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En su
lucha contra las dificultades económicas, la misión de estas empresas
argentinas es mejorar en calidad, expandirse en mercados y llegar a los
consumidores a través de diferentes canales.
Mariano Zalazar
mzalazar@areadelvino.com
mzalazar@areadelvino.com
Para entender mejor su filosofía de trabajo, Área del Vino dialogó con algunos de los responsables de las empresas de este tipo que se encuentran en el país.
Rocío Blanco, de Familia Blanco, explicó que para este año, el principal objetivo de la empresa es inaugurar la bodega propia que está en construcción desde agosto.
Este caso también es el de Piatellí, que inaugurará su bodega en Cafayate, Salta y planea ampliar su cartera de productos con vinos de alta calidad.
Diferente es la realidad para Bodega Furlotti, que ya cuenta con bodega propia, pero trabaja para consolidarse en el mercado. Tras cinco años de actividad, Gabriel Furlotti indicó que la prioridad es crecer en ventas para mantener las cuentas claras. "Nuestra marca ya es reconocida, pero necesitamos alcanzar una producción de 200.000 litros o más para que el negocio sea rentable", explicó. Además, Furlotti cumple con las normas del Fair Trade (comercio justo) y trabajará en 2012 para fortalecer este aspecto positivo.
Por su parte, Finca 8, bodega propiedad de Hernán Fragueiro Frías, intentará llevar su producción de 20.000 a 100.000 litros anuales en las próximas temporadas.
Apertura de nuevos mercados
La incertidumbre que genera la crisis internacional no parece ser un freno para las bodegas boutique de Argentina. La representante de Familia Blanco comentó que la bodega pretende profundizar relaciones comerciales existentes, aumentando los volúmenes en los mercados de Brasil, Alemania, Estados Unidos y en tres mercados nuevos en los que se están realizando las primeras ventas: Australia, Perú y China.
Similares fueron las palabras de Hernán Fragueiro Frías. "Para este año queremos seguir abriendo mercados. Actualmente se pueden encontrar nuestros vinos en Estados Unidos, Canadá y Brasil, pero estamos gestionando nuevos acuerdos comerciales en México y otros puntos de Estados Unidos. Queremos también introducirnos en Europa, pero hasta el momento no hemos podido contratar negocios. Son en general mercados complicados para introducir vinos de alta gama y con segmento de precios altos como los nuestros", indicó.
No se queda atrás Furlotti, que por el momento dedica todas sus fuerzas a vender sus productos en Suiza, pero busca incesantemente su lugar en Canadá y en los países escandinavos. "También hemos hecho esfuerzos en Estados Unidos pero nos solicitaban vinos de Entry Level y nuestros vinos se manejan a valores un poco más altos", contó Gabriela Furlotti.
Bodega Piatelli es otro fiel ejemplo de la postura de expansión de bodegas chicas y boutique. "Queremos aumentar nuestra presencia en Europa, América Latina y en el mercado interno", reveló Agustina Decurguez, encargada del área comercial.
Durante el 2011, Piatelli trabajó para introducirse con fuerza en Mendoza, Buenos Aires y Tucumán en el mercado interno y Estados Unidos, México y Canadá en el plano internacional.
Las dificultades del sector
Los problemas que afectan a la vitivinicultura argentina no son ajenos a las bodegas chicas y boutique. Su principal preocupación es el aumento de los costos a causa de la inflación.
Para Familia Blanco, los incrementos más notorios se encuentran en botellas, cajas y etiquetas. "Hemos notado subas de precio del 20% al 23% en insumos de packaging", lamentó Rocío Blanco.
En el caso de Bodega Furlotti, sus registros contables delatan incrementos de entre el 25% y el 30% en los costos de producción, comparando 2012 con 2011.
"La situación es preocupante. Debemos bajar los costos o producir más, no hay más opciones", señaló Gabriela Furlotti. "La bodega deberá incrementar su producción de 100.000 a 200.000 litros si quiere tener rentabilidad. Estamos exportando nuestros vinos a un valor de U$S 5. Por el momento alcanza para cubrir los costos de producción y venta, pero cada año la brecha de rentabilidad es más corta", explicó. Además, la empresaria se mostró disconforme con algunas políticas impositivas. "El IVA es un problema porque se cobra en tiempos interminables. Diferente es el caso de las exportaciones, que se cobran en 10 meses y en dólares. El IVA, en cambio, se paga en pesos y períodos extensos, que hacen que se lo coma la inflación", observó. Sin embargo, a pesar de las cuentas ajustadas, Furlotti se mostró conforme con el balance los primeros cinco años de su empresa. "Hemos tenido dificultades económicas como todos, pero nos consolidamos en el mercado y lo consideramos un gran logro", indicó.
Finalmente, una buena noticia para el sector, es que las bodegas chicas no han sufrido problemas de falta de insumos como consecuencia de la restricción a las importaciones.
Conformes con la cosecha
Producciones menores al
millón de litros permiten a las bodegas boutique llevar un control
exhaustivo de sus uvas. Aunque fue un año con muchas incidencias
climáticas que afectaron la cosecha argentina (en volumen), las
empresas aquí consultadas no han tenido mayores dificultades.
"En lo que respecta a cosecha, y calidad de vinos el balance ha sido muy positivo", contó Rocío Blanco, mientras que Gabriela Furlotti definió a la cosecha como "muy buena". Bodega Furlotti, trabaja siempre con los mismos productores y paga mejores precios que los que circulan en el mercado, cumpliendo así con las normas de Fair trade. "Afortunadamente, a nuestros proveedores no les afectó ninguna incidencia climática", concluyó la presidente.
Desde Piatelli, esperan también una alta calidad de uva y por consecuencia muy buenos vinos. Así lo aseguró Valeria Antolín, enóloga principal de la bodega.
Para Finca 8, la cosecha también muestra signos positivos. "Tenemos uva de similar calidad a la del año pasado", contó conforme Frías. La cosecha 2010 de sus vinos, lograron importantes reconocimientos en Wine Spectator y The Wine Advocate.
"En lo que respecta a cosecha, y calidad de vinos el balance ha sido muy positivo", contó Rocío Blanco, mientras que Gabriela Furlotti definió a la cosecha como "muy buena". Bodega Furlotti, trabaja siempre con los mismos productores y paga mejores precios que los que circulan en el mercado, cumpliendo así con las normas de Fair trade. "Afortunadamente, a nuestros proveedores no les afectó ninguna incidencia climática", concluyó la presidente.
Desde Piatelli, esperan también una alta calidad de uva y por consecuencia muy buenos vinos. Así lo aseguró Valeria Antolín, enóloga principal de la bodega.
Para Finca 8, la cosecha también muestra signos positivos. "Tenemos uva de similar calidad a la del año pasado", contó conforme Frías. La cosecha 2010 de sus vinos, lograron importantes reconocimientos en Wine Spectator y The Wine Advocate.
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