7 cervezas para paladares aventureros


Cada vez hay más bares especializados en esta bebida, y cada uno de ellos ofrece al menos un ejemplar potente, con mucho lúpulo y alto contenido alcohólico, pensado para bebedores de gusto curioso y resistente.

Detrás de la aparente simpleza en la ciencia de la cerveza artesanal, se esconde la infinita cornucopia de sabores que puede desprenderse de la malta y el lúpulo. Pensemos en las variedades de ambos ingredientes, en las diferentes formas de combinarlos y en los caminos que se bifurcan en distintas direcciones al momento de fermentar y añejar. Ahí tenemos un gran mapa lleno de recorridos interesantes. 
Los consumidores de cerveza, en tanto, saben que cada momento busca una variedad especial. No es lo mismo una liviana weissbier de trigo que una stout chocolatosa y, al mismo tiempo, hay cervezas que maridan sin esfuerzo con ciertas comidas mientras que otras son amantes celosas y saben mejor solas. 
Dentro de toda esta fauna, hay exponentes que dividen aguas. Es decir, cervezas artesanales no aptas para todo público, que hacen temblar los sensores del gusto apelando a distintas rebeldías, como los lúpulos en alta (y súper amarga) presencia o un contenido alcohólico de armas tomar. 
De esta manera, por ejemplo, en las microbreweries de Estados Unidos, la moda apunta hacia las double IPAs: un estilo que duplica e incluso triplica la cantidad usual de lúpulo utilizada en la fabricación estándar de cerveza y la balancea aumentando también el nivel de malta. Siguiendo tendencias como esta, varios bares de Buenos Aires también ofrecen variedades explosivas para los aventureros que busquen salir de los senderos marcados y recorrer tierras incógnitas. Estos son algunos de los ejemplares para verdaderos fanáticos y exploradores del universo cervecero.
La Centinela Roble de ANTARES
La barrica de whisky es el templo donde Antares decidió construir su nuevo altar de culto: la barley wine Centinela Roble. Con una graduación alcohólica excepcional para el universo de las cervezas (14%, tanto como un vino), la madera de roble francés donde se añeja le presta reflejos avainillados y una dulzura que es eco de los espíritus que fueron contenidos previamente en las mismas barricas. La Centinela Roble está a la venta a 160 pesos, en una edición limitada de 2000 botellas de medio litro, que hay que rastear para lograr conseguir, que se presentan al público en un lujoso estuche con la compañía de una copa elaborada especialmente para la ocasión. Y para Leo Ferrari, uno de los brewmasters responsables de la línea, la mejor recompensa será para el que la enfrente con paciencia. “Quizás el próximo invierno sea un buen momento para saborearla y ver su evolución en botella”, señala. Se espera una reedición.
Armenia 1414, Palermo Soho / T. 4833-9611 y sucursales
Gentileza trespintas.com
La Arcángel Stout de JEROMEOtra vez las barricas, aunque esta vez las utilizadas previamente para añejar Malbec, son la cuna donde se mece la línea Arcángel, de Jerome. Si bien también pueden elegirse en estilos Golden y Red Oak, quien busque la experiencia más profunda seguramente encontrará su premio en la Stout. Luego de dos años viviendo en madera y absorbiendo las trazas de vino, el producto llega al vaso ($112 la pinta) con un cuerpo cálido y rico, que se suma a un sabor donde el tostado característico del estilo stout se frena ante el recuerdo frutado del Malbec. Como explica Andrés Gómez, uno de los capitanes de Jerome, la técnica de añejamiento de las Arcángel “tiene su origen o fundamento en lo que se denominaba en Bélgica como cervezas lámbicas, salvando las diferencias ya que allí se utilizaban técnicas de fermentación a cielo abierto”.
Malabia 1401, Palermo Soho 
La IPA de BUENA BIRRA SOCIAL CLUBEste bar lleva al extremo el concepto de “sentirte en tu propia casa” conquistando un cómodo hogar en el barrio de Colegiales donde los mozos se pasean libres de uniforme y la charla fluye dentro de un ambiente principal cubierto y un sencillo patio. Por supuesto, los intercambios vienen aceitados de la mano de una carta cervecera que se renueva de acuerdo a la estaciones del año y que, en verano, presenta una serie de elecciones en la ruta de las summer ales, que fomentan la liviandad del trago sin dejar de lado los sabores firmes. Así, la IPA aparece como una opción refrescante donde, al mismo tiempo, el lúpulo es rey y se encarna en aportes importados de Eslovenia y Estados Unidos para desembocar en una cerveza que, si bien trae un modesto contenido alcohólico de 6%, gana en impacto áspero y sólido. Abierto de miércoles a domingo, en horario pico la pinta puede conseguirse a 55 pesos, pero vale la pena aprovechar el happy hour y agendarse dos por 78 (de 18 a 20, salvo los domingos, que se extiende una hora más).
Zapiola 1353, Colegiales 
 
La San Telmo Fire de BREOGHANLa IPA que esta cervecería ha decidido dedicarle al barrio donde se asentó lleva con orgullo el sello de la casa Breoghan: sabores fuertes, robustez y lúpulo en plenitud. Concebida al estilo americano, con dejos cítricos, esta IPA es la favorita de los parroquianos de la casa y su testeo comienza con una sensación cremosa que pronto da paso a un marcado amargor asentándose en la lengua por un largo rato. Cierto aroma herbal le da frescura a la experiencia, y es herencia de la gran cantidad de lúpulo americano que se adhiere durante el proceso de dry hop, cuando el ingrediente seco se incorpora a la cerveza en tren de maduración. La pinta cuesta $70 y vale maridarla con alguna de las muy recomendables hamburguesas que ofrece el menú.
Bolívar 862, San Telmo / T. 4300-9439
La Barley Wine de THE TEMPLE BARLa sensación que conquista la boca con un trago de la barley wine de Temple es la de sumergirse en una piscina de agua tibia. Un abrazo reconfortante y aterciopelado, sostenido por una corriente alcohólica de 8%, ideal para temporadas otoñales. La barley wine ($100) es la variedad más intensa de Temple. Otra recomendable y mejor equipada para días de frío, aunque profundamente amarga por su alto contenido de lúpulo, es la English Pale Ale (EPA), apenas punteada por el acaramelado dulzor de la malta. La media pinta cuesta $55 y puede pedirse también en vaso de pinta o en jarra. Además, Temple planea lanzar pronto sus cervezas en botella para llevar a casa.
Godoy Cruz 1853, Palermo Soho / T. 4833-5386 y sucursales
La Brown IPA de ON TAPMarcelo Terren, brewmaster de la marca Broeders, es también dueño de la cervecería On Tap, donde no sólo ofrece su propio producto sino también una muy bien curada selección de cervezas de otros fabricantes. Entre ellas está la Brown IPA de Bahb, marca capitaneada por Hernán Castellani, quien decidió utilizar para su fabricación sólo lúpulos y levaduras americanos con un minucioso trabajo de genética. Esta particularidad convierte a la Brown IPA en un producto de alta gama y cuesta $50 la pinta (hasta las 20.30 horas). Los lúpulos americanos además aportan ésteres cítricos traducidos en un atractivo aroma a maracuyá, que seduce sutilmente para luego estallar en un puñetazo amargo de alto impacto. Así, esta cerveza pide dedicación al momento del consumo y llama a una cata con sorbos pacientes y en lo posible a ser bebida sin acompañamiento culinario.
Costa Rica 5527, Palermo Soho / T. 4771-5424
Lúpulo importado
Además de las artesanales argentas, también podés encontrar sabores potentes en marcas importadas, que conseguís, por ejemplo, en el local especializado Cervelar (Av. Pedro Goyena 486, Caballito / T. 4923-3888 y sucursales), donde te van a sugerir la inglesa Fuller’s y la belga Chimay. En el caso de la primera, elegí la Golden Pride, un ale potente con una graduación alcohólica de 8.5 % y un cuerpo de boxeador peso pesado que, sin embargo, trae sabores suaves que remiten a la nuez y a las ciruelas. El balance que otorga el sabor lupulado duradero al final del trago firma una cerveza “redondita” recomendada para el bebedor curioso. No por nada Michael Jackson, el fallecido escritor y experto en el tema, autor The World Guide To Beer la llamó “el cognac de las cervezas”. La Chimay Azul, por su parte, es una de las siete cervezas trapenses que existen en el mundo. Esta denominación alcanza a las que son elaboradas en monasterios con recetas concebidas hace varios siglos. Esta marca es una de las más reconocidas en el mundo gracias a su exuberante sabor, rebosante de notas a frutos secos y levaduras dulces, firmado con amargor moderado al pie. Con un 9 % de alcohol, se recomienda beberla a 12 grados en copa baja de boca ancha y no interrumpirla con comidas abundantes.
Por Natalia Torres

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