INTERNACIONAL Científicos chilenos logran producir vinos con bajo alcohol sin sacrificar la calidad

El oporto más viejo de San Juan aún se conserva en botellas

Fuente: Diario de Cuyo | Elizabeth Pérez.
oportoFue elaborado en la bodega El Sol, de Maradona y cosechó premios nacionales e internacionales. Un sanjuanino que vive en Chubut conserva 2 botellas. Ya decía Platón que ‘‘el vino es el mejor regalo para consuelo de los mortales’’ y mucho mejor si es uno con una gran historia y valor detrás como el que recibió de obsequio la familia del ingeniero Norberto Suárez en los años ‘60 y del que hoy se conservan en el Sur dos botellas como reliquia: Se trata de un vino generoso -un oporto añejado en barricas italianas y francesas- que tiene nada menos que 126 años -con certificados que lo avalan-, lo que lo convierte en el más viejo de San Juan. El registro más antiguo hasta ahora era un oporto de Graffigna de 100 años que se descorchó en honor a la familia pionera vitivinícola, el año pasado en la cata de vinos.

Pero el ‘vino generoso 80 años‘ elaborado en la bodega El Sol que supo estar en Angaco -hoy ya no existe- y que era propiedad de un tradicional bodeguero de antaño, Don Antonio Maradona; le acaba de arrebatar el título: Dos botellas de ese ‘elixir‘ como lo recuerdan hoy algunos enólogos sanjuaninos, están en poder de Norberto Suárez, un ingeniero que trabaja en el petróleo en Comodoro Rivadavia, en Chubut, y que atesora como reliquias.

‘Un amigo le regaló diez botellas a mi padre en el ‘65, y él las abrió en ocasiones especiales. Yo tengo dos de esas botellas’’, contó Suárez a DIARIO de CUYO. Los archivos escritos y la memoria del enólogo Arnaldo Carracedo permitió reconstruir una historia casi desconocida en la provincia: El vino ‘80 años‘ -se le puso ese nombre porque era la edad que tenía en 1965- maduró en vasijas de madera traídas de Italia y Francia, en una de las bodegas más antiguas de San Juan y productora de los mejores vinos especiales del país.
Su calidad le valió ganar varias medallas de oro: Una en la exposición internacional de Entre Ríos en el año 1887 y otra en la exposición Nacional de 1898. Aunque no figuran las fechas el ‘80 años’ cosechó oros también en la exposición Internacional de San Francisco, en la exposición Nacional del Centenario y además recibió la condecoración de la Cruz de SAVOIA en la exposición de Milán, Italia; además de reconocimientos en Francia, España y Estados Unidos.

En 1933 una partida del mencionado vino con su vasija fue trasladada de la bodega El Sol a la bodega de Don Elio Heredia, yerno de Maradona; y un inspector de industrias del Instituto Nacional del Vino labró un acta del procedimiento donde se menciona la vejez del vino.
Según indica el librito que cuelga de la botella, esa misma partida fue comprada en 1965 por Don Antonio De Francesco quien tenía bodega en la calle Abraham Tapia, en Trinidad; y una fraccionadora en Tres Arroyos, provincia de Buenos Aires.

‘Allá lo fraccionaban en botellas, con la misma marca, 80 años’’, recordó Arnaldo Carracedo, desde el Centro de Enólogos de San Juan. -¿Lo conoce al vino?, se le consultó. -‘‘Y sí, si lo he trabajado yo!’’, contestó. ‘‘Yo trabajé como enólogo de De Francesco, y ese vino, como tenía tantos años y se había pasado de oxidación, lo filtramos, le sacamos el hierro, lo tratamos, en una palabra, y lo despachamos nuevamente al consumo. Era un elixir, una bebida excelente!’’ aseguró el reconocido especialista local.
‘‘Este oporto, cuando se hizo tenía 16 grados y 100 gramos de azúcar, cuando yo lo analicé tenía 19 grados de alcohol y 120 gramos de azúcar’’, agregó Carracedo, que explicó que la diferencia con el moscato -de sabor parecido- es que éste ‘se metía en vasijas de roble y se lo añejaba’’. ‘‘Entonces contra más tiempo pasaba se ponía más rico, iba aumentando el alcohol y se iba concentrando.

Es una bebida especial, alcoholizado, un vino para que dure mucho tiempo. No recuerdo cuántos litros compró Don Francesco, creo que eran 5.000 y pico. De acá, de la bodega de Trinidad lo mandamos preparado en camiones a Tres Arroyos y allá se fraccionó’’, explicó Carracedo.

VALOR INCALCULABLE
¿Sirven esos vinos de más de 100 años? ‘‘Por supuesto que sirve, es exquisito, muy dulce, muy bueno. Son vinos alcoholizados, tenían alcohol vínico, autorizado por el INV’’, dijo el enólogo quien agregó que esa característica sumada a la historia y los premios recibidos lo hacen una reliquia, ‘de valor incalculable’: ‘‘El otro día un coleccionista compró un vino en miles de euros, un vino que no servía para tomar porque no era especial, pero había sido famoso en su época y estaba vestido y etiquetado.

Este vino que se puede tomar tiene más valor, debe tener un precio incalculable. Hace un tiempo yo les llevé a unos parientes que viven en California y todavía alguno me dice que lo sigue probando a gotas!’’, agregó el enólogo.

El ingeniero Suárez dice que no sabe qué va a hacer con las dos botellas que tiene. ‘‘El año pasado en un negocio de vinos comenté sobre éste y me dijeron ‘ojo, que hay coleccionistas que se lo podrían cambiar por un departamento en Buenos Aires, si realmente tiene todos esos premios y se ha conservado en buen estado’, reflexionó.

No obstante, pese al potencial valor económico que pueden tener las botellas que tiene en su poder, se nota a las claras que también lo tironea lo emocional: ‘‘Mi padre, Eriberto Alvear Suárez, siempre tenía vinos de guarda y los abría solamente en en ocasiones especiales. Éste vino de San Juan, del que tenía 10 botellas, recuerdo que abrió la primera cuando yo me casé en el año ‘79, después abrió otra cuando se casó mi hermano, en el ‘82, y cuando nacieron sus nietas también abrimos algunas. Y a mi hermano y a mí nos regaló algunas botellas para que las tuviéramos. Esas son las dos que tengo.

Una que está impecable, y otra que estaba en un sótano y se le ha salido un poco la etiqueta’’. Y haciendo una pausa en la conversación telefónica agregó: ‘‘¡Y sí, puede que abra alguna, voy a ver cuando mis hijas me den algún nieto, capaz que podamos abrir alguna!’’.

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