INTERNACIONAL Científicos chilenos logran producir vinos con bajo alcohol sin sacrificar la calidad

Con toque alemán

Fuente: La Nación Revista.
SchroederDos establecimientos de origen germano reivindican la uva argentina
Jurassic Wine
Los vinos patagónicos ganan cada vez más adeptos. Schroeder es una de las bodegas que está reafirmando el sur del país como tierra vitivinícola. Cuando en 2000 parcelaron sus fincas, se encontraron con restos fósiles de más de setenta millones de años. A partir de este hecho, surgieron etiquetas en honor a ese hallazgo. Como explica Roberto Schroeder, “Los encontramos, los entregamos a paleontología y hoy están expuestos en una sala especial de la bodega.”

Schroeder es una familia que se instaló en la Patagonia en 1927. “A lo largo del tiempo y con una inversión muy grande pudimos cumplir el sueño de tener la bodega propia: en 2001 plantamos, en 2004 terminamos la bodega y en 2005 vendimos la primera botella.”

Según Roberto es la mejor zona de la Argentina para el Pinot Noir y también para el Merlot. Hoy cuentan con 24 vinos divididos en 4 líneas que incluyen vinos tranquilos y espumantes. En el recorrido turístico se descubren las fincas, las bodegas y las salas de barricas y se puede descansar disfrutando de un almuerzo en su restaurante Saurus.


Del Mar a la Tierra
Funcken era el apellido de su abuela materna, que en 1428 le dio nombre a Funckenhausen, un pueblo alemán que lleva flores en su escudo. Kurt Heinlein (de 82 años) nació en Buenos Aires, fue electricista y trabajó en agencias marítimas. “El vino es algo que siempre me gustó”, explica Kurt mientras bebe una copa de su nuevo vino, el ícono de la bodega Funckenhausen, un blend tinto ($ 150) que lleva su nombre: Kurt Heinlein. En 2003 compró 300 hectáreas de tierras vírgenes en San Rafael y como tuvo que esperar las cosechas varios años decidió llamar a sus líneas de varietales y a la línea reserva: La Espera ($ 80). Kurt es un enamorado del Syrah y por ello plantó esta variedad junto a los Cabernet Sauvignon y Malbec. No es exagerado: ganó la medalla de plata en un concurso francés que premia a los mejores Syrah del mundo.

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