Una cordillera, dos mundos
Desde hace once años se realiza entre Chile y la Argentina una cata comparativa de vinos. Organizada por los periodistas especializados Mariana Martínez y Enrique Chrabolowsky, Vinos de la Cordillera reúne a la crema y nata de la enología de ambas canteras de Los Andes. ¿El objetivo? Probar los mejores vinos, compararlos y sobre todo chusmear qué sucede al otro lado.
Este año la reunión se realizó a fines de octubre en Talca, Chile. Participaron unos 70 degustadores en el juicio de veinte vinos, diez de cada lado. Lo curioso de este certámenes que el panel de cata está formado por los principales enólogos, cuya obligación además de catar es comentar el vino penalizado y preferido. De más está decir que entre las puyas y las cargadas naturales sobre el estilo de cada catador -que le ponen mucho color- una cosa queda clara para quien asiste: en materia de juicio al vino, absolutamente todo es subjetivo.
¿Algunos ejemplos notables? Roberto González, capo de Nieto Senetiner, es un degustador implacable. Marcelo Retamal, crack hacedor de Viña de Martino, un adorador de la diferencia. El winemaker Santiago Achával, fundador de Achával Ferrer, un dadivoso catador para los puntajes. Ana María Cumsille, enóloga de prestigio en Chile, elogia la fruta por sobre todo. Mientras que Jorge Riccitelli y José Galante, corazón vínico de Norton y Salentein, respectivamente, no disfrutan castigando y son entusiastas del buen balance.
A juzgar por lo que dijo y puntuó el panel, mientras que las palabras adoran los riesgos gustativos, la boca se enamora de los clásicos. Los cinco mejores vinos -entre los que hubo cuatro de argentinos- dan buena cuenta de ello: Cheval des Andes (2011, 92 puntos); Trapiche Terroir Series Finca Ambrosía (2011, 91); Zuccardi Aluvional Paraje Altamira (2012, 91); Zolo Black Malbec (2011, 91); y el chileno Re Renace (2013, 91).
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/
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