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20 palabras para definir los sabores en boca del vino

Una lista de términos de cata que definen exclusivamente la boca del vino

chicas que beben vino
No está de más seguir insistiendo que el error más común entre los iniciados en el mundo del vino es confundir las percepciones de la nariz con la boca. Cómo ya se ha mencionado con anterioridad el sabor procede del conjunto de sensaciones de los sentidos del gusto y olfato, algo difícil de discernir para mucha gente que no se concentra en sus sensaciones de manera consciente, pese a estar usándolas constantemente.
La educación de los sentidos es una de las grandes virtudes en la cata de vinos, y de las personas que se dedican a esta labor de manera profesional. Distinguir olores de sabores en boca, es fundamental. Una persona no iniciada en la cata, o simplemente con los sentidos poco educados, dirá cuando pruebe un vino, que "sabe" a manzana en relación al gusto, cuando realmente su gusto no es a manzana, sino que huele a manzana y tiene gusto dulce.
Presentamos a continuación un glosario que hace alusión exclusivamente a los sabores en boca del vino, términos globales que pueden referirse tanto al sabor en lengua como a las sensaciones táctiles en boca.
GLOSARIO PARA DEFINIR LA BOCA DEL VINO
  1. Aguja: Ligero picorcillo, en ocasiones casi inapreciable, que se siente en la lengua producido por la leve presencia de gas carbónico. Suele encontrarse en los vinos jóvenes y suelen tener un efecto bastante positivo en el vino.
  2. Austero: Magro, duro, carente de múltiples matices y de carácter frutal. Puede tratarse de un vino excesivamente joven.
  3. Basto: Vino tosco y nada elegante.
  4. Cocido: Sensación caldosa del vino, piense por ejemplo en la diferencia entre una manzana fresca y una manzana al horno.
  5. Complejo: Vino que encierra una gran multiplicidad de notas en boca.
  6. Compota: Vino poco fresco, cocido, que muestra sensaciones táctiles en boca similares a las mermeladas o compotas.
  7. Contundente: La sensación en boca es de cuerpo, se los suele denominar también grasos o pesados. Este término, salvo contadas excepciones, se suele aplicar a los tintos.
  8. Delgado: Descarnado, sin contundencia, desvaído o pobre.
  9. Duro: Vino muy ácido o tánico. No confundir con un vino contundente.
  10. Estructurado: Vino equilibrado, es decir, que ajusta correctamente los sentidos en lengua, sin que predomine uno sobre otro. No es dulce, ni ácido, ni amargo, ni salado.
  11. Elegante: Los catadores suelen decir que son vinos deliciosos o golosos, que piden más o piden otro trago. Son vinos estructurados y con buenas sensaciones táctiles en lengua.
  12. Finura: Todavía más elegante.
  13. Firme: Vinos con presencia ácida (blancos) o tánica (tintos).
  14. Graso: Untuoso, vino que deja sentir una plenitud en boca, tras el trago perduran las sensaciones. Suele tratarse de vinos dulces.
  15. Herbáceo: Sensación a elixir, boca fresca tras el trago. Vinos que presentan notas de hierba y de hojas.
  16. Nervio: Son vinos firmes, de pronunciada acidez. Suelen emplearse con vinos blancos muy jóvenes.
  17. Pesado: Vino con una importante presencia de alcohol que se acentúa si además tienen una baja acidez.
  18. Precoz: Se denomina así a los vinos que tras catarlos, presentan las características típicas de un vino de edad pero no la tiene.
  19. Profundidad: es un vino multidimensional, es decir presenta un amplio abanico de aspectos antes citados.
  20. Raspón: Hace alusión al gusto a raspón (tallos y escobajos de las cepas que se desprenden antes o durante el estrujado). Sensación a hierba verde y se aplica sólo a los vinos tintos.
  21. Suave: Sedoso y aterciopelado, sin aristas.
  22. Tánico: Amargo y astringente, sólo para tintos. En los blancos se suele hablar de vinos firmes o ácidos.
  23. Vivaz: Vino firme y herbáceo, vino fresco, vivo y alegre.

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