Típica comida argentina por Fabian Couto
Cuchilleros, cajetillas, malevos y hasta el mismo Gardel probablemente coincidieron en que no había mejor comida que la de su mamá.
Por eso es que hoy día encontrar un lugar donde comer la típica comida porteña, con el sabor, la dedicación y el esmero de lo casero, no es poca cosa.
Ubicado en Palermo Viejo y donde en un pasado se erigiera el memorable “Gardelito”, abrió sus puertas un restaurante con aire arrabalero y querendón.
Puro Arrabal tiene un alegre estilo de Fonda-Chic, un entrañable aire de antaño de casa de barrio de abuela y con una parafernalia de objetos del pasado atiborrados por el salón y sus paredes.
Allí y desde una de ellas, un gran cuadro del morocho del Abasto parece asentir con su sonrisa ante la oferta de platos de caserísima impronta.
Platos ricos y abundantes parecen ser el lema que rige una cocina donde suculentos pucheros, mondongo y guisos de olla están a la orden del día.
Para empezar, se puede optar por unas tradicionales croquetas de papa ($22), un original y muy sabroso chori envuelto en focaccia con una buena salsa criolla ($22) o unas empanadas de carne cortada a cuchillo con la masa de su repulgue teñida por el color del jugo de su relleno durante su fritura. Sencillamente imperdibles ($20).
No hay nada más allá que no pueda encontrarse en un plato sencillo hecho con insumos de calidad y esmerada dedicación. Un ejemplo de esto que les digo resultan los ravioles de cordero con una perfecta salsa mediterránea hecha con inmensos y carnosos hongos, pellejo y pulpa de tomates frescos y albahaca. Un franco y exquisito plato que merece compartirse.
Los postres son todos ricos y sin mucha vuelta: el flan casero es en serio y la mousse de dulce de leche con trozos de galletitas Oreo sale para los más golosos. La casa invita un chupito de Malamado.
Un detalle a tener en cuenta al final de la velada:
Si sos de los que luego de comer copiosamente gustan de fumar cigarro, pipa y hasta Narguile, el lugar te ofrece la posibilidad de pasar al lado, pared de por medio, a Puro Bistró.
Ahí podes finalizar la velada y echar humo cómodamente tirado en mullidos sillones, disfrutando de una barra de tragos y espirituosas junto a los más diversos tabacos del mundo.
Comentarios