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19/10/10
Fuente: Clarín
Ollas y Sartenes
Sommelier Alejandro Rodríguez.
Vino para las carnes a la parrilla, y una cerveza para la bondiola. Rodríguez, docente de la Escuela Argentina de Sommeliers, nos aconseja la mejor compañía para los sándwiches a la parrilla. El choripán con chimichurri criollo es muy telúrico y, como tal, reclama un Malbec simple, de buena tipicidad, como el Alta Vista Classic ($ 32) con 6 meses de madera. El sándwich de lomito con ensalada rusa combina muy bien con un rosado de syrah, el cepaje que ha sabido encontrar su terruño en los valles sanjuaninos y que algunos aseguran que es “la uva” rescatada por Noé del Diluvio Universal. La responsabilidad de este maridaje recae en el Valbona Syrah Rosé ($ 22), que produce la bodega Augusto Pulenta en el Valle de Tulum.
Para el sándwich de pollo y palta, que es un buen almuerzo de verano, algo refrescante sería acertado. Al hacer el maridaje, hay que tener en cuenta que la carne de pollo es magra y neutral -sobre todo si se trata de la pechuga. La elección del vino depende en gran medida de qué otro ingrediente o salsa lo acompaña. En este caso, el experto sugiere un vino blanco de buena acidez parar barrer la untuosidad de la palta –y el exceso de tabasco si fuera el caso. Entonces, la elección recae en el Sauvignon blanc 2009 ($ 34) de bodega Séptima.
Como el sándwich de bondiola de cerdo a la mostaza trae cierta reminiscencia germana, en este caso nos recomienda una cerveza Paulaner ($ 6,79). Es de trigo de Bavaria y se caracteriza por su espuma consistente, su color dorado turbio, buen cuerpo y un agradable sabor acidulado. Y por último, al sándwich de cuadril porteño, con papas y huevo frito, hay que cortarle el tenor graso con un Cabernet Sauvignon joven o el Portillo Tempranillo ($21), de bodegas Salentein.
Fuente: Clarín
Ollas y Sartenes
Sommelier Alejandro Rodríguez.
Vino para las carnes a la parrilla, y una cerveza para la bondiola. Rodríguez, docente de la Escuela Argentina de Sommeliers, nos aconseja la mejor compañía para los sándwiches a la parrilla. El choripán con chimichurri criollo es muy telúrico y, como tal, reclama un Malbec simple, de buena tipicidad, como el Alta Vista Classic ($ 32) con 6 meses de madera. El sándwich de lomito con ensalada rusa combina muy bien con un rosado de syrah, el cepaje que ha sabido encontrar su terruño en los valles sanjuaninos y que algunos aseguran que es “la uva” rescatada por Noé del Diluvio Universal. La responsabilidad de este maridaje recae en el Valbona Syrah Rosé ($ 22), que produce la bodega Augusto Pulenta en el Valle de Tulum.
Para el sándwich de pollo y palta, que es un buen almuerzo de verano, algo refrescante sería acertado. Al hacer el maridaje, hay que tener en cuenta que la carne de pollo es magra y neutral -sobre todo si se trata de la pechuga. La elección del vino depende en gran medida de qué otro ingrediente o salsa lo acompaña. En este caso, el experto sugiere un vino blanco de buena acidez parar barrer la untuosidad de la palta –y el exceso de tabasco si fuera el caso. Entonces, la elección recae en el Sauvignon blanc 2009 ($ 34) de bodega Séptima.
Como el sándwich de bondiola de cerdo a la mostaza trae cierta reminiscencia germana, en este caso nos recomienda una cerveza Paulaner ($ 6,79). Es de trigo de Bavaria y se caracteriza por su espuma consistente, su color dorado turbio, buen cuerpo y un agradable sabor acidulado. Y por último, al sándwich de cuadril porteño, con papas y huevo frito, hay que cortarle el tenor graso con un Cabernet Sauvignon joven o el Portillo Tempranillo ($21), de bodegas Salentein.
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