotos bartenders que no tienen ni idea de la agraciada conjugación de elementos en una coctelera.
Un buen Negroni, un buen Martini o a la sumo un frozen Margarita encierran la perfección y no debería haber más vuelta que darle. He dicho.
Sheldon permite ser usado de muchos modos durante el día, ya sea un almuerzo o una merienda. Pero si hay algo que pareciera sentarle como anillo al dedo es “la previa”, esa liturgia moderna tan enquistada los fines de semana particularmente entre amigos y que engloba esparcimiento, celebración gastronómica y antecede a una salida nocturna final.
Las opciones gastronómicas son variadas y realmente ponen mucho énfasis en la elaboración de sus comidas: se come verdaderamente bien y las porciones son más que generosas.
Les sugiero ahondar en el tapeo, como las mini-ribs con BBQ junto a unas patatas bravas con aderezos o unas ricas quesadillas.
Una buena opción para compartir en pareja me parece la “Picada de Marce”: queso pategrás, provolone, camembert, cuatro tipos de salame, jamón natural, escabeche de veggies, hongos asados y albondiguitas especiadas, todo por $150.
Sheldon Cooper es el personaje protagonista de la afamada serie llamada “The Big Bang Theory” y siente extrema debilidad por las hamburguesas de un lugar llamado “Big Boy”, por la perfecta relación, según él, que guardan los elementos que conforman el sándwich.
Pues seguramente le encantaría la súper-duper hamburguesa completa de Sheldon, hecha de abundante y verdadera carne, lonjas de jamón, queso, tomate, lechuga y unas buenas fritas bien doradas a su lado. Sensacional y a un razonable precio de $45.
Cruzando el amplio patio y subiendo por una escalera ubicada al fondo se accede a lo que considero es uno de los más lindos espacios de Sheldon y uno de los más bellos que viera al menos en los últimos tiempos: su terraza.
Es tan aquerenciable esa terraza que mientras se accede a ella por la escalera de hierro puede apreciarse un añoso árbol que abraza la reja con enamoramiento, como aferrándose con fuerza a tan bello lugar donde naciera. Una imagen conmovedora de la genialidad de la naturaleza.
La terraza es increíble, poblada de plantas, farolitos chinos de colores, aromas, brisa y al fondo un quincho de estilo chiringuito barcelonés en donde se asan hamburguesas caseras a la parrilla.
La terraza resulta el lugar ideal para una perfecta trifecta: amigos, sándwiches de carne y bebidas varias.
Para ir terminando…
Sheldon Cooper el personaje de la serie y del cual gracias al fanatismo de sus dueños el lugar tomara su nombre.
Dice en uno de los capítulos del ciclo refiriéndose a su bar favorito: “¿Con quién debo hablar para reservar de manera permanente esta mesa?”.
En Sheldon, la frase de Cooper cobra sentido. ¡Vayan!
¡Salud!
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