APRENDER ¿Cómo conservar una botella de vino cerrada? ¿Y cuándo ya se abrió la botella?

Amor gourmet: 8 restaurantes para ir en pareja




Rococós, sofisticados, a puertas cerradas, para una salida informal o de bajo perfil. En esta nota nos pusimos melosos y te contamos nuevos y clásicos restaurantes recomendados para una salida de a dos. Porque San Valentín puede ser todo el año.


La hipérbole de un restaurante romántico incluiría velas, tal vez un piano, una linda vista a un río, un jardín o a la ciudad desde las alturas, mozos atentos que corran las sillas, postres para compartir. Una imagen casi de caricatura. Fuera de estereotipos, hay muchos lugares en Buenos Aires que -sin empalagar- son muy recomendables para una comida en pareja: buena acústica, ambientes íntimos, mesas reservadas o con buen espacio entre sí, y nada de peloteros, menús infantiles y carritos de bebé cruzados en el camino. Porque ser romántico no impide tener onda. En esta nota, ocho opciones para tener siempre a mano.

IlatinaUna casa antigua en Villa Crespo, un puñado de mesas, el ritmo de unas bachatas que traen oleadas de Caribe al cemento porteño. Después de pasar cuatro temporadas en Bariloche, los hermanos bogotanos Santiago y Camilo Macías se mudaron a Buenos Aires para replicar aquí su propuesta de cocina colombiana de alto nivel -con mucha influencia de la zona costeña, especialmente platos de Cartagena- algo que no existía hasta hoy por estas pampas. Es nuevito, nuevito: abrió a fines de julio. Y ya está dando que hablar. El ambiente es amplio y con una gran cocina a la vista. Las mesas están bien separadas, lo que garantiza intimidad, y la música a un nivel prudente, lo cual conviene a la charla. El menú consiste en cinco pasos y –detalle- cada uno con sus respectivos cubiertos así uno puede sacar su lado más De Chikoff de adentro (ayudamemoria: de afuera para adentro). Entre los platos hay un ceviche de pulpo con espuma de aguacate y camote, unas arepitas con chicharrón y puré de frijoles y otras con camarones en sofrito, un cordero perfecto braseado seis horas sobre crema de plátano verde y una torta húmeda de leche de coco. El final, claro, es con café. 200 pesos con bebidas sin alcohol y 240 con maridaje de vinos.
Reservas: 15-6400-7622/4857-9095 / www.ilatinabuenosaires.com

Billinghurst
Los que quieren salir del circuito gastronómico típico y aventurarse por zonas más alejadas y tranquilas, pongan Villa Urquiza en su GPS. En el corazón de este barrio de casas bajas, se encuentra Billinghurst, un cálido bistró atendido por su dueño  y chef Luciano Ratti, en su primer proyecto independiente luego de desempeñarse por 15 años en cocinas de grandes hoteles. Un salón distribuido en dos pisos, con capacidad para unas 50 personas y decorado de un modo sobrio, pero no frío, con pinturas del propio Ratti, invita a pasar una velada larga y distendida. La carta cambia por temporada y en su versión actual incluye entradas como el paté de foie, queso brie y mermelada de cebollas sobre pan de campo ($28) o la ensalada taboule con langostinos picantes ($35). Entre los principales hay carnes, pescados, risottos  y pastas. Dos ejemplos: bondiola de cerdo con humita picante, timbal de tomate y berenjena ($75) o los muy ricos malfattis de apio, ricota y nuez  con salsa de queso azul y pasas ($60). También hay una carta de tapas para los que prefieren una cena más informal y probar de todo un poco. Gran cierre el quesillo de cabra con dulces artesanales ($30).
Mendoza 5486, Villa Urquiza. Teléfono: 4524-0224

SashimiyaSe sabe que por la zona de Congreso están los mejores restaurantes tradicionales japoneses, desde Yuki hasta Shogun. Sashimiya forma parte de está legión, pero es uno de los menos cononcidos, un lugar casi secreto que, además, tiene pescadería propia a unas pocas cuadras, sobre la avenida Entre Ríos. Este bajo perfil tal vez sea porque está ubicado en una calle bastante lúgubre y desierta, o porque su austero exterior de ladrillos no preanuncia de ninguna manera que allí se despacha uno de los mejores sushi de la ciudad (solo de noche). Adentro, hay varios salones, incluidos un tatami y un karaoke room y una barra en la que se puede comer mirando cómo trabajan los suhimen. Una buena cena debería comenzar con una porción de gyozas o unas kaki furai (ostras fritas) y seguir con algunas de las tablas combinadas de sushi -como la Sayuri Special-. Hay, además, una buena selección de platos calientes como el Tonkatsu (milanesa de cerdo en salsa tonkatsu con arroz blanco), el salmón con salsa teriyaki o el tempura de langostinos, súper fresco. Algunas noches tocan grupos en vivo. Precio promedio: $150.
México 1965, Congreso. Teléfono: 4941-8960.

Efímero Festín
Es un as en la manga, un lugar que no falla y mantiene la calidad en el tiempo. De efímero, poco. Chiquito, íntimo, poco pretencioso -en el buen sentido-, a pesar de estar ubicado en un barrio donde hay mucho de pura cáscara. Ideal para una salida en pareja informal, tanto para el almuerzo como para la noche. Abierto desde 2010, tiene un salón con diez mesas y algunas más en la vereda. Conviene elegir las que están junto a la ventana. El menú va variando regularmente, pero hay sempiternos como el salad bar o algún plato vegetariano. Otros que pueden aparecer son el pollo tandoori con leche de coco y arroz especiado, el gratín de abadejo o guisos en invierno. Los postres son un punto bien alto de la carta con opciones imperdibles como la tarta de manzana y canela, el flan de banana o la torta húmeda de chocolate con helado de cardamomo. El gasto promedio es amable, rondando los $80 a $100.
Uriarte 1411, Palermo. Teléfono: 4831-9867

Dill & Drinks
Otra alternativa conveniente para los que buscan lugares pequeños e íntimos, en este caso, en pleno Microcentro y con un estilo que tiene algo de los años 50. Si a eso le sumamos que los platos son ricos y originales, los cócteles un fuego y la atención esmerada y amigable, el combo resulta aún más tentador. Dill &Drinks -autodefinido como un “bistró elegante sport”- fue una de las aperturas más resonantes de 2011 (en rigor, abrió a  fines de 2010, pero el runrún comenzó a generarse el año pasado). Con Leandro Leyell como chef ejecutivo, la propuesta funciona especialmente para la tarde y la noche, tanto para un tapeo mediterráneo y unos tragos en la barra como para una cena formal en un ambiente a medialuz. Los pescados son la carta ganadora del menú que cambia casi a diario. Pero suele haber tiburón ($90), atún rojo ($110), chernia a la manteca negra ($90), mero con camarones ($95) y risotto de langostinos ($80), entre otras opciones. 
San Martín 986, Retiro. Teléfono: 4515-0675

Pipí Cucú
Un clásico para quienes han sido tocados por la flecha de Cupido. Pipí Cucú se anima a ser rococó, sobrecargado y hasta un poco cliché con sus pajaritos, flores de papel y vajilla de la abuela (todo el mérito es de su ambientador, Sergio De Loof) y aún así salir bien parado. Con más de cuatro años en Colegiales, su contexto ayuda: está ubicado junto al pasillo de un edificio antiguo, uno de los más encantadores del barrio. Y cuando la temperatura lo permite se puede comer en la vereda. Si bien se incorporan cada tanto nuevos platos, hay algunos clásicos de siempre como la ensalada de mollejas crocantes o el postre de la casa, una copa a lo María Antonieta con merengue, frutillas, helado y crema montada.Y se gasta unos $150 por persona.
Ciudad de la Paz 557, Colegiales. Teléfono: 4551-9314

Osaka Puerto Madero
No es fácil para los restaurantes de alta gama abrir sucursales y mantener la calidad y esa sensación de exclusividad que los caracteriza. El restaurante Osaka, pionero local en la fusión de sabores peruanos y orientales,  se animó a extender su marca con una nueva sucursal en Puerto Madero, en junio de este año (más allá de las sucursales que abrió por el mundo). El lugar elegido: el Faena Arts Center, un edificio imponente y glamoroso. El salón de Osaka está en la misma sintonía: tiene dos plantas, un árbol escultura de madera en el centro, una barra por piso, una cocina semi abierta, tatamis con entrada independiente para los que buscan más intimidad y otras extravagancias. Con una carta que propone platos novedosos como el ceviche chifero y los tiraditos lemon grass y vietnamita sumado a los clásicos anticuchos y causas, más algunos imperdibles como los Passion Schrimps o el Pollo tai, el nuevo Osaka es perfecto para una celebración, una velada fuera de la rutina y sofisticada. Eso sí, el precio tranquilamente pasa los $300 por persona.
Juana Manso 1164,  Faena Arts Center Puerto Madero. Teléfono: 5352-0404

L' atelier de Celine
La opción segura: un restaurante francés remite a lo romántico, y más si está en un barrio pintoresco como San Telmo. Ubicado en la barranca de la calle Carlos Calvo, en una casona antiquísima (1807) de techos altos y herrajes a la vista, L´Atelier abrió sus puertas en enero de 2011. Su dueña es Celine Demarq, oriunda de Lille, al norte de Francia, que confiesa haberse enamorado “para siempre de Buenos Aires” y que recaló aquí luego de un viaje mochilero. En su bistró ofrece una cocina austera y sencilla en la que abundan panes caseros, sopas, tatín de roquefort y peras ($38), terrinas campesinas ($39) y, entre los principales, magret de pato con parmentier dulce ($85) o estofado de jabalí al vino tinto ($75). A mitad de semana se organizan los “Mercredi du Vi” (con reserva), menués de entre tres y cinco pasos ($120/$200) para maridar con vinos.
Carlos Calvo 242, San Telmo. Teléfono: 4361-1269

Texto: Cecilia Boullosa

Comentarios