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Claves para elegir los mejores vinos blancos

Consejos para conocer los diferentes tipos de blancos y elegir los mejores para cada ocasión

Los vinos blancos son muchas veces sinónimo de elegancia y frescura, pero a la hora de seleccionar un buen blanco son muchos los que no saben bien por donde comenzar.
Desde Bocopa, una bodega que destaca por elaborar el vino blanco más premiado de España en concursos nacionales e internacionales, nos han ayudado en esta labor facilitándonos las claves para poder elegir el vino blanco perfecto
Lo primero que debemos conocer son los diferentes tipos de vinos blancos que existen. En este sentido podemos realizar una primera clasificación:
1. Secos.
  • Ligeros. Son vinos jóvenes que no pasan por barrica. Son bajos en azúcares residuales y extractos (cuerpo del vino). Este tipo de vinos se sirven ligeramente fríos, para tomar solos, con aperitivos o comidas ligeras.
  • Amplios. Son vinos con mayor concentración de extractos y, a pesar de ser 'secos' (bajos en azúcar), poseen el sabor dulce de la fruta madura. Suelen envejecer en botella y en algunos casos en barrica.
2. Semisecos.
Son vinos aromáticos que suelen embotellarse sin dejar que todo el azúcar transforme en alcohol. Acompañan muy bien platos menos consistentes (platos fríos, pescados, arroz y pastas ligeras,...)
3. Dulces.
Son vinos con una alta concentración de azúcares y extractos, lo que les confiere su carácter de complejos.
EL VINO BLANCO AFRUTADO
Mención aparte es necesario hacer para una palabra de moda y muy empleada a la hora de solicitar un vino es el término Afrutado.
En sentido estricto el término "afrutado" hace referencia a una cualidad aromática del vino, independiente del grado de azúcar (dulce-semiseco-seco) y del cuerpo de éste. Así se trataría de vinos que poseen una gran intensidad aromática de la variedad con la que se han producido.
Con todo, habitualmente los vinos frutales suelen ser vinos ligeros y jóvenes, que no han sido sometidos a crianzas sobre lías, ni en barricas.
EL COLOR AMARILLO DEL BLANCO
El color del vino blanco procede del escaso contacto, durante su fermentación, del mosto con las pieles de las uvas que contienen la pigmentación. El color de cada vino es la suma de la coloración propia de la variedad de uva que se haya empleado, el método de elaboración empleado (maceración, crianza,...) y la edad que tenga el vino.
Los vinos blancos jóvenes suelen tener un color amarillo claro, brillante, que nos muestran su frescura. Las crianzas y el paso del tiempo en los blancos los vuelven amarillos más intensos, dorados, color oro e incluso ámbar. Cuando el color de un blanco es amarillo oscuro, ocre, suele considerarse un blanco defectuoso u oxidado.
LA CRIANZA EN LOS VINOS BLANCOS
La mayor parte de vinos blancos suelen ser jóvenes o con escasas crianza, no obstante existen multitud de casos de excelentes vinos madurados y sometidos a largas crianzas tanto en barrica como en botella. Los blancos con crianza pueden consumirse entre los 2 y 10 años, para disfrutarlos en su mejor momento.
En España, la Ley establece una serie de requisitos mínimo para la clasificación de los vinos blancos en función de su crianza. Aunque estos plazos pueden variar en función de cada D.O. que aplique su reglamento propio.
Así podemos también clasificar los vinos blancos en las siguientes categorías en función de su crianza:
  • Vino blanco joven: No se somete en ningún momento al proceso de envejecimiento en barrica o, como mucho, menos del tiempo del establecido legalmente para los vinos Crianza siguientes.
  • Vino blanco crianza: El vino blanco crianza deben permanecer 18 meses en la bodega, de los que seis meses deben ser por lo menos en barrica de madera. Su comercialización se realiza en su segundo año.
  • Vino blanco reserva: Los blancos reserva deben estar 18 meses en la bodega, seis meses en madera, y puestos a la venta en su tercer año.
  • Vino blanco gran reserva: los blancos gran reserva deben permanecen en la bodega durante cuatro años y al menos seis meses en barricas. Se comercializan en su sexto año.
LAS UVAS BLANCAS
Hay que experimentar con los vinos blancos probando no sólo los distintos tipos sino también las diferentes variedades de uva tales como Chardonnay, Moscatel, Gewurztraminer, Schaiber, Albariño, Torrontés, Godello, Verdejo, Riesling, Semillón, Macabeo o Viura entre muchas otras.
Intenta consumir botellas de vino de cada variedad y de diversos viñedos para que puedas valorar las características específicas de cada uno y aprender qué sabores poseen.
MARIDAJE
Y por supuesto, para elegir el vino blanco perfecto debes ser capaz de combinarlo correctamente con la comida que vas a servir. El vino siempre debe equilibrar o complementar los alimentos, por lo que podrás acompañar el vino blanco con todo tipo de comidas, en función del cuerpo, azúcar, acidez y envejecimiento del vino.
Un blanco reserva o gran reserva, con una larga crianza en madera puede acompañar perfectamente platos más elaborados a base de carnes o pescados con salsas, mientras que los vinos blancos jóvenes maridan bien con alimentos ligeros para que la comida no apague el sabor de la bebida.

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