INTERNACIONAL Científicos chilenos logran producir vinos con bajo alcohol sin sacrificar la calidad

La cita perfecta por Allie



Es sábado. Ya sabés qué te vas a poner y con quién salir, pero falta elegir el lugar. Aquí, una selección de los mejores espacios para cada tipo de cita: la primera, la última, la devoradora, la gasolera, la secreta, la borracha, la friolenta, la ostentosa, la verde armonía, la romántica y, claro, la del día después.


Llegó la “date night”, ya tenés el perfume picante e invasivo, y ya practicaste (muchas veces) tus caras de orgasmo en el espejo. Pero ahora lo único que te falta es el lugar ideal para una cita. Sea la primera cita, una cita para convencerlo, cita para impresionarla o la cita final, después de arduas investigaciones de campo, compartimos los mejores lugares para cualquier tipo de cita, y todos con un mismo objetivo: asegurar tus chances de sellar el acuerdo para que tengas éxito al final de la noche. Aquí van.

La primera cita
Demasiado romance en una primera cita es cursi. No querés forzar las cosas, pero tampoco nada demasiado casual que mate las ganas de sacarse la ropa. La primera cita debería ser en un bar tomando unos tragos, así te salteás una larga comida, hasta estar seguro de que podés aguantar a esa persona por más de una hora.
Para aquellos que quieren un auténtico romance de primera cita: 878, Gran Bar Danzón y Dadá son bares con tragos de autor, hechos por barmans talentosos.
Si esta persona se merece una cena de verdad, hay que elegir un restaurante con onda, moderno e informal, como una pizzería chic: Siamo nel Forno, Filo y Amici Miei son todas buenas opciones donde hay rica pizza en un ambiente agradable para una primera cita. Il Ballo del Mattone pinta como una clásica primera cita, con un ambiente muy animado, mesas violentamente apretadas y buena comida italiana.
Advertencia: mujer, si sos amante del morfi, no pidas una ensalada en la primera cita, eso es publicidad falsa; hombre: si sos un entusiasta del tenedor y la mujer pide una ensalada, esa chica no es para vos.

La cita discreta
¿Buscás una experiencia culinaria a escondidas?
Hay que llamar a la intimidad por lo que es: sos muy superficial y tu cita sufre de un grave caso de fealdad o estás tratando de mantener un perfil bajo (ejem…). Regla número uno: no vayas a un lugar en tu barrio. Aventurate a lugares fuera de la grilla, restaurantes lejos de los polos gastronómicos, como Billinghurst Restó en Villa Urquiza, Bar Urondo en Parque Chacabuco o Brotes del Alma en Belgrano. Nihonbashi en Congreso, uno de los mejores lugares japoneses en la ciudad, tiene un salón privado (el lugar ideal para beber sashimi y chuparse las caras, todo en simultáneo, si te gusta ese tipo de cosas).

La cita foodie
Si sos un verdadero comilón, alguien que valora la oferta gastronómica más que la cita en sí misma, es hora de elegir un restaurante en donde realmente lo primero es la comida. Las pizarras en Palermo Soho es un lugar que nunca decepciona. Pedí una entrada y dos platos principales para compartir, porque compartir es sexy. Paraje Arévalo tiene un ambiente cálido y con un servicio impecable, pero con un menú de 6 u 8 pasos preparate para una cena larga y asegurate de tener muchos temas para hablar. Caseros en San Telmo, informal pero romántico, donde cada mesa destaca detalles gastronómicos con ingredientes frescos y vistosos como berenjenas, morrones, cebollas moradas y manzanas verdes. Embárquense en un viaje culinario en Café San Juan, otro lugar clásico para amantes de la buena comida de autor.
Para comer auténtica comida japonesa: Niji en Belgrano o Yuki en Congreso, que no tienen ninguno de los elementos ideales para la cita perfecta y nada de romanticismo; pero el nivel de la frescura de pescado es tan alucinante que si a tu cita le gusta la comida japonesa de verdad va a quedar con una panza muy contenta.

Cita te-voy-a-emborrachar
Algunas personas viven para comer, otros comen para vivir, y los demás son los ebrios. Es triste pero es verdad: no todos están obsesionados con la comida. Si sos uno de ellos, en la búsqueda de ahogar tus nervios e inseguridades en el fondo de la botella, andá a algunos de estos lugares donde la calidad del alcohol y los tragos son superiores a la comida. Para besos desenvueltos: 878 y Puerta Uno son dos bares a puertas cerradas con iluminación débil y tragos fuertes. O andá a Le Bar, donde hay una obra de arte en la terraza (“cohete fálico”) que es especialmente romántica.

La cita gasolera
Una cita gasolera en la ciudad de Buenos Aires puede ser un verdadero desafío. Pero por suerte todavía hay buenas ofertas, donde la calidad de la comida no está apesadumbrada por la falta de pesos.
El bar de vermouth La esperanza de los Ascurra, en Villa Crespo, tiene precios nostálgicos de la Buenos Aires de 2008, con tapas españolas y lindos tragos. Otros lugares que no te rompen el ojete: enterrá los dientes en una hamburguesa bien jugosa en The Oldest; comé locro, humita y tamales mientras dibujás cosas obscenas con crayón en Cumaná; o disfrutá una fiesta de ceviche en Chan Chan. El café diurno Cusic abre todos los jueves a la noche con un menú especial a la gorra: cada semana ofrecen algo distinto, sin precio fijo en los platos principales (solo pagás lo que pensás que la comida vale). Para un verdadero amarrete: visitá algunos de los mejores carritos de choripanes de la ciudad y hacé un paseo “romántico” con los travestis en una de las costaneras.



La cita para combatir el frío
En esas noches en que parece que estás viviendo dentro de una heladera en el medio de la Antártica, arrimate a una chimenea en Olsen y combatí el frío con una degustación de vodkas. Cuando hace demasiado frío y tu cuerpo pide calorías, podés también probar un lugar clásico porteño como el rústico Ña Serapia, donde encontrás el mejor estímulo: empanadas, locro y vino tinto. Para friolentos o cobardes que no quieren salir, o si necesitás una excusa para hacer la cita en tu departamento, podés entrar en Guía Oleo, opción restaurantes con delivery, y te vas a encontrar con 1500 opciones para encerrarte a comer calentito.

La cita romántica
Si sos una persona muy conservadora (o fastidiosamente melosa) cuando se trata de una cita, lucite con una formidable comida y vino en un ambiente romántico como Paladar Buenos Aires, un restaurante a puertas cerradas que ofrece un menú de lujo de cinco pasos con maridaje. Activá el modo sexy estilo francés en los sofás de La Maison o los asientos-almohadas en el piso en Lotus Neo Thai. Ponete mimoso en público en Pura Tierra, besuquéense en A Nos Amours, el bistró francés a luz de velas, o comé sensualmente la pasta más posta en Doppio Zero. Pipí Cucú, un lugar íntimo, es otro clásico del romanticismo.

Cita te-quiero-impresionar
Fanfarrones que quieren ostentar su billetera gorda en serio, invitan a la persona especial (o no tan especial) a una experiencia culinaria de lujo. Probá el menú de degustación en Chez Nous, y después conseguite un cuarto en el hotel Algodón Mansión. Aramburu es un lugar romántico, con comida creativa y un toque de gastronomía molecular. Para los amantes del vino, Casa Coupage nunca defrauda, pero hay que llevar a una persona muy interesante porque la cena de varios pasos va a durar un rato largo. No es difícil encontrar un lugar costoso, pero para una noche extraordinaria probá lugares como Tarquino, Paraje Arévalo, Chila o Sipan.

La cita abraza-árboles-come-granola
Siempre es bueno empezar una relación pretendiendo ser alguien que no sos. Si tenés que fingir que vivís una vida saludable, ponete los joggings de yoga y agarrá fuerte y masculinamente un vaso de nutriente jugo natural en Hierbabuena. Para los freaks de la salud, Kensho es un lugar para comer raw food a full. O siempre podés ir a una cita diurna, estilo lindo sábado al mediodía en un mercado orgánico, como Sabe la tierra en San Fernando o El galpón en Chacarita, porque comer orgánico también es sexy. Para una noche orgásmica, andá (en bici) a un puerta cerrada como Casa Félix.

Cita no-me-gustás-realmente
Nos pasa a todos. A veces salís con alguien que tiene menos onda que un mojito sin alcohol ni menta. Si te pasó esto pero no tenés los huevos para cancelar la cita y revocar la invitación, hay que ser bien claro y elegir un restaurante horrible sin un gramo de romanticismo. Nada dice mejor no-me-gusta-tu-cara como un restaurante que recibe menos de 10/30 en Guía Oleo. Si no sabés cuál lugar es el peor, andá a cualquiera que esté abierto las 24 horas y el mensaje va a ser muy directo.

Cita de la mañana siguiente
¡Hurra! ¡Triunfo! Felicidades, la convenciste y llegaste a la mañana siguiente.
Si todavía se caen bien, no se sienten incómodos y se siguen considerando cogibles sin los efectos de todo el alcohol que ayudó a que terminen en esta situación, continúen el día con otra cita. Vayan a A manger o La crespo, pidan algo para llevar, vayan a los bosques de Palermo y hagan un lindo, romántico y cursi picnic al aire libre. O pueden ir por un brunch a Café Crespin, Malvón, Cusic o Loreto Garden Bar, todas opciones también sólidas. Para brunchear al estilo oriental, los culinarios aventureros pueden comer dim sum en Hong Kong Style. O para un brunch categoría ‘grandioso’, prueben Hernán Gipponi o Sirop &Folie.

Y ahora sí, queremos saber cuáles son tus lugares favoritos para una cita. O, mejor, una salida horrible, para el olvido.


Allie
Es una glotona freelance que logró convertir su pasión por la gastronomía en una carrera como escritora y editora. Una yanqui ex-vegetariana de Chicago que fue hipnotizada por la seducción de Bs. As. en 2006 y sucumbió ante un buen bife argentino. Obsesionada con todo lo relativo al morfi, canalizó esta manía en algo más aceptable socialmente: escribir sobre comida. Todos sus descubrimientos gastronómicos se encuentran en su página: Pick Up The Fork.

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