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Solo se necesita poner atención a ciertos datos que figuran en la etiqueta y saber interpretarlos
Imagínese que está en una vinoteca o en la sección de bebidas alcohólicas del supermercado. Su misión es escoger un vino para llevarse a casa, pero –como a muchos- la amplia variedad lo está abrumando y, como no se trata de elegir uno blanco o uno tinto, tomar una decisión resulta algo complicado.
Si alguna vez ha estado en esa situación, sepa que probablemente la información que necesita para seleccionar lo que va a comprar se encuentra en la misma botella, solo tiene que saber leerla. A continuación le enseñamos cómo, siguiendo los consejos publicados en un artículo de “The Washington Post”.
Obviamente, en lo primero que tenemos que fijarnos es en la etiqueta. “El nombre de la bodega puede serte familiar solo si es que has tomado alguno de sus vinos antes o porque es de conocida reputación. Si no, el uso de un apellido como marca puede sugerir orgullo en el producto y quizás varios años de experiencia en el rubro. Por el contrario, un nombre comercial o tonto indica una sola cosa: márketing. Evita vinos que suenan como si hubieran sido creados en una sala de conferencias más que en un viñedo”, señala Dave McIntyre en su artículo.
A tener en cuenta
El año y el lugar de origen son importantes. Saber el año de cosecha puede ser determinante, si contamos con que hay años especialmente buenos en la viticultura. Por ejemplo, el 2009 fue excelente en los campos de Francia y, en general, en todo el mundo.
Sobre el lugar, no se trata de que tengamos que saber exactamente en qué parte del globo se produjo ese vino. Este es un truco más simple: “Mientras más específico sea el lugar de origen, más singular será el vino”, explica McIntyre. Sin embargo, eso no garantiza de que te vaya gustar.
Saber cuánto porcentaje de alcohol tiene un vino le puede indicar algunas de sus características en boca, más no su calidad. “Un vino con alto nivel de alcohol –14% o más- será más poderoso y tendrá más cuerpo, y podría ser más dulce. El problema es que lograr un nivel alto de alcohol es algo sencillo de conseguir, pero conseguir el adecuado balance de fruta y acidez puede ser difícil de alcanzar”, explica el artículo.
Finalmente, McIntyre sugiere que no le hagamos caso a cierta información que se presenta en frases del tipo “hecho a mano”, “perfectamente madurado” y “excelente con todo tipo de alimentos”, ya se tratan de afirmaciones marketeras.
Imagínese que está en una vinoteca o en la sección de bebidas alcohólicas del supermercado. Su misión es escoger un vino para llevarse a casa, pero –como a muchos- la amplia variedad lo está abrumando y, como no se trata de elegir uno blanco o uno tinto, tomar una decisión resulta algo complicado.
Si alguna vez ha estado en esa situación, sepa que probablemente la información que necesita para seleccionar lo que va a comprar se encuentra en la misma botella, solo tiene que saber leerla. A continuación le enseñamos cómo, siguiendo los consejos publicados en un artículo de “The Washington Post”.
Obviamente, en lo primero que tenemos que fijarnos es en la etiqueta. “El nombre de la bodega puede serte familiar solo si es que has tomado alguno de sus vinos antes o porque es de conocida reputación. Si no, el uso de un apellido como marca puede sugerir orgullo en el producto y quizás varios años de experiencia en el rubro. Por el contrario, un nombre comercial o tonto indica una sola cosa: márketing. Evita vinos que suenan como si hubieran sido creados en una sala de conferencias más que en un viñedo”, señala Dave McIntyre en su artículo.
A tener en cuenta
El año y el lugar de origen son importantes. Saber el año de cosecha puede ser determinante, si contamos con que hay años especialmente buenos en la viticultura. Por ejemplo, el 2009 fue excelente en los campos de Francia y, en general, en todo el mundo.
Sobre el lugar, no se trata de que tengamos que saber exactamente en qué parte del globo se produjo ese vino. Este es un truco más simple: “Mientras más específico sea el lugar de origen, más singular será el vino”, explica McIntyre. Sin embargo, eso no garantiza de que te vaya gustar.
Saber cuánto porcentaje de alcohol tiene un vino le puede indicar algunas de sus características en boca, más no su calidad. “Un vino con alto nivel de alcohol –14% o más- será más poderoso y tendrá más cuerpo, y podría ser más dulce. El problema es que lograr un nivel alto de alcohol es algo sencillo de conseguir, pero conseguir el adecuado balance de fruta y acidez puede ser difícil de alcanzar”, explica el artículo.
Finalmente, McIntyre sugiere que no le hagamos caso a cierta información que se presenta en frases del tipo “hecho a mano”, “perfectamente madurado” y “excelente con todo tipo de alimentos”, ya se tratan de afirmaciones marketeras.
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