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Ir a comer a Toro 777 es como ser invitado a cenar a la casa de un amigo, solo que en este caso el amigo además es chef. La propuesta en este restaurante a puertas cerradas es la de un momento casero, relajado e informal, pero con una cocina de autor muy cuidada y un menú estacional que cambia periódicamente para asegurar ingredientes siempre frescos. El resultado es una experiencia cálida e íntima, en la que el comensal es tratado más como un invitado, y en la que la comida llega a su propio tiempo, tanto por respeto a los tiempos de cocción como porque comer sin prisas y con pleno disfrute es también parte de la idea.
Toro 777 es llevado adelante por el experimentado chef Guillermo de Saavedra Coria, quien vivió y trabajó en Europa por 10 años, con experiencia en restaurantes de cocina japonesa, italiana, francesa, vasca, española y marroquí, aunque como principal referencia gastronómica cita a su abuela, La Mamamá, quien le enseñó a transmitir amor a través de la gastronomía. Para él, eso es tan importante como el contraste de sabores y de texturas. El maitre es Christian Lauria, principal encargado de que los invitados se sientan a gusto, y el encargado de recomendar los maridajes para perfectos para acompañar los platos.
El barrio es Villa Crespo. La casa tiene una decoración hogareña, llena de decorados vintage, que en su mayor parte pertenecían a los abuelos de los anfitriones, y el resto de los numerosos viajen que han hecho. Cuando el clima lo permite, el primer paso es una copa de bienvenida en la terraza, junto a la huerta orgánica propia de la que provienen algunos de sus productos. Claro, la copa está incluida aun cuando no se puede disfrutar de la terraza, pero el detalle siempre suma. El menú sigue en el salón, con espacio para 14 comensales, en el que se sirven los otros cuatro pasos. Si bien no hay una carta fija, algunos de los platos favoritos son, por ejemplo, laEntraña marinada en hierbas con migas de vendimia, berenjenas asadas y puré de papas rústico, l la Sopa de papa y lima, con pimentón ahumado y pipas de girasol, o la Torrija en pan de brioche, con crema de canela y leche de arroz.
Con exquisitos sabores, una cuidada carta de vinos, y una atención de trato ameno y distendido, Toro 777 es el lugar perfecto para un encuentro verdaderamente humano, para sentirse convidado a disfrutar de los sabores y los procesos, sin prisas. Es necesario hacer reserva, y se aceptan también eventos privados. Todos se sentirán como en casa.
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