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Hasta hace poco, se creía que este cepaje sólo podía ser un consorte ideal de otras variedades por su equilibrio y sutilezas. Hoy habla por sí solo: vinos delicados pero intensos, de buen cuerpo y extraordinaria complejidad.
Fuente: El Conocedor
¿Cómo puede ser que la aceptación de un vino se produzca tan azarosamente? El Merlot es uno de los tres cepajes más finos y codiciados del mundo. Es más: uno de los dos vinos más caros que se hacen sobre la tierra es a base de este noble cepaje (Château Pétrus). Pero claro, si en este mundo globalizado los consumidores se dejan llevar por una película (Entre copas)… Y si los productores le hacen caso porque piensan que si no se vende no hay que hacerlo, el futuro del Merlot, y de muchas otras variedades, está en jaque.
Esta uva es más conocida por su condición de acompañante inseparable del Cabernet Sauvignon en el Burdeos de la margen izquierda, que en las comarcas de la margen derecha, donde es protagonista, como en Pomerol y Saint-Émilion. Seguramente con ese precepto fue tan difundido por el mundo vitivinícola. Y si bien es de la familia de los Cabernet, madura bastante antes y no es tan plástica. Es decir que no se adapta tan fácilmente a los distintos terruños a los que llega.
En nuestro país siempre estuvo pensada como parte integrante del clásico blend hasta que por fin un visionario como don Raúl de la Mota se animó a vinificarlo solo en la bodega Weinert, porque sabía lo que ese varietal podía dar.
Si se habla de zonas, hay que ubicarlo más hacia los terruños frescos; de lo contrario, puede llegar a arrebatarse durante el último período de madurez y así perder lo mejor de sus aromas y sabores. Por eso, en la Patagonia encontró un rincón muy apto, aunque aún sean muy pocos los exponentes premium que de allí provienen. Y si bien es una cepa que ya lleva sus años implantada, nadie hasta ahora se ha dedicado de lleno a ella para ver hasta dónde se puede llegar. Ni siquiera el propio Michel Rolland, quien la vinifica como varietal desde hace más de treinta años en su Pomerol natal.
Este desconocimiento o falta de confianza en la variedad se vio seriamente agravado por la película Entre copas en el momento de auge y expansión del consumo de vinos. Porque desde Hollywood se bajó el mensaje: “no more Merlot, viva el Pinot Noir”, y el mundo giró 180 grados. Algo tan insensato como real. Y como la industria vitivinícola es un negocio, tuvo que bailar al ritmo de la música. Esto hizo que el Merlot, que ya era poco tenido en cuenta por las bodegas y que estaba más por obligación y portación de nombre que por otra cosa, casi desapareciera. Pero claro, como hará el consumidor para enamorarse de un vino que… no está en la góndola; es imposible.
Por suerte, hay algunos bodegueros que no están sintonizando la radio de la fashion todo el tiempo y que confían más en sus posibilidades vínicas que en lo que pasa a su alrededor. Porque el Merlot es un vino sensual, como dice Brascó. Puede tener el cuerpo bien estructurado del Cabernet Sauvignon, pero con la suavidad del Pinot Noir. La fruta es bien jugosa como la del Cabernet Sauvignon aunque con dejos más especiados. Esa carnosidad amable, jugosa y hasta delicada lo hace muy atractivo.
Notas de cata
Vinos catados por Giorgio Benedetti
•92 puntos
•Varúa Merlot 2008
Finca La Anita
•Mendoza
•Una vez más, un genuino ejemplar con el sello de Finca La Anita. Un Merlot de gran identidad con todas a favor: nada de sobremadurez, sin astringencias, redondo y elegante, con una puntita vegetal de la variedad que le queda como rosa en el ojal. En la boca entra voluptuoso, con fuerza, aunque siempre acomodado, sin aristas de ningún tipo y con la madera fresca muy integrada en el vino. Forma parte de una pequeña producción que cada año suma no mucho más de 1.000 botellas. Si puede pagar su precio, ni lo dude.
•91 puntos
•Estrella Merlot 1999
Cavas de Weinert
•Mendoza
•Vinazo old style que se ubica en las antípodas de los ejemplares posmodernos que tanto gustan a los cool y sofisticados. Éste es todo lo contrario; mustio, añoso, con mucho bouquet, como suele decirse. Con notas singulares de aceituna, ananá maduro y algo de ceniza. Y claro, todos los descriptores de las brettanomyces, un honguito loco que si no invade el vino, suele aportarle complejidad. En boca entra maduro, dulzón, con volumen y muy buena estructura. No se zarpa con tipicidad varietal, pero es complejo y grueso, con taninos duros y compactos. Mejorará.
•90 puntos
•Angélica Zapata Alta Merlot 2005
Catena Zapata
•Mendoza
•Otro Merlot a favor de la justicia y bienaventuranza de la variedad. Éste es de perfil más bien especiado, algo vegetal, con un pimentoso típico de la zona de Uco. En boca es fresco, con estructura media bastante sólida para la cepa, compacto y nada sobremaduro, pavada de moda entre algunos enólogos. Es un gran Merlot, world class, pero por el que no llora nadie. Es que para llorar por un Merlot hay que laburar mucho. Seguro que cuando el enólogo Alejandro Vigil se lo proponga, como con el Malbec o el Chardonnay, lo logrará rápido.
•86 puntos
•Luigi Bosca Reserva Merlot 2007
Luigi Bosca
•Mendoza
•Merlotea muy bien este tinto terso, con la madera integrada y cierta punta herbácea típica. Ah, y con notas que recuerdan al caramelo de leche que comíamos de chiquitos, producto de su crianza en roble, aporte que además le suma austeridad y estructura al estar súper integrada con la fruta. En boca es fresco, de perfil algo austero, fluido y con acidez top. Que cosa eh, como un vino sin ser complejo ni elegantísimo, con un poco de cosa recia, evitando la onda careta, puede ser tan rico. Esperar o beber con comida.
VINOS DEL PLATA comercializa el multipremiado Gold Medal Cicchitti Merlot 2009 $45.00 para los amigos del grupo. Vino cuyas caracteristicas son:
Cicchitti Merlot 2008
Color rojo de media a alta intencidad.
Su aroma es frutado, recuerda frutos rojos maduros, ciruelas, pequeñas notas de vainilla y café.
Fuente: El Conocedor
¿Cómo puede ser que la aceptación de un vino se produzca tan azarosamente? El Merlot es uno de los tres cepajes más finos y codiciados del mundo. Es más: uno de los dos vinos más caros que se hacen sobre la tierra es a base de este noble cepaje (Château Pétrus). Pero claro, si en este mundo globalizado los consumidores se dejan llevar por una película (Entre copas)… Y si los productores le hacen caso porque piensan que si no se vende no hay que hacerlo, el futuro del Merlot, y de muchas otras variedades, está en jaque.
Esta uva es más conocida por su condición de acompañante inseparable del Cabernet Sauvignon en el Burdeos de la margen izquierda, que en las comarcas de la margen derecha, donde es protagonista, como en Pomerol y Saint-Émilion. Seguramente con ese precepto fue tan difundido por el mundo vitivinícola. Y si bien es de la familia de los Cabernet, madura bastante antes y no es tan plástica. Es decir que no se adapta tan fácilmente a los distintos terruños a los que llega.
En nuestro país siempre estuvo pensada como parte integrante del clásico blend hasta que por fin un visionario como don Raúl de la Mota se animó a vinificarlo solo en la bodega Weinert, porque sabía lo que ese varietal podía dar.
Si se habla de zonas, hay que ubicarlo más hacia los terruños frescos; de lo contrario, puede llegar a arrebatarse durante el último período de madurez y así perder lo mejor de sus aromas y sabores. Por eso, en la Patagonia encontró un rincón muy apto, aunque aún sean muy pocos los exponentes premium que de allí provienen. Y si bien es una cepa que ya lleva sus años implantada, nadie hasta ahora se ha dedicado de lleno a ella para ver hasta dónde se puede llegar. Ni siquiera el propio Michel Rolland, quien la vinifica como varietal desde hace más de treinta años en su Pomerol natal.
Este desconocimiento o falta de confianza en la variedad se vio seriamente agravado por la película Entre copas en el momento de auge y expansión del consumo de vinos. Porque desde Hollywood se bajó el mensaje: “no more Merlot, viva el Pinot Noir”, y el mundo giró 180 grados. Algo tan insensato como real. Y como la industria vitivinícola es un negocio, tuvo que bailar al ritmo de la música. Esto hizo que el Merlot, que ya era poco tenido en cuenta por las bodegas y que estaba más por obligación y portación de nombre que por otra cosa, casi desapareciera. Pero claro, como hará el consumidor para enamorarse de un vino que… no está en la góndola; es imposible.
Por suerte, hay algunos bodegueros que no están sintonizando la radio de la fashion todo el tiempo y que confían más en sus posibilidades vínicas que en lo que pasa a su alrededor. Porque el Merlot es un vino sensual, como dice Brascó. Puede tener el cuerpo bien estructurado del Cabernet Sauvignon, pero con la suavidad del Pinot Noir. La fruta es bien jugosa como la del Cabernet Sauvignon aunque con dejos más especiados. Esa carnosidad amable, jugosa y hasta delicada lo hace muy atractivo.
Notas de cata
Vinos catados por Giorgio Benedetti
•92 puntos
•Varúa Merlot 2008
Finca La Anita
•Mendoza
•Una vez más, un genuino ejemplar con el sello de Finca La Anita. Un Merlot de gran identidad con todas a favor: nada de sobremadurez, sin astringencias, redondo y elegante, con una puntita vegetal de la variedad que le queda como rosa en el ojal. En la boca entra voluptuoso, con fuerza, aunque siempre acomodado, sin aristas de ningún tipo y con la madera fresca muy integrada en el vino. Forma parte de una pequeña producción que cada año suma no mucho más de 1.000 botellas. Si puede pagar su precio, ni lo dude.
•91 puntos
•Estrella Merlot 1999
Cavas de Weinert
•Mendoza
•Vinazo old style que se ubica en las antípodas de los ejemplares posmodernos que tanto gustan a los cool y sofisticados. Éste es todo lo contrario; mustio, añoso, con mucho bouquet, como suele decirse. Con notas singulares de aceituna, ananá maduro y algo de ceniza. Y claro, todos los descriptores de las brettanomyces, un honguito loco que si no invade el vino, suele aportarle complejidad. En boca entra maduro, dulzón, con volumen y muy buena estructura. No se zarpa con tipicidad varietal, pero es complejo y grueso, con taninos duros y compactos. Mejorará.
•90 puntos
•Angélica Zapata Alta Merlot 2005
Catena Zapata
•Mendoza
•Otro Merlot a favor de la justicia y bienaventuranza de la variedad. Éste es de perfil más bien especiado, algo vegetal, con un pimentoso típico de la zona de Uco. En boca es fresco, con estructura media bastante sólida para la cepa, compacto y nada sobremaduro, pavada de moda entre algunos enólogos. Es un gran Merlot, world class, pero por el que no llora nadie. Es que para llorar por un Merlot hay que laburar mucho. Seguro que cuando el enólogo Alejandro Vigil se lo proponga, como con el Malbec o el Chardonnay, lo logrará rápido.
•86 puntos
•Luigi Bosca Reserva Merlot 2007
Luigi Bosca
•Mendoza
•Merlotea muy bien este tinto terso, con la madera integrada y cierta punta herbácea típica. Ah, y con notas que recuerdan al caramelo de leche que comíamos de chiquitos, producto de su crianza en roble, aporte que además le suma austeridad y estructura al estar súper integrada con la fruta. En boca es fresco, de perfil algo austero, fluido y con acidez top. Que cosa eh, como un vino sin ser complejo ni elegantísimo, con un poco de cosa recia, evitando la onda careta, puede ser tan rico. Esperar o beber con comida.
VINOS DEL PLATA comercializa el multipremiado Gold Medal Cicchitti Merlot 2009 $45.00 para los amigos del grupo. Vino cuyas caracteristicas son:
Cicchitti Merlot 2008
Color rojo de media a alta intencidad.
Su aroma es frutado, recuerda frutos rojos maduros, ciruelas, pequeñas notas de vainilla y café.
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