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Fuente: unosanrafael.com.ar.
San Rafael es uno de los principales productores de champán de Argentina. Allí Cristina inauguró lustrosas cavas y allí se enorgullecen de destinar una gran parte de la producción de esta bebida para exportación. San Rafael es una de las principales zonas de elaboración de vino espumante o espumoso, lo que comúnmente se conoce como “champán”, con un total de 16 bodegas que fabrican este producto. Pablo Asens, presidente de la Cámara de Comercio local, señaló que, según datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), “en el período 2011 en el país se elaboraron 35 millones de litros de vino espumoso, de los cuales 31 millones se vendieron en el mercado interno y 4 millones se exportaron. En este marco, los establecimientos sanrafaelinos representaron el 18% de las ventas internas y 22% de las exportaciones”.
La producción local se concentra en cuatro champañeras: Mumm, Bianchi, Murville y Suter, de las cuales la primera es la mayor elaboradora de la zona e impulsa los envíos externos del producto. Y en doce bodegas locales que también elaboran “champán”, un término que legalmente se dejó de utilizar en Argentina porque es una denominación de origen de un producto vitivinícola de Francia.
Dos bodegas hacen el producto mediante el método ancestral (Dionisio Zanetti y La Abeja) y los restantes diez lo ofrecen como complemento a sus líneas habituales de vinos: Roca, Bournett, Labiano, Goyenechea, Gimeno Calduch, Cavas San Julián, Protegido, Martínez Croce, San Giorgio y Finca Marta.
“San Rafael –destacó el empresario bodeguero- es una zona champañera con características idóneas y ventajas muy importantes, como el tipo de tierra y clima, para la producción de uvas blancas, lo que permite la elaboración de excelentes vinos blancos y excelentes bases para champán”.
Asens explicó que “la base es el secreto del champán, ya que de acuerdo a la base que cada uno elabore es el estilo del producto que va a lograr”. Y agregó que “las uvas que más se usan para el vino espumante son de las variedades Chardonnay, Pinot Noir, Chenin Blanc y Semillón”.
Exportaciones
Las exportaciones de espumantes crecen, a pesar de que en este rubro es más difícil la inserción en el mercado externo. En la Aduana San Rafael el año pasado se registraron envíos de vino espumoso por dos millones y medio de dólares (más de diez millones de pesos), medio millón más que en 2010. Puede haber más envíos de establecimientos locales que se han registrado en aduanas de otras partes del país, como la ciudad de Mendoza o el puerto de Buenos Aires.
“Para una bodega es mucho más complejo competir en el exterior con un champán que con un vino”, explicó el titular de la entidad empresaria, y aclaró que “el grueso de las exportaciones de espumantes se han producido por filiales argentinas de empresas multinacionales que colocan su producto a nivel internacional”.
El aumento de estas exportaciones es otro de los “síntomas” de la transformación experimentada por la vitivinicultura, que apunta más a la calidad que a la cantidad, sumado al plan de crecimiento del sector a largo plazo que lleva adelante la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR) y el acuerdo con el gobierno nacional para incentivar las inversiones.
Fiesta del Espumante
Debido a la importancia que adquirió el sector de elaboración de espumantes en los últimos años se pensó en plasmar esta situación en un evento representativo, así como la vitivinicultura tiene a la Fiesta de la Vendimia como su cara visible.
Entonces se ideó la realización de lo que en principio se denominó la “Fiesta del Espumante”, pero en la que no iba a elegirse una reina.
Ante ello, la Cámara de Comercio de San Rafael se reunió con los principales actores del sector a nivel local para acordar su concreción y cómo se distribuiría su financiamiento, pero no se llegó a un acuerdo debido a que cada uno tenía una visión diferente del festival y un segmento distinto al que apuntar.
Pablo Asens, presidente de la entidad empresaria, explicó que “es un proyecto de la Cámara de Comercio que aún no se pudo concretar”, porque “nos faltó ponernos de acuerdo los distintos actores que hoy existen para ver qué tipo de fiesta queríamos”.
No obstante, el proyecto se mantiene hasta tanto se pueda realizar y para lo cual la Cámara tiene registrada la marca.
Prorrogan el acuerdo que incentiva las inversiones
Los elaboradores de vino espumante están exento del denominado “impuesto al champán” gracias a un convenio firmado en 2005 con el gobierno nacional, donde el sector se compromete a realizar inversiones con el dinero que en principio estaba destinado al pago del tributo, que es del 12% sobre el precio de venta mayorista del producto.
El acuerdo se firmó por diez años, aunque se aplica en etapas a medida que el Estado verifica el cumplimiento de las metas de inversión.
“Cada dos años hay que demostrar al Ejecutivo nacional las inversiones que se han hecho en el sector de elaboración de vino espumoso, que ronda un promedio de 100 millones de pesos anuales a nivel país”, indicó Pablo Asens, quien recordó que “la presidenta Cristina Fernández anunció en San Rafael, cuando visitó la champañera Bianchi en diciembre pasado, la nueva prórroga de la exención del impuesto al champán”.
En el caso de los establecimientos que elaboran vinos y espumantes, solamente cuenta el dinero invertido en la parte de este último, por lo que, según explicó el bodeguero, tiene que haber una separación física, técnica y legal, aunque ambos sectores estén bajo el mismo techo.
En la industria esperan que el acuerdo se extienda más allá de 2015. “Lo más seguro que este convenio se vaya a renovar, porque en esta política de canjear un impuesto por una inversión le genera al gobierno nacional mayor recaudación por Impuesto al Valor Agregado, ya que al invertir se está comprando y entonces se está pagando IVA, lo que compensa con creces lo que el gobierno hubiese recaudado si colocaba el impuesto al champán”.
Democratización de su consumo
El principal objetivo de la industria es mantener el crecimiento de este rubro. “El champán crece a una tasa mayor de lo que ha crecido el vino en el mercado interno en los últimos diez años. Hoy el consumo de champán se ha ‘democratizado’ y existe una gama de champán de calidad y precio accesible para cualquier consumidor. Esto ha hecho que la gente se anime a tomarlo”.
“Un dato notorio –destacó Asens- es que la venta de champán en la Argentina en la última década ha crecido 10 millones de litros, lo que representa más de 13 millones de botellas”.
San Rafael es uno de los principales productores de champán de Argentina. Allí Cristina inauguró lustrosas cavas y allí se enorgullecen de destinar una gran parte de la producción de esta bebida para exportación. San Rafael es una de las principales zonas de elaboración de vino espumante o espumoso, lo que comúnmente se conoce como “champán”, con un total de 16 bodegas que fabrican este producto. Pablo Asens, presidente de la Cámara de Comercio local, señaló que, según datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), “en el período 2011 en el país se elaboraron 35 millones de litros de vino espumoso, de los cuales 31 millones se vendieron en el mercado interno y 4 millones se exportaron. En este marco, los establecimientos sanrafaelinos representaron el 18% de las ventas internas y 22% de las exportaciones”.
La producción local se concentra en cuatro champañeras: Mumm, Bianchi, Murville y Suter, de las cuales la primera es la mayor elaboradora de la zona e impulsa los envíos externos del producto. Y en doce bodegas locales que también elaboran “champán”, un término que legalmente se dejó de utilizar en Argentina porque es una denominación de origen de un producto vitivinícola de Francia.
Dos bodegas hacen el producto mediante el método ancestral (Dionisio Zanetti y La Abeja) y los restantes diez lo ofrecen como complemento a sus líneas habituales de vinos: Roca, Bournett, Labiano, Goyenechea, Gimeno Calduch, Cavas San Julián, Protegido, Martínez Croce, San Giorgio y Finca Marta.
“San Rafael –destacó el empresario bodeguero- es una zona champañera con características idóneas y ventajas muy importantes, como el tipo de tierra y clima, para la producción de uvas blancas, lo que permite la elaboración de excelentes vinos blancos y excelentes bases para champán”.
Asens explicó que “la base es el secreto del champán, ya que de acuerdo a la base que cada uno elabore es el estilo del producto que va a lograr”. Y agregó que “las uvas que más se usan para el vino espumante son de las variedades Chardonnay, Pinot Noir, Chenin Blanc y Semillón”.
Exportaciones
Las exportaciones de espumantes crecen, a pesar de que en este rubro es más difícil la inserción en el mercado externo. En la Aduana San Rafael el año pasado se registraron envíos de vino espumoso por dos millones y medio de dólares (más de diez millones de pesos), medio millón más que en 2010. Puede haber más envíos de establecimientos locales que se han registrado en aduanas de otras partes del país, como la ciudad de Mendoza o el puerto de Buenos Aires.
“Para una bodega es mucho más complejo competir en el exterior con un champán que con un vino”, explicó el titular de la entidad empresaria, y aclaró que “el grueso de las exportaciones de espumantes se han producido por filiales argentinas de empresas multinacionales que colocan su producto a nivel internacional”.
El aumento de estas exportaciones es otro de los “síntomas” de la transformación experimentada por la vitivinicultura, que apunta más a la calidad que a la cantidad, sumado al plan de crecimiento del sector a largo plazo que lleva adelante la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR) y el acuerdo con el gobierno nacional para incentivar las inversiones.
Fiesta del Espumante
Debido a la importancia que adquirió el sector de elaboración de espumantes en los últimos años se pensó en plasmar esta situación en un evento representativo, así como la vitivinicultura tiene a la Fiesta de la Vendimia como su cara visible.
Entonces se ideó la realización de lo que en principio se denominó la “Fiesta del Espumante”, pero en la que no iba a elegirse una reina.
Ante ello, la Cámara de Comercio de San Rafael se reunió con los principales actores del sector a nivel local para acordar su concreción y cómo se distribuiría su financiamiento, pero no se llegó a un acuerdo debido a que cada uno tenía una visión diferente del festival y un segmento distinto al que apuntar.
Pablo Asens, presidente de la entidad empresaria, explicó que “es un proyecto de la Cámara de Comercio que aún no se pudo concretar”, porque “nos faltó ponernos de acuerdo los distintos actores que hoy existen para ver qué tipo de fiesta queríamos”.
No obstante, el proyecto se mantiene hasta tanto se pueda realizar y para lo cual la Cámara tiene registrada la marca.
Prorrogan el acuerdo que incentiva las inversiones
Los elaboradores de vino espumante están exento del denominado “impuesto al champán” gracias a un convenio firmado en 2005 con el gobierno nacional, donde el sector se compromete a realizar inversiones con el dinero que en principio estaba destinado al pago del tributo, que es del 12% sobre el precio de venta mayorista del producto.
El acuerdo se firmó por diez años, aunque se aplica en etapas a medida que el Estado verifica el cumplimiento de las metas de inversión.
“Cada dos años hay que demostrar al Ejecutivo nacional las inversiones que se han hecho en el sector de elaboración de vino espumoso, que ronda un promedio de 100 millones de pesos anuales a nivel país”, indicó Pablo Asens, quien recordó que “la presidenta Cristina Fernández anunció en San Rafael, cuando visitó la champañera Bianchi en diciembre pasado, la nueva prórroga de la exención del impuesto al champán”.
En el caso de los establecimientos que elaboran vinos y espumantes, solamente cuenta el dinero invertido en la parte de este último, por lo que, según explicó el bodeguero, tiene que haber una separación física, técnica y legal, aunque ambos sectores estén bajo el mismo techo.
En la industria esperan que el acuerdo se extienda más allá de 2015. “Lo más seguro que este convenio se vaya a renovar, porque en esta política de canjear un impuesto por una inversión le genera al gobierno nacional mayor recaudación por Impuesto al Valor Agregado, ya que al invertir se está comprando y entonces se está pagando IVA, lo que compensa con creces lo que el gobierno hubiese recaudado si colocaba el impuesto al champán”.
Democratización de su consumo
El principal objetivo de la industria es mantener el crecimiento de este rubro. “El champán crece a una tasa mayor de lo que ha crecido el vino en el mercado interno en los últimos diez años. Hoy el consumo de champán se ha ‘democratizado’ y existe una gama de champán de calidad y precio accesible para cualquier consumidor. Esto ha hecho que la gente se anime a tomarlo”.
“Un dato notorio –destacó Asens- es que la venta de champán en la Argentina en la última década ha crecido 10 millones de litros, lo que representa más de 13 millones de botellas”.
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