Una apuesta audaz
Fuente: La Nación | Sabrina Cuculiansky.
Más allá de su impecable elaboración con Chardonnay y Pinot Noir y la mezcla de Semillón tardío más Petit Manzeng (típica para cosecha tardía en Francia), estas burbujas de alta gama
($ 61) deben beberse bien frías y algunos aconsejan agregarle hielo. Es bien frutado y en boca está presente el dulce cremoso de una fruta madura, pero al mismo tiempo tiene una acidez tan equilibrada que no empalaga y propone seguir bebiendo. Contra todos los dogmas de los expertos, a mucha gente le gusta cenar con vinos dulces y Délice podría ocupar ese lugar ya que se lo descorcha frío y es apto para acompañar todo tipo de comidas, especialmente las mediterráneas. Durante la presentación, el chef Borja Blázquez ofreció surubí, jamón crudo, centolla, y hasta una bondiola que se emparentaba elegantemente con el Délice. Puede tomarse como aperitivo en copas de boca ancha o en vaso para tragos. Tato Giovannoni los preparó con cítricos, con albahaca y con pepino. Una apuesta audaz de la Argentina al mundo.
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