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Algaia, el restó hippie-veg para un almuerzo de fin de semana

Con los días lindos, comer al aire libre en Algaia se vuelve un gran plan para un sábado o domingo al mediodía. Una propuesta de cocina natural vegetariana lejos de los polos gastronómicos, para salir de la rutina y darle un respiro al asado o las pastas.

algaia
Una colorida casona reciclada y escondida en una calle tranquila de Colegiales. Un menú libre de carnes y con apenas un par de concesiones ovo-lacto (quesos orgánicos, que pueden reemplazarse por su versión vegana de cajú a gusto del comensal). Un joven chef francés que no sirve (ni bebe) champagne —tampoco gaseosas— sino refrescos artesanales (manzana, cedrón y especias; limonada de jengibre) y jugos (pomélo orgánico y menta; zanahoria y naranja); que no cocina foie gras ni coq au vin sino chapatis (panes indios de harina integral con rellenos varios) y veggie burgers de cereales y legumbres. Un ambiente relajado, informal, tranquilo. Una decoración new age con abundantes símbolos de ॐ (om). Recetas simples, sin pretensiones de sofisticación. Ingredientes nobles. Una cocina abierta, una huerta en el fondo y una salita con juegos para que los chicos te dejen comer en paz.

Algaia tiene todo para quienes buscan disfrutar de un buen almuerzo de fin de semana bajo el sol, lejos de los polos gastronómicos y de los lugares comunes de la gastronomía porteña. Nos dimos una vuelta hace unos días y pedimos la “Gran asada” (degustación para compartir), un combo infantil (bastoncitos crocantes de polenta gratinada con papas), dos bebidas, un brownie de algarroba y un té de hierbas de cosecha propia. Se come rico, liviano y natural, aunque no vendría mal un poco más de variedad y audacia gourmet en la carta, sobre todo para los paladares ya iniciados en la movida veggie, ávidos de sabores intensos y originales. La cuenta apenas supera los $ 100 x adulto.

A cargo del parisino Nicolás Darzacq, la propuesta se complementa con viandas a domicilio, clases de cocina y una pequeña pero surtida despensa orgánica. Los habitués llegan en bicicleta, reservan mesita afuera y dejan a sus niños descalzos correteando por el patio. Si laburás por la zona, en la semana hay buenos menús ejecutivos a precios de amigo.
Acá te dejamos un link a la entrevista que le hicieron en Green Vivant a su chef, y la reseña que incluimos en nuestra nota sobre los mejores restaurantes vegetarianos de BA:

Con acento francés
Hay vida veggie fuera de los límites de Palermo, San Telmo y el Centro. Formado en la tradición gastronómica francesa, Nicolás Darzacq -el experimentado chef parisino de Algaia- se volcó hace unos años a una cocina más natural y sin carne, reflejo de su propia evolución alimenticia. El restaurante funciona en una pintoresca y luminosa casa chorizo (¿o deberíamos llamarla casa seitán?) de Colegiales, con patio, jardín, mesas al aire libre, huerta orgánica y un espacio “kid friendly” abierto los fines de semana.

Algas, cereales, semillas y legumbres son la base de un menú del que sobresalen los chapatís rellenos (clásico pan indio preparado con harina integral) y los platos proteicos y balanceados como hamburguesas de quínoa o crocante de polenta gratinada con tomates confitados. Los sábados a la noche y domingos al mediodía sale “La gran asada”, suculenta degustación para compartir. Las versiones veganas del flan y la tarte tatin se llevan las palmas a la hora del dulce, acompañadas de café turco. De martes a viernes al mediodía hay menú ejecutivo con entrada, principal, postre y bebida casera.

(Zapiola 1375, Colegiales / T. 4551-4369)

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