En que está el Malbec

Confundidos por la Fashion New World Wine, degustadores la pifian con el Cabernet Sauvignon argentino

Fuente: La Nación

Está claro en las agronomías que el naranjo arraiga lozano en los suelos arenosos, en tanto que el manzano elige la tierra negra. Así, pues, la verdad de los naranjos es la arena y, la verdad de los manzanos, el humus negro.

El amplio listado general de la verdad-de-los, incluye entre nosotros, desde la verdad-de-la-milanesa desbordante de la fonda Re dei Vini (Juan B. Justo esquina Paraguay) hasta la verdad-de-la-lenteja garni en el ABC (Lavalle 545), o del tiradito peruano desarrollado por el gourmet place Oviedo, de Beruti y Ecuador.

También la honda compatibilidad del cepaje malbec con las diversas latitudes y altitudes de los terruños argentinos, dando desde pulsudas expresiones bivarietales malbec-cabernet perfectos for export de Colomé, hasta el tradicional Special Blend malbec-cabernet-merlot de Fin del Mundo patagónico, superaceptado por el paladar local mayoritario.

¿En qué está hoy el malbec? Está ahí, lo más bien, respaldando con su prestigio de vino insignia multiútil, la presencia argentina en el negocio exportador.
De la mano del malbec debemos ir al exterior con todos nuestros restantes varietales y sus assemblages, el torrontés salteño en inminente desarrollo, el profundo cabernet sauvignon mendocino, los sensitivos merlot y pinot noir de latitudes frías patagónicas (Neuquen y Río Negro), los voluptuosos syrah y sauvignon blanc de Agrelo, los chardonnay de Gualtallary, Barrancas y Vistalba, los bonarda de Beltrán y de San Juan, etcétera.

Atento a su posición (quinto) en el ranking mundial de los países productores y consumidores de vino, Argentina cometería grave error sobreestimando los elogios al malbec local que sólo valen en el mercado export.

En los últimos años, nuestros vinos pasaron de infrecuentísimos en los wine shops mundiales, a figurar tupido en publicaciones de acceso no fácil. Como la inglesa Decanter, las USA Fine Wine, The Wine Expectator y The Wine Enthusiast o la alemana Der Feinschmeker. Pasaron del ¿quiénes-son-éstos? al centelleo mediático estimulante del exceso de autoestima denominado pilladura.

De ahí vierne la tendencia, ya perceptible en el mercado interno, de transformar el consumo del malbec no en mera moda (fenómeno sociológico), sino en fashion, o moda artificiosamente exacerbada por continuas menciones convergentes de la mass media. Un surco más nítido y profundo en el CD de la memoria social. El punto Omega del suceso top publicitario es cuando al momento de pedir un vino tinto, la opción primera que te surge es un malbec. Surco nítido inesquivable.

Prioriza todas las preguntas y respuestas con inmediatez. A la demanda ¿qué vino van a beber los señores?, malbec, dicen los susodichos. ¿Cuál es el mejor tinto de Argentina? El malbec. Sin duda. Más canchero y vigoroso.
Este esquema ya se planteó en una reciente cata (junio 2011) de Decanter sobre los cabernet de Argentina. Ninguno de los evaluadores manejó una perspicacia convincente sobre el tema. Categorizan a este cepaje como bueno, pero carente de grandeza, negándole un papel significativo en el futuro enológico del país. "¡Malbec, malbec!", proponen en cambio todos al unísono.

Ignoran o subestiman los sobresalientes blends de Nicolás Catena Zapata (Estiba Reservada); Felipe Rutini, de La Rural; Enzo Bianchi Gran Cru; el Federico López Gran Reserva, de Bodegas López; el Dedicado, de Finca Flichman; el Henry Gran Guarda, de Lagarde, etc. Donde el tinto base cabernet sauvignon asegura la profundidad y complejidad claves; y el corte malbec, una joven robustez afrutada.

Otro espejismo del marketing fashion New World Wine. Que en el mercado interno argentino no logró instalarse, pero puede mejorar el consumo en países no tan avispados en el disfrute gourmet del vino tinto.

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