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Las dulzuras al café encuentran buena compañía en las espirituosas
17/08/10
Fuente: Clarín | Ollas | SebastiánBossi, sommelier, docente de la EAS
El postre es por excelencia el territorio del maridaje, para calibrar la dulzura de los componentes. Hoy está presente el tema de la persistencia, un alimento que permanece largo tiempo en boca pide una bebida que no ceda terreno y se sitúe en un plano de igualdad. A mayor dulzor del plato, más dulce habrá de ser la bebida. El sommelier propone, usted dispone. Para los brownies capuccino, recomiendo un particular licor de café, diferente, menos dulce que la mayoría de los licores, destacándose mucho la nota de café expreso: Licor Borghetti, $28.
Los biscotti de café y chocolate amargo con higos secos merecen un maridaje tradicional, con un vin santo, vino dulce fortificado. Sugiero un mistela, es decir no un vino sino un mosto de uva fortificado. La diferencia con cualquier otro fortificado es que en un mistela siempre contamos con el azúcar original de la uva, unos 250 gramos por litro. Este mistela es para mi uno de los mejores del mercado: Mistela D´Oro Crotta , $32. Las cupcakes de licor con frosting de moka dan la oportunidad de incluir en la mesa una de las bebidas más aceptadas de los últimos años: los licores con crema, en este caso recomiendo el Amarula , el más complejo en su tipo. Conserva la suavidad y el equilibrio del alcohol (17%) y la crema, y, además, aporta notas de cacao y café muy interesantes y disfrutables ($75). Los alfajores de café requieren de un maridaje simple en su servicio y sofisticado en sabores, uno de los licores de anís más famosos del mundo, el Sambuca. Sírvalo a la manera tradicional, en un shot o vaso corto, a temperatura ambiente (20°) y agregando uno o dos granos de café en la superficie: Licor Sambuca Isolabella , $85. Para el budín de café y chocolate me gusta asociar el sabor inconfundible de un budín, con las notas de almendra y vainilla que se dan de manera única en el Licor Francelico , pruébelo solo o con hielo, $115.
17/08/10
Fuente: Clarín | Ollas | SebastiánBossi, sommelier, docente de la EAS
El postre es por excelencia el territorio del maridaje, para calibrar la dulzura de los componentes. Hoy está presente el tema de la persistencia, un alimento que permanece largo tiempo en boca pide una bebida que no ceda terreno y se sitúe en un plano de igualdad. A mayor dulzor del plato, más dulce habrá de ser la bebida. El sommelier propone, usted dispone. Para los brownies capuccino, recomiendo un particular licor de café, diferente, menos dulce que la mayoría de los licores, destacándose mucho la nota de café expreso: Licor Borghetti, $28.
Los biscotti de café y chocolate amargo con higos secos merecen un maridaje tradicional, con un vin santo, vino dulce fortificado. Sugiero un mistela, es decir no un vino sino un mosto de uva fortificado. La diferencia con cualquier otro fortificado es que en un mistela siempre contamos con el azúcar original de la uva, unos 250 gramos por litro. Este mistela es para mi uno de los mejores del mercado: Mistela D´Oro Crotta , $32. Las cupcakes de licor con frosting de moka dan la oportunidad de incluir en la mesa una de las bebidas más aceptadas de los últimos años: los licores con crema, en este caso recomiendo el Amarula , el más complejo en su tipo. Conserva la suavidad y el equilibrio del alcohol (17%) y la crema, y, además, aporta notas de cacao y café muy interesantes y disfrutables ($75). Los alfajores de café requieren de un maridaje simple en su servicio y sofisticado en sabores, uno de los licores de anís más famosos del mundo, el Sambuca. Sírvalo a la manera tradicional, en un shot o vaso corto, a temperatura ambiente (20°) y agregando uno o dos granos de café en la superficie: Licor Sambuca Isolabella , $85. Para el budín de café y chocolate me gusta asociar el sabor inconfundible de un budín, con las notas de almendra y vainilla que se dan de manera única en el Licor Francelico , pruébelo solo o con hielo, $115.
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