Lugares de comida alemana en BAires por OleoDixit

La ciudad tiene un larga tradición de restaurantes alemanes que vale la pena conocer.


En pleno centro de Berlín, a eso de las 9 de la mañana, hay tipos que andan dando vueltas con una especie de chalecos que en el frente tienen pequeñas parrillas. Ahí, preparan salchichas mientras caminan de un lado al otro, y proveen a los trabajadores de un sustanciosos desayuno que algunos incluso acompañan con una cerveza. Claro que no todo el mundo desayuna así en Alemania, donde quizás lo más común sean los panes multicereales con manteca, quizás queso y algún embutido, y el café, pero este hecho de la gran afición que tienen los alemanes por las salchichas.

Hay más de 1500 tipos distintos de salchicha en la gastronomía alemana, lo que las hace una de las grandes estrellas nacionales (y por lo tanto, una de las cosas que siempre vale la pena probar). De hecho hay una gran maestría alemana en embutidos, como el Leberwurst o incluso Blutwurst, la versión alemana de la morcilla, y cuentan con una larguísima tradición en ello (por ejemplo, la primera receta registrada de la salchicha Bratwurst es del siglo XIV). La cocina de Alemania es, sin embargo, mucho más que embutidos, con fuertes identidades regionales, y las influencias de países vecinos como Suiza, Austria y Francia.

En Buenos Aires no abundan los restaurantes alemanes, pero hay algunos que llevan ya mucho, mucho tiempo en la ciudad, y aunque muchos se fueron aggiornando a las comidas locales, todavía hay buenas opciones para conocer no solo la gastronomía alemana, sino también lugares que están íntimamente ligados a la historia de las migraciones alemanas en la ciudad. Por supuesto, aún con cartas más limitadas, hay una comida que nunca falta: las salchichas; hay, de todas formas, una buena oferta de otros platos, ideales para conocer ahora que el clima se vuelve frío.


Libertad 431, San Nicolás

El salón mismo es una maravilla, y tomarse una cerveza tirada de su antigua chopera de cobre macizo es una experiencia única. Abrió a principios del siglo XX sobre la calle Cerrito y luego se mudó a su ubicación actual, en un edificio de elegancia vieja frecuentado por los habituales actores de la Avenida Corrientes. Además de la historia que se respira, también sigue siendo uno de los mejores exponentes de comida alemana, con riquísimos embutidos y salchichas, goulash o el demoledor bife Bismark (una especie de gran hamburguesa con huevo frito, para definirlo en criollo). Ah, y por cierto, no dejen pasar el strudel.

Av. Federico Lacroze 3889, Chacarita

Gambrinus abrió en 1971, pero en ese local ya había un restaurante de comida alemana desde 1918 (llamado Otto). Hoy es un bodegón típico que conserva algunos platos alemanes. La variedad no es enorme, pero todo lo que hay vale la pena. Las salchichas Bratwurst con chucrut son la gran estrella, están tan bien como deben estar, mientras que el goulash (con ñoquis, no con spätzel) es también muy bueno. No viene al caso, quizás, pero también tienen una de las mejores milanesas a la napolitana de la ciudad (bueno, teniendo en cuenta que los austríacos claman la autoría de la milanesa, no está tan lejos). Por cierto: excelente tarta de manzana de postre.


Av. Sta. Fe 3902, Palermo

Otro de los lugares clásicos en Buenos Aires para probar comida alemana (y tomarse una cerveza), desde 1940 que Hermann prepara típicos, aunque con el tiempo se fue porteñizando y hoy el bife de chorizo o la pasta italiana conviven con platos alemanes, de los que ya no hay tanta variedad. Sin embargo, los que hacen son un gran exponente, como los chorizos alemanes con chucrut (riquísimos). Un plato muy recomendable también es el cerdo ahumado, que puede pedirse con chucrut o puré de manzana.

Av. San Martín 5992, Villa Devoto

En Villa Devoto se encuentra este centenario restaurante alemán de porciones abundantes, que al ifual que muchos otros, hoy solo conserva algunos platos en carta. Lo mejor acá son las picadas, en su versión alemana: pepinos agridulces, salchichas, chucrut, ensalada de papas, chorizo alemán, lomito ahumado, leberwurst, costilla de cerdo ahumada y fiambre alemán. Algo así como el dream team de compañía de la cerveza. Si estás más para algo caliente, el goulash a la húngara es imperdible.

Lavalle 545, San Nicolás

Abierto en 1929, el ABC es otro gran clásico de la ciudad. Acá la oferta se mantiene bastante amplia, y además de las clásicas salchichas con chucrut hay, por ejemplo, Jambonon (codillo de cerdo), albóndigas de hígado (también vienen con chucrut), arenque marinado (en salsa ácida de crema y cebolla) o una degustación de fiambres alemanes muy completa. Todo se acompaña, de rigor, con alguna cerveza, y de postre, lo que sale es el strudel de manzana, con crema.

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