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Conocido también como “festival de otoño” o “festival de pasteles de luna”, es uno de los tres festivales más importantes de las comunidades chinas alrededor del mundo, junto al Año Nuevo Lunar y el Festival de los Botes Dragón.
Una de las leyendas cuenta que tuvo su origen en la antigua ceremonia del Sacrificio a la Diosa Luna, y que luego se combinó con la costumbre de comer los famosos pasteles de luna.
Durante esta celebración, esencialmente nocturna, la protagonista es la luna, que ese día alcanza su máximo tamaño y fulgor. Y la gente sale a los parques a contemplarla y a degustar los célebres pastelitos.
Parte de los ritos de ese día es hacer ofrendas a la luna. Las más tradicionales son el pastel de la luna y los pomelos. Los pastelillos simbolizan unión familiar y perfección. El pomelo se asocia con la luna por su forma redondeada. Además, el festival coincide con la cosecha de otoño, por lo que se hacen ofrendas al Dios de la Tierra, con la esperanza de que la cosecha del año siguiente sea más abundante.
En el mercado se encuentra una diversa gama de sabores y formas, rellenos de pastas dulces de frijoles o judías, yema de huevo salada, semillas de loto, pasta de piña, almendras y otros gustos. En los últimos años, se volvieron populares los rellenos de helado y frutas.
En Taiwán este festival se hizo casi sinónimo de barbacoa: en las últimas dos décadas, es la forma más común de celebrar el día en la isla. Es difícil no olfatear el rico aroma de la carne o los mariscos asados en la noche del Festival de Medio Otoño.
Hoy, entonces, para Guía Oleo, la receta de estos pasteles ancestrales.
Pasteles de luna tradicionales (estilo taiwanés)
Para elaborarlos es necesario un molde, que originalmente era de madera, y distintas figuras que alusivas a la luna.
(La yema de huevo representa a la luna por su redondez. Los caracteres sobre el pastel significan Medio Otoño).
Ingredientes
(Para 36 pastelitos)
- 35 grs. de mantequilla a temperatura ambiente
- 10 grs. aceite
- 90 grs. azúcar glas
- 35 grs. leche en polvo
- 35 grs. sirope de maltosa (o sirope dorado o melaza clara)
- 90 grs. huevo
- 1/4 cucharadita bicarbonato de sodio disuelto en un poquito de agua
- 1/4 cucharadita polvo de hornear
- 280 grs. harina de repostería
Relleno
- Pasta de frijoles o judías rojas (500 grs. aprox.)
- Pasta de piña (500 grs. aprox.)
(Se pueden rellenar con pasta de almendras o cualquier otra pasta)
Elaboración
1. Disolver el bicarbonato en una cucharada grande de agua. Reservar.
2. Mezclar mantequilla, aceite, azúcar glas, leche en polvo y sirope de maltosa (o sirope dorado). Mezclar muy bien con la batidora eléctrica.
3. Agregar el huevo poco a poco y batir bien. Luego, el bicarbonato disuelto en agua.
4. Por último, se incorpora la harina y los polvos de hornear tamizados. Mezclar muy bien, formar una masa húmeda, tapar con plástico para envolver y colocar en el refrigerador toda la noche.
5. Al día siguiente, colocar la masa sobre una mesa enharinada y amasarla ligeramente con un poco de harina hasta que no se pegue en las manos. Cortarla en 36 trozos.
6. El relleno moldearlo en tiras largas y cortarlo en 36 trozos.
7. Proceder a rellenar y moldear.
8. Pintar con huevo dos veces para que queden bien doraditos.
9. Hornear en horno precalentado a 180° durante 15 minutos aprox., hasta que estén doraditos.
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