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Ferias y degustaciones. en BonVivir


Decálogo de consejos para visitar una feria de vinos.


Cada año se suman fechas al calendario vínico local. Ya sean ferias de productores como degustaciones que las bodegas impulsan en diferentes establecimientos gastronómicos, todo se convierte en una panacea para el enófilo. Quizás hayas asistido a alguno de estos eventos y si bien la consigna es pasar un momento agradable muchas veces las copas nos juegan una mala pasada y todo se convierte en un nefasto recuerdo. Por eso hoy desarrollamos este decálogo con nuestros consejos para que la próxima feria o degustación sea un paso más por los caminos del vino sin ningún tropezón.

Por más que parezcan divertidos, los eventos que tienen al vino o a cualquier otra bebida en rol protagónico, siempre merecen el mayor de los respetos. Desde que entramos hasta que salimos debemos mantenernos atentos ya que al menor descuido podemos estar cerca del bochorno.

Si siguen estos consejos les aseguramos que la pasarán súper, aprenderán mucho y podrán volver a casa fresquitos... eso si, en taxi.

No ir con auto propio. Este consejo va más allá de los controles de alcoholemia e intenta concientizar. Unas copas de vino le cambian la percepción y los reflejos a cualquiera. No hace falta tentar al destino para ver cuál es nuestro límite. Salir caminando y conseguir un taxi no es ninguna proeza, por lo tanto seamos responsables. Si bebimos, no conduzcamos.

Con la panza llena... No hace falta leer estas líneas para saber que el alcohol actúa diferente en un estomago vacío. No haber comido nada un par de horas antes de visitar una feria de vinos puede ser un error casi fatal. El alcohol se asimila de inmediato y como le gusta decir a la gente: "Se sube a la cabeza". Por lo tanto la recomendación número dos es comer antes de visitar estos eventos.

No tragar el vino es la clave. Por más que parezca asqueroso, la recomendación principal es escupir el vino. Cada expositor suele tener algún recipiente donde tirar el vino una vez que se lo ha probado. Para disfrutar de un buen vino con todos sus atributos organolépticos no es indispensable tragarlo, con sólo olerlo y mantenerlo unos segundos en el paladar, el vino se presenta tal cual es. Esta es la clave de todo profesional a la hora de catar muchas muestras y es algo muy valorado en el ámbito.

Beber agua. Hidratarse a medida que uno recorre una feria es otra recomendación. El hecho de ingerir agua sacia la sed y esto ayuda a la hora en que nos tentemos con beber más vino del que podemos soportar. Por otro lado, una feria insume al menos 3 horas en las que estamos caminando, algo sin dudas agotador, que sumado al alcohol puede ser un combo peligroso. El agua en este sentido es la aliada número uno.

No confiarse de la oferta gastronómica del evento. En este sentido no hablamos de desconfiar de la calidad de la comida sino que siempre la oferta es poca y la gente copa estos puestos que tardan mucho en atendernos. Entonces la solución es fácil: "Vuelvo en 5", pero durante esos 5 minutos aprovechamos para tomar alguna copita y después que esos minutos se convierten en media hora... ya está todo dicho.

Organizar un recorrido. Es ideal tener en claro qué queremos probar antes de comenzar la visita. Para esto lo mejor es conseguir un plano de la feria y trazar un recorrido. A nuestro paso aparecerán cientos de vinos para probar que no nos queremos perder y sin dudas nos distraeremos con más de uno. Pero si anotamos todo, lo más probable es que podamos cumplir nuestro objetivo de arranque.

Preguntar todo. Los eventos de vino son herramientas de comunicación utilizadas por la industria para llegar al consumidor, por lo tanto a no tener verg�enza a la hora de consultar y sacarse dudas. Quienes están a cargo de los stands tienen como tarea desasnarnos ante cualquier inquietud. Es más, en algunos casos se encontrarán con los enólogos o sommeliers, quienes están más que entrenados para improvisar una clase en cualquier ocasión.

Tomar nota. No sólo se deben tomar vinos en la feria, llevar un libreta de catas para apuntar cuáles fueron nuestros preferidos es el modo para acordarnos al día siguiente de todos. Por más que bebamos con precaución, tantas etiquetas marean a cualquiera.

Aprovechar la agenda del evento. Siempre hay carteleras que proponen degustaciones guiadas o presentaciones de productos exclusivos. Estos mini eventos suelen ser los más interesantes, ya que no se trata de estar parados con una copita en la mano esperando que nos sirvan un sorbo de vino sino escuchar de primera mano a los hacedores.

No elegir la inauguración ni el cierre. Siempre las ferias son más cómodas de recorrer a primera hora y los días menos populares. Muchos de estos eventos se convierten en una especie de after office los viernes o sábados por lo tanto visitarlos fuera de esas fechas es lo ideal.

Prestándole atención a estas recomendaciones, asistir a ferias y degustaciones se convertirá en una actividad más que entretenida para compartir con amigos y familiares. Mientras... a estar atentos a las presentaciones exclusivas para socios que en breve les comunicaremos.

*Miembro de la Asociación Argentina de Sommeliers (www.aasommeliers.com.ar)

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