ARGENTINA 5 lugares para disfrutar gastronomía de cocineras argentinas

Marchand de vinos premium

emprendedores CLUSTERS WINE SELECT Se fabricaban en Mendoza, pero no se conseguían. Son de bodegas chicas, pero con líneas de muy alta gama que se hacen para exportar. Gastón Blondel los hace llegar a restós y vinerías locales.

Por Paula Ancery para Clarín
Gastón Blondel se recibió de técnico hotelero y gastronómico en el Ateneo de Estudios Terciarios de Buenos Aires, justo en el año 2000. Era un momento interesante en la industria del vino, incluso a nivel internacional. Hoy parece natural que la bebida alcohólica de quienes están en sus veinte años sea la cerveza y la de quienes pasaron los 30 sea el vino, pero ésa es una “ola” que volvió con el cambio de siglo. Todo el mundo quiere pertenecer a una selecta minoría, y así llegaron a la vida cotidiana las grandes copas en que catan los connaisseurs.

Blondel, que también es miembro de la primera camada de sommeliers argentinos –estudió con Marina Beltrame, fundadora de la Escuela Argentina de Sommeliers– percibió este cambio y se dio cuenta de que “algo faltaba”: la figura del marchand, “el que trabaja con las marcas cuando la bodega no tiene el desarrollo o el volumen como para poder hacer marketing de sus etiquetas”.

Sí había venta directa y distribución. Pero muchas bodegas argentinas premium que por aquellos días recién arrancaban vendían sólo al exterior, porque los precios de sus productos los hacían prohibitivos para el mercado local. “Se me ocurrió formar una distribuidora de vinos de alta gama, que por entonces no había”, dice Blondel.

Lo que hoy es Clusters Wine Select arrancó en febrero de 2002 con él ofreciéndole a la bodega Dominio del Plata vender sus vinos localmente. “Los volúmenes eran muy chicos; así que no hice un contrato, sino un trato”, explica el emprendedor. “En vez de la compraventa tradicional, ellos me dejaban mercadería en consignación, yo la guardaba en mi garage y salía con un auto que había heredado de mi abuelo a contactar a los sommeliers y vinotecas que recién arrancaban, para ofrecer estos vinos de alta calidad que acá no se conocían, porque se producían en la Argentina, pero para exportarlos”.

Son bodegas que exportan de 80 a 90% de su producción, en torno de 300 mil y un millón de litros anuales. Se las considera pequeñas o medianas en comparación con Rutini, por ejemplo, que está en el orden de 9 millones de litros.

En 2004, Blondel incorporó a la bodega Sottano, una de cuyas etiquetas insignia es Judas. Hoy, en total, Clusters trabaja para ocho bodegas, entre ellas Viña Cobos, una de las mejor puntuadas internacionalmente –y de las que tienen precios más altos–, aunque en el país no sea masiva; y Riglos, ubicada en el Valle de Uco, que también exporta mucho y tiene puntajes internacionales muy altos.

Recientemente, Clusters tomó Cruzat, una bodega de capitales mayoritariamente chilenos –aunque está en Mendoza– que se dedica en exclusiva al espumante, y ultrapremium: su enólogo es Alejandro Martínez Rosell, quien creara la cava Rosell Boher. Clusters también trabaja con Ojo de Vino, una bodega orgánica de capital suizo (ubicada en Agrelo, Luján de Cuyo), para la cual Blondel maneja la marca Puro.

En la calle, Clusters es “como la cara” de las bodegas, si bien cada una tiene sus enólogos, con quienes Blondel está en contacto. “No es que levantamos el pedido y entregamos. Hacemos degustaciones y capacitaciones, vamos a las ferias como representantes. No sólo les hacemos distribución, sino también marketing y posicionamiento”, enumera el emprendedor. Y añade: “Además cumplo el rol de négociant: el que negocia la venta y el posicionamiento de la marca. Nos sentamos con el bodeguero y fijamos en conjunto el rango de precios de sus vinos, dependiendo de con quién compitan”.

Clusters llega a 500 clientes, entre restaurantes y vinotecas. Eso sí: no llega a bodegones, parrillas ni pizzerías de barrio. “No tenemos producto para ellos”, afirma.

Fuente: http://www.ieco.clarin.com/economia/Marchand-vinos-premium_0_1510049229.html

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