Abre Rey de Copas, el bar más cozy de la ciudad, por el Blog De Hidalgo, Bien Jugoso
Si te gusta el arte y los ambientes cálidos y bien decorados, este
restaurante y bar de tapas será tu próxima visita. Oficialmente inaugura
el primero de septiembre. Agendalo.
Imaginate que vas a un bar en el que todo,
absolutamente todo lo que ves, son obras de arte. Pero no Picasso o
cosas serias y para admirar sesudamente. Sino ese otro tipo de arte que no presume y que ofrece una experiencia cálida:
marionetas muy detalladas, estatuillas ubicadas en lugares precisos,
lámparas hechas con retazos de de otras lámparas, mesas de madera
tallada y sobre la barra, al fondo, un enorme mural de cobre repujado.
¿Lo viste ya en tu imaginación? Ahora visitalo: Rey de Copas abre sus
puertas en Palermo el primero de septiembre y ya estás obligado a
conocerlo.
Propiedad de Sebastián Páez Vilaró, todo en la casa de este joven artista son obras, con y sin portación de apellido. Porque mientras que los cuadros son originales del pintor uruguayo, padre de Sebastián, el resto son piezas únicas de colecciones personales. Excepción hecha de los metales repujados, que son la especialidad artística del dueño.
En una casona de Palermo Soho, con patio y terraza incluida, Páez Vilaró levantó su restaurante y bar de tapas. Las habitaciones que dan a la calle ocupan el restaurante, cuya cocina está en manos de Alex Sourou, el chef que llevó adelante Les Anciens Combattants en los últimos años. El bar, en cambio, está en las habitaciones del fondo, donde en un gran living reina cierta rusticidad acogedora a lo Punta del Este, y cuya propuesta de tragos es responsabilidad del experimentado bartender italiano Carlo Contini.
El bar tiene algunas cosas destacables. Entre ellas, que el techo es corredizo y se transforma en un patio abierto a la noche. Otra, que la barra está construida de durmientes de ferrocarril y cerámica original Pas de Calais –son del siglo XIX- y con un enorme mural repujado en cobre como pantalla. Eso, además de la colección de trompetas y cornos que viajan por la pared. Los tragos son los clásicos (cuestan unos 40/50 pesos) por lo que pude saber, aunque no los probé aún -fui el lunes pasado al mediodía, a comer-.
La cocina sí tuve oportunidad de degustarla. Alex es un tipo que tiene mano para los detalles. Y el día que fui había preparado una entrada de ostras –fresquísimas- con langostinos apenas saltados, junto a una ensalada de brotes muy perfumada. De principal ofreció codornices rellenas de carne, con papas y salsa de vino tinto, un plato sabroso y bien hecho.
Cuando lo visité estaban aún poniendo a punto la carta, tanto de comidas como de tragos. Pero al tiempo que servirán comida de corte francés mediterráneo, también ofrecerán una serie de pinchos para el bar. Sin dudas será el lugar del que todos van a hablar en los próximos meses, porque tanta propuesta estética bien lograda, junto con una propuesta de rica comida, es difícil de conseguir en la ciudad. Agendalo.
Gorriti 5176, Palermo / T. 2068-5220
Propiedad de Sebastián Páez Vilaró, todo en la casa de este joven artista son obras, con y sin portación de apellido. Porque mientras que los cuadros son originales del pintor uruguayo, padre de Sebastián, el resto son piezas únicas de colecciones personales. Excepción hecha de los metales repujados, que son la especialidad artística del dueño.
En una casona de Palermo Soho, con patio y terraza incluida, Páez Vilaró levantó su restaurante y bar de tapas. Las habitaciones que dan a la calle ocupan el restaurante, cuya cocina está en manos de Alex Sourou, el chef que llevó adelante Les Anciens Combattants en los últimos años. El bar, en cambio, está en las habitaciones del fondo, donde en un gran living reina cierta rusticidad acogedora a lo Punta del Este, y cuya propuesta de tragos es responsabilidad del experimentado bartender italiano Carlo Contini.
El bar tiene algunas cosas destacables. Entre ellas, que el techo es corredizo y se transforma en un patio abierto a la noche. Otra, que la barra está construida de durmientes de ferrocarril y cerámica original Pas de Calais –son del siglo XIX- y con un enorme mural repujado en cobre como pantalla. Eso, además de la colección de trompetas y cornos que viajan por la pared. Los tragos son los clásicos (cuestan unos 40/50 pesos) por lo que pude saber, aunque no los probé aún -fui el lunes pasado al mediodía, a comer-.
La cocina sí tuve oportunidad de degustarla. Alex es un tipo que tiene mano para los detalles. Y el día que fui había preparado una entrada de ostras –fresquísimas- con langostinos apenas saltados, junto a una ensalada de brotes muy perfumada. De principal ofreció codornices rellenas de carne, con papas y salsa de vino tinto, un plato sabroso y bien hecho.
Cuando lo visité estaban aún poniendo a punto la carta, tanto de comidas como de tragos. Pero al tiempo que servirán comida de corte francés mediterráneo, también ofrecerán una serie de pinchos para el bar. Sin dudas será el lugar del que todos van a hablar en los próximos meses, porque tanta propuesta estética bien lograda, junto con una propuesta de rica comida, es difícil de conseguir en la ciudad. Agendalo.
Gorriti 5176, Palermo / T. 2068-5220
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