Vino e Internet: el futuro llegó




Fuente: Vinicast Blog.
Mon-Vigneron_02-150x150[1]Sarah Lacroix y Benjamin Gorski son parte de la nueva generación francesa. Ellos crecieron con las nuevas tecnologías del mundo conectado por la internet y admirando al mismo tiempo la tradición francesa del vino, su historia, el respeto al terroir, y al pequeño viñatero. Desafiando prejuicios y desconfianza de algunos se lanzaron a la aventura de unir la Internet, y el universo del vino con un sitio que proyecta a pequeños productores (en muchos casos de grandes vinos) al mundo online, al mundo conectado. El sitio, Mon Vigneron, propone también opciones de enoturismo, alternativas a las visitas a los grandes Chateaux.
Lo que en muchas partes del mundo resulta una dinámica habitual, en Francia es casi una revolución porque la internet y las redes sociales en la comunicación del vino “es todavía emergente” y recién en los últimos tres o cuatro años cobra fuerza. Ver video
No es que la Internet y el vino en Francia empiezan ahora con Mon Vigneron, pero lo cierto es que miles de pequeños viñateros franceses no tenían un sitio online para mostrar sus vinos y a venderlos. “Lo que creamos es una plaza de mercado para un montón de productores que antes no existían para un grupo de consumidores que se vuelve cada vez mas relevante, el consumidor que se sirve de la internet”, explica Benjamin Gorski, sentado en el Café de la Opera de Burdeos un mediodía de otoño.
“Lo que permite que estas nuevas dinámicas de comunicación, internet y vino despeguen en Francia es la renovación de generaciones. La llegada de los jóvenes, que entienden la web y lo que aportará a valorizar mas a los pequeños viñateros”, sentencia Benjamín.
Los dos fundadores de Mon Vigneron tienen menos de treinta años y una clara pasión por el mundo del vino. Los dos hablan con la fluidez de palabra de quien se lleva bien con lo que dice. Mon Vigneron nace de una evaluación de mercado y una coyuntura que ambos estudiaron bien y saben explicar. Pero en el fondo, Mon Vigneron también nace de un convencimiento de que la historia que lleva cada vino es un valor mágico detrás del producto, y merece ser tratado en la venta. “Porque si comprar vino fuera sólo para tomar alcohol…. ¿No tendría mucho sentido, no? “, se pregunta Sarah.
Mon Vigneron
“Mon Vigneron es una herramienta que tiene -al mismo tiempo- una función social y una función comercial para el viñatero. El productor pequeño puede venir, inscribirse gratuitamente, y así acceder a una serie de herramientas que les ayudará a mostrar su viñedo, animar su dinámica de comunicación con video o texto, y tener acceso a las redes sociales”, resume Benjamín.
La iniciativa surgió de una necesidad clara, cuenta Sarah. “Habíamos observado que es difícil para productores pequeños tener espacio en la internet, y los que hay, proponen cosas complicadas como formularios, o mandar una carta.” Benjamin cuenta que “la idea de vincular mejor al consumidor con la experiencia del vino, y entonces proponemos vinos de terruño de todo Francia al mejor precio, porque es como comprarlo en la viña”.
El proyecto de Mon Vigneron como otras iniciativas de las nuevas generaciones francesas de la comunicación y el vino son claras y parecen hasta obvias. En esta charla en el centro de Burdeos, epicentro del mundo el vino, me atrevo a preguntar por qué si la cultura del vino está presente en Francia desde generaciones y generaciones, este tipo de iniciativa online no ha surgido antes.
“Las tecnologías en el vino y la comunicación en Francia nunca estuvieron a la vanguardia. Estamos en un mercado un poco campesino y rural en el que las tecnologías tardaron en afianzarse. En Estados Unidos las dinámicas web y redes sociales son habituales y por eso generalmente miramos el mercado estadounidense para saber que pasará mas tarde por acá”, aclara Benjamín. De hecho, Sarah aclara que “para muchos viñateros pequeños, nuestro sitio Mon Vigneron fue la primera experiencia web”.
Benjamín remarca que este sector del mercado “aún no llegó a su madurez” y que esta situación les propone un desafío que les encanta. “Nos imaginamos cómo será el mercado de acá a 5 años. Nos preguntamos quienes serán los principales animadores del mercado. Quienes habrán entendido y captado lo mejor de esta situación para servir los intereses del consumidor y del productor. Este es un momento muy interesante.”

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