El negocio de la parcela propia está en auge
Los loteos para hacer vino propio están ubicados en Valle de Uco. Buscan inversores que quieran producir su propio vino de alta gama. El enfriamiento general de la economía hace que los compradores sean más cautelosos.
Mariano Zalazar
mzalazar@areadelvino.com
mzalazar@areadelvino.com
El negocio vitivinícola ofrece múltiples alternativas para inversores. Una rama comercial cada vez más popular, es la de los lotes privados de viñedos. Si bien la reciente pesificación del mercado inmobiliario ha retraído la demanda de loteos, las empresas ofrecen opciones muy amplias que van desde los $ 20.000 a los $ 1.200.000 aproximadamente.
Las formas de trabajo de cada emprendimiento varían según el target de clientes, pero se mantiene un lineamiento general. El concepto es ofrecer a los amantes del vino la posibilidad de acceder a sus propias plantas de viñedos y contar con su vino personalizado. En algunos casos se contempla que el inversor obtenga una rentabilidad por la producción de estos vinos y en otros, que los elabore solo por placer.
Quien entiende bien de este negocio, es Andrés Ostropolsky, del área de venta de Sotheby´s International Realty Mendoza. "Hay un antes y un después de las restricciones a la compra de dólares en el mercado inmobiliario en general. Este tipo de inversiones no son la excepción. De todas maneras, más allá de ciclos de mayor o menor actividad puntuales, los viñedos personales siguen siendo productos muy atractivos para compradores tanto nacionales como extranjeros", explicó el profesional.
En la actualidad, Sotheby´s trabaja con dos desarrollos de viñedos privados. Uno de ellos, es Casa Palmero, que se localiza en una finca de 80 hectáreas frente a Bodega Salentein en Tupungato. El segundo es Casa de Uco, de la familia Tonconoguy de Buenos Aires. Se encuentra en el Valle de Uco y actualmente tiene avanzada la construcción de un hotel de alta gama.
En lo que refiere a estas empresas, Ostropolsky contó que los rangos de precios por hectárea, dependiendo la localización y la antigüedad del viñedo, varían entre $600.000 y $1.200.000.
Lucas Palmero, de Casa Palmero, coincidió con Ostropolsky, y señaló que "la situación económica no es la más propicia para el negocio inmobiliario, pero a la vez considero que invertir en tierras y viñedos en Argentina sigue siendo una buena opción dentro del contexto internacional".
Otro proyecto vitivinícola de las mismas características es Finca Propia, un emprendimiento ubicado en la zona de La Arboleda (Tupungato, Mendoza). En este caso, la disponibilidad de terreno es de 56 hectáreas y la inversión mínima se ubicaría por encima de los $20.000.
Las diferentes caras del negocio
La popularidad del negocio inmobiliario de viñedos privados, obliga a los empresarios a buscar la forma de diferenciarse de sus competidores. Para entender las alternativas que se ofrecen, vale analizar algunos casos particulares.
Juan Tonconogy, uno de los propietarios de Casa de Uco, comentó que su empresa cuenta con 320 hectáreas disponibles para la producción. Actualmente, se encuentra plantado el primer módulo de producción de 70 hectáreas de viñedos, subdivididos en parcelas de una hectárea que están a la venta. Las variedades implantadas son: Malbec, Pinot Noir, Chardonnay, Sauvignon Blanc, Petit Verdot, Cabernet Franc, Torrontes y Pinot Grigio.
El proyecto de la familia Tonconogy ofrece dos productos para sus clientes. La primera opción, es el acceso a viñedos productivos. "Casa de Uco es una oportunidad para los entusiastas del mundo del vino de convertirse en dueños de exclusivos viñedos, sin tener que ser necesariamente expertos en ese campo", indicó el empresario.
Las parcelas plantadas se dirigen bajo una administración común, pero cada dueño puede elegir el destino de su cosecha. "Se puede elaborar un vino propio y además, elegir el nivel de involucramiento en el proceso de producción. Las opciones van desde cosechar la uva hasta diseñar etiquetas personalizadas o crear blends bajo el asesoramiento del equipo profesional de enólogos", explicó Juan Tonconogy.
Una vez elaborado el vino, el inversor tiene la opción de vender su producción de uva a través de la administración de la empresa y así obtener una rentabilidad anual. Otra alternativa que se ofrece a los clientes es vender parte de la producción de uva y el resto destinarla para su propia producción de vinos.
"Por cada hectárea obtenida, el propietario recibirá 150 botellas de vinos premium elaborados con uvas del lugar, independientemente del destino que le quiera dar a su cosecha", concluyó el representante de Casa de Uco.
Por su parte, el enólogo Antonio Mas, quien está al mando de Finca Propia junto a su hijo Santiago, compartió la forma de trabajo de su compañía. "Cualquier persona interesada en vivir su experiencia como elaborador de vinos, puede adquirir una parte de las 56 hectáreas que conforman a la Finca. Con un aporte por única vez de $ 20.000, se toma posesión de 24 plantas de vid (Malbec, Cabernet Sauvignon y Chardonnay) que quedan a disposición del comprador una vez transcurrido un plazo mínimo de tres años", explicó.
Con las uvas de cada planta de vid, se elaboran vinos que luego son etiquetados con el nombre correspondiente al propietario y con la marca "Río de Luna". Así cada mes, durante los primeros tres años, los "nuevos bodegueros" reciben en sus domicilios una caja con sus vinos personalizados. Si bien la parte enológica de la elaboración está a cargo de un grupo expertos liderados por Mas, los inversores pueden formar parte del proceso y conocer más acerca del mundo del vino.
En otro tema, Antonio Mas comentó que los propietarios corren los mismos riesgos de sufrir pérdidas por contingencias climáticas que cualquier otro productor. Es por esto que el enólogo y empresario decidió tomar las medidas necesarias para prevenir el mayor daño posible.
"Cubrimos con la mejor malla antigranizo el 100% de la superficie de la finca.Con esto podemos reducir los daños hasta un 70%", indicó.
Otro aspecto tecnológico es el aporte de agua que se realiza a través de un sistema de riego por goteo provisto por dos pozos propios, lo cuales se encuentran a 120 y 170 metros de profundidad. Éstos se encuentran equipados con dos bombas sumergibles, las cuales mediante un sistema computarizado automatizan el riego por goteo de nuestras vides, seleccionando la cantidad de humedad provista según las necesidades de cada zona puntual de la finca.
Está en los planes de Mas remodelar el sistema de riego, aunque admitió que algunas complicaciones burocráticas han retrasado el proceso.
El negocio ideado por él no tiene como prioridad dar rentabilidad a sus clientes a través de la comercialización de vinos. "El perfil de nuestros clientes es muy particular. Los socios de Finca Propia no ven a su participación como una gran inversión que les dará ganancias a futuro, lo ven como un sueño cumplido", indicó.
Finca Propia comenzó a recibir a sus clientes desde el 2010. En los dos años de actividad, ha sumado a 4.000 socios.
Por su parte, Casa Palmero fue establecida en el año 2011 por Lucas Palmero. Las 80 hectáreas de viñedos tienen 35 años de antigüedad y producen uvas Malbec, Cabernet Sauvignon, Merlot y Chardonay. El costo promedio de cada hectárea es de $800.000.
"En Casa Palmero nos enfocamos en ofrecer un servicio de elaboración de vinos premium 100% personalizado para cada uno de nuestros clientes. Apuntamos tanto a propietarios como así también a consumidores de vinos que quieren vivir la experiencia de ser un winemaker, tomando las principales decisiones del vino a elaborar", reveló el emprendedor.
Los propietarios intervienen en el proceso de elaboración con las uvas de sus viñedos y reciben el asesoramientos de sommeliers, enólogos e ingenieros quienes facilitan el acceso al estilo de vino deseado.
La bodega de la empresa está preparada para realizar micro-elaboraciones (a partir de una barrica) con maquinaria de recepción de cosecha con doble cinta de selección, equipos para controlar la temperatura y todo lo necesario para hacer vinos premium. La capacidad de almacenajes en tanques pequeños es de 18.000 litros.
"Esta experiencia personalizada comienza con la definición del plan de manejo de viñedos. Los clientes tienen la posibilidad de seguir online todos los parámetros climáticos desde nuestra central meteorológica. Al tratarse de microvinificaciones individuales nuestros clientes pueden elegir entre varias opciones a la hora de la elaboración, que va desde el tipo de fermentación hasta a la variedad y el nivel de tostado del roble que quieren usar en su barrica", contó Lucas Palmero.
*Esta nota fue publicada en el Suplemento FINCAS de Diario Los Andes.
Las formas de trabajo de cada emprendimiento varían según el target de clientes, pero se mantiene un lineamiento general. El concepto es ofrecer a los amantes del vino la posibilidad de acceder a sus propias plantas de viñedos y contar con su vino personalizado. En algunos casos se contempla que el inversor obtenga una rentabilidad por la producción de estos vinos y en otros, que los elabore solo por placer.
Quien entiende bien de este negocio, es Andrés Ostropolsky, del área de venta de Sotheby´s International Realty Mendoza. "Hay un antes y un después de las restricciones a la compra de dólares en el mercado inmobiliario en general. Este tipo de inversiones no son la excepción. De todas maneras, más allá de ciclos de mayor o menor actividad puntuales, los viñedos personales siguen siendo productos muy atractivos para compradores tanto nacionales como extranjeros", explicó el profesional.
En la actualidad, Sotheby´s trabaja con dos desarrollos de viñedos privados. Uno de ellos, es Casa Palmero, que se localiza en una finca de 80 hectáreas frente a Bodega Salentein en Tupungato. El segundo es Casa de Uco, de la familia Tonconoguy de Buenos Aires. Se encuentra en el Valle de Uco y actualmente tiene avanzada la construcción de un hotel de alta gama.
En lo que refiere a estas empresas, Ostropolsky contó que los rangos de precios por hectárea, dependiendo la localización y la antigüedad del viñedo, varían entre $600.000 y $1.200.000.
Lucas Palmero, de Casa Palmero, coincidió con Ostropolsky, y señaló que "la situación económica no es la más propicia para el negocio inmobiliario, pero a la vez considero que invertir en tierras y viñedos en Argentina sigue siendo una buena opción dentro del contexto internacional".
Otro proyecto vitivinícola de las mismas características es Finca Propia, un emprendimiento ubicado en la zona de La Arboleda (Tupungato, Mendoza). En este caso, la disponibilidad de terreno es de 56 hectáreas y la inversión mínima se ubicaría por encima de los $20.000.
Las diferentes caras del negocio
La popularidad del negocio inmobiliario de viñedos privados, obliga a los empresarios a buscar la forma de diferenciarse de sus competidores. Para entender las alternativas que se ofrecen, vale analizar algunos casos particulares.
Juan Tonconogy, uno de los propietarios de Casa de Uco, comentó que su empresa cuenta con 320 hectáreas disponibles para la producción. Actualmente, se encuentra plantado el primer módulo de producción de 70 hectáreas de viñedos, subdivididos en parcelas de una hectárea que están a la venta. Las variedades implantadas son: Malbec, Pinot Noir, Chardonnay, Sauvignon Blanc, Petit Verdot, Cabernet Franc, Torrontes y Pinot Grigio.
El proyecto de la familia Tonconogy ofrece dos productos para sus clientes. La primera opción, es el acceso a viñedos productivos. "Casa de Uco es una oportunidad para los entusiastas del mundo del vino de convertirse en dueños de exclusivos viñedos, sin tener que ser necesariamente expertos en ese campo", indicó el empresario.
Las parcelas plantadas se dirigen bajo una administración común, pero cada dueño puede elegir el destino de su cosecha. "Se puede elaborar un vino propio y además, elegir el nivel de involucramiento en el proceso de producción. Las opciones van desde cosechar la uva hasta diseñar etiquetas personalizadas o crear blends bajo el asesoramiento del equipo profesional de enólogos", explicó Juan Tonconogy.
Una vez elaborado el vino, el inversor tiene la opción de vender su producción de uva a través de la administración de la empresa y así obtener una rentabilidad anual. Otra alternativa que se ofrece a los clientes es vender parte de la producción de uva y el resto destinarla para su propia producción de vinos.
"Por cada hectárea obtenida, el propietario recibirá 150 botellas de vinos premium elaborados con uvas del lugar, independientemente del destino que le quiera dar a su cosecha", concluyó el representante de Casa de Uco.
Por su parte, el enólogo Antonio Mas, quien está al mando de Finca Propia junto a su hijo Santiago, compartió la forma de trabajo de su compañía. "Cualquier persona interesada en vivir su experiencia como elaborador de vinos, puede adquirir una parte de las 56 hectáreas que conforman a la Finca. Con un aporte por única vez de $ 20.000, se toma posesión de 24 plantas de vid (Malbec, Cabernet Sauvignon y Chardonnay) que quedan a disposición del comprador una vez transcurrido un plazo mínimo de tres años", explicó.
Con las uvas de cada planta de vid, se elaboran vinos que luego son etiquetados con el nombre correspondiente al propietario y con la marca "Río de Luna". Así cada mes, durante los primeros tres años, los "nuevos bodegueros" reciben en sus domicilios una caja con sus vinos personalizados. Si bien la parte enológica de la elaboración está a cargo de un grupo expertos liderados por Mas, los inversores pueden formar parte del proceso y conocer más acerca del mundo del vino.
En otro tema, Antonio Mas comentó que los propietarios corren los mismos riesgos de sufrir pérdidas por contingencias climáticas que cualquier otro productor. Es por esto que el enólogo y empresario decidió tomar las medidas necesarias para prevenir el mayor daño posible.
"Cubrimos con la mejor malla antigranizo el 100% de la superficie de la finca.Con esto podemos reducir los daños hasta un 70%", indicó.
Otro aspecto tecnológico es el aporte de agua que se realiza a través de un sistema de riego por goteo provisto por dos pozos propios, lo cuales se encuentran a 120 y 170 metros de profundidad. Éstos se encuentran equipados con dos bombas sumergibles, las cuales mediante un sistema computarizado automatizan el riego por goteo de nuestras vides, seleccionando la cantidad de humedad provista según las necesidades de cada zona puntual de la finca.
Está en los planes de Mas remodelar el sistema de riego, aunque admitió que algunas complicaciones burocráticas han retrasado el proceso.
El negocio ideado por él no tiene como prioridad dar rentabilidad a sus clientes a través de la comercialización de vinos. "El perfil de nuestros clientes es muy particular. Los socios de Finca Propia no ven a su participación como una gran inversión que les dará ganancias a futuro, lo ven como un sueño cumplido", indicó.
Finca Propia comenzó a recibir a sus clientes desde el 2010. En los dos años de actividad, ha sumado a 4.000 socios.
Por su parte, Casa Palmero fue establecida en el año 2011 por Lucas Palmero. Las 80 hectáreas de viñedos tienen 35 años de antigüedad y producen uvas Malbec, Cabernet Sauvignon, Merlot y Chardonay. El costo promedio de cada hectárea es de $800.000.
"En Casa Palmero nos enfocamos en ofrecer un servicio de elaboración de vinos premium 100% personalizado para cada uno de nuestros clientes. Apuntamos tanto a propietarios como así también a consumidores de vinos que quieren vivir la experiencia de ser un winemaker, tomando las principales decisiones del vino a elaborar", reveló el emprendedor.
Los propietarios intervienen en el proceso de elaboración con las uvas de sus viñedos y reciben el asesoramientos de sommeliers, enólogos e ingenieros quienes facilitan el acceso al estilo de vino deseado.
La bodega de la empresa está preparada para realizar micro-elaboraciones (a partir de una barrica) con maquinaria de recepción de cosecha con doble cinta de selección, equipos para controlar la temperatura y todo lo necesario para hacer vinos premium. La capacidad de almacenajes en tanques pequeños es de 18.000 litros.
"Esta experiencia personalizada comienza con la definición del plan de manejo de viñedos. Los clientes tienen la posibilidad de seguir online todos los parámetros climáticos desde nuestra central meteorológica. Al tratarse de microvinificaciones individuales nuestros clientes pueden elegir entre varias opciones a la hora de la elaboración, que va desde el tipo de fermentación hasta a la variedad y el nivel de tostado del roble que quieren usar en su barrica", contó Lucas Palmero.
*Esta nota fue publicada en el Suplemento FINCAS de Diario Los Andes.
Mariano Zalazar
mzalazar@areadelvino.com
mzalazar@areadelvino.com
Hoteles, countries y otros servicios
Si bien el negocio central de las empresas consultadas se centra en la venta de hectáreas de viñedos privados, los empresarios se focalizan en complementar su proyecto con otros servicios y ofertas inmobiliarias.
Finca Propia, por ejemplo, ya está constituida y en pleno funcionamiento, pero Antonio Mas tiene planes expansión. Por un lado, se está realizando una ampliación de la bodega que permitirá duplicar la producción. Por otro, se encuentra avanzada la construcción de un hotel, en el cual podrán alojarse los propietarios cada vez que quieran visitar Valle de Uco y seguir de cerca a sus viñedos.
Finalmente, un tercer proyecto de crecimiento apuesta a la construcción de un Club House. "Será un lugar donde los propietarios podrán relajarse, realizar degustaciones y maravillarse con el excepcional paisaje de la Cordillera de los Andes", contó el winemaker.
Además, como complemento en la viña se pueden realizar actividades como vendimia, poda, raleo, descruce y atado. Se realizan también cursos y degustaciones en diferentes puntos del país. "De esta forma los interesados en conocer más sobre vitivinicultura pueden hacerlo desde sus propios hogares, sin importar en que parte del país estén", contó Mas.
En tanto, Casa de Uco busca mayor rentabilidad diversificando las líneas del negocio. Además de sus 320 hectáreas de viñedos, ofrece lotes de 2.500 metros cuadrados para construir villas privadas. El diseño y construcción están a cargo del estudio de arquitectura Alberto Tonconogy & Asociados.
También, a modo de complemento, Juan Tonconogy comentó que los propietarios tienen acceso a Uco Wine Hotel & Spa, así como también a servicios de jardinería, cuidados domésticos y conserjería las 24 horas, entre otras cosas.
Finca Propia, por ejemplo, ya está constituida y en pleno funcionamiento, pero Antonio Mas tiene planes expansión. Por un lado, se está realizando una ampliación de la bodega que permitirá duplicar la producción. Por otro, se encuentra avanzada la construcción de un hotel, en el cual podrán alojarse los propietarios cada vez que quieran visitar Valle de Uco y seguir de cerca a sus viñedos.
Finalmente, un tercer proyecto de crecimiento apuesta a la construcción de un Club House. "Será un lugar donde los propietarios podrán relajarse, realizar degustaciones y maravillarse con el excepcional paisaje de la Cordillera de los Andes", contó el winemaker.
Además, como complemento en la viña se pueden realizar actividades como vendimia, poda, raleo, descruce y atado. Se realizan también cursos y degustaciones en diferentes puntos del país. "De esta forma los interesados en conocer más sobre vitivinicultura pueden hacerlo desde sus propios hogares, sin importar en que parte del país estén", contó Mas.
En tanto, Casa de Uco busca mayor rentabilidad diversificando las líneas del negocio. Además de sus 320 hectáreas de viñedos, ofrece lotes de 2.500 metros cuadrados para construir villas privadas. El diseño y construcción están a cargo del estudio de arquitectura Alberto Tonconogy & Asociados.
También, a modo de complemento, Juan Tonconogy comentó que los propietarios tienen acceso a Uco Wine Hotel & Spa, así como también a servicios de jardinería, cuidados domésticos y conserjería las 24 horas, entre otras cosas.

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