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Parrilla “El Desnivel”

 

Hoy les traigo amigos un clásico de la zona de San Telmo que permanece inalterable pese al paso del tiempo, las oleadas turísticas y las modas parrilleras…
En la entrada nomás, una gran parrilla humeante repleta de diferentes cortes de carnes y achuras, recibe a los usuales comensales que alegremente saben que acuden a este lugar, nada más ni nada menos que a comer un buen asado porteño y es precisamente eso con lo que han de encontrarse.
Muchas mesas, siempre lleno, un aluvión de turistas (que por suerte eso no ha hecho subir los precios en exceso) el ambiente resulta quizás un tanto bullicioso pero la atmósfera es cálida y familiar.
Adornos de todo tipo, banderas, escudos, cuadros, y hasta mapas cuelgan de las paredes y parecieran estar allí desde siempre.
Comer abundante, buena carne y que todo llegue a la mesa lo más pronto posible parece ser la Santa Trilogía del argentino devoto de la parrilla y en El Desnivel esto ocurre con la contundencia de un milagro.
Mozos a la vieja usanza, de trato correcto, memoria envidiable y valederas recomendaciones acerca de lo que mejor sale ese día.
Para empezar, no hay que perderse las muy ricas empanadas de carne cortada a cuchillo. Después, todo lo que sale de la parrilla está muy bien, en especial el vacío y el matambre, las achuras resultan también recomendables.
Como en todo bodegón que se precie, resistirse al flan casero con dulce es imperdonable.
“El Desnivel” es ya hoy un clásico de la zona y un buen lugar para ir hambriento y con amigos.

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