Una apuesta audaz


Fuente: La Nación | Sabrina Cuculiansky.
chandonNueva opción para la movida de los tragos, a partir de vinos tranquilos y con burbujas. La amplia oferta de vinos locales abre el abanico a nuevos consumidores y paladares. Los tintos pesados fueron los primeros en llegar y después se pasó a los más amables. Aparecieron los tardíos, como consecuencia de la producción de los dulces naturales, más los espumantes tradicionales y los elaborados con cepas diferentes, y el surgimiento de un consumo ávido por probar cócteles con vinos en donde también estaba permitido el on the rocks. En la línea de constante búsqueda, Chandon, compañía francesa que hace 53 años produce en Mendoza, lanzó una nueva propuesta. Con un método de elaboración de espumante, Délice estaría en una categoría de consumo entre un tardío y uno con burbujas.


Más allá de su impecable elaboración con Chardonnay y Pinot Noir y la mezcla de Semillón tardío más Petit Manzeng (típica para cosecha tardía en Francia), estas burbujas de alta gama
($ 61) deben beberse bien frías y algunos aconsejan agregarle hielo. Es bien frutado y en boca está presente el dulce cremoso de una fruta madura, pero al mismo tiempo tiene una acidez tan equilibrada que no empalaga y propone seguir bebiendo. Contra todos los dogmas de los expertos, a mucha gente le gusta cenar con vinos dulces y Délice podría ocupar ese lugar ya que se lo descorcha frío y es apto para acompañar todo tipo de comidas, especialmente las mediterráneas. Durante la presentación, el chef Borja Blázquez ofreció surubí, jamón crudo, centolla, y hasta una bondiola que se emparentaba elegantemente con el Délice. Puede tomarse como aperitivo en copas de boca ancha o en vaso para tragos. Tato Giovannoni los preparó con cítricos, con albahaca y con pepino. Una apuesta audaz de la Argentina al mundo.


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