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Vinos biodinámicos: cuando el sabor y la pureza van de la mano

Son ecológicos, naturales y se adecuan a los ritmos de la naturaleza. Cada vez son más las bodegas que los producen. El sommelier Fabricio Portelli explica las diferencias con los tradicionalesPor esas cuestiones del destino, estos vinos están más allá de la moda, ya que tienen su origen en el origen mismo del vino. Los vinos biodinámicos -antes de ser vino- son sustentables, en el más amplio sentido de la palabra. Se elaboran combinando una agricultura orgánica o ecológica, adecuándola a los ritmos de la naturaleza. Pero algo que parece tan básico no es fácil de llevar a cabo en estos tiempos.


Por eso en la Argentina, aunque muchas lo intentan, son muy pocas las bodegas que llegan al mercado con sus vinos biodinámicos. Y menos aún, las que logran trascender en el tiempo. Al menos por ahora. Ser un vino biodinámico no lo hace mejor o menor respecto a la calidad comparado con otro, ya que esta se da por muchos otros factores. Por su parte, el vino argentino es muy natural, debido a que mayoritariamente proviene de zonas desérticas donde el uso de agroquímicos es ínfimo.

Por el contrario, en zonas donde abundan las precipitaciones, se hace imperioso curar las viñas para que las uvas puedan crecer sanas y salvas. Por ejempo, de los 1000 milímetros que necesita la vid anualmente, a lo sumo en la región donde más abundan en nuestro país, las lluvias llegan a 200 milímetros.

Luego, una vez que la uva llega a la bodega, allí solo se emplea anhídrido sulfuroso. Pero si la uva es de calidad y llega sana del viñedo, solo hará falta un mínimo aporte de este químico antes de ser embotellado el vino. Y si bien las cantidades son mínimas, esto no permite que el vino sea totalmente orgánico; y por consiguiente, tampoco biodinámico. Es decir que los vinos biodinámicos van un paso más allá, incluso de los orgánicos. Primero es el hombre el que debe estar convencido. Porque los esfuerzos se van a multiplicar para poder mantener la biodiversidad del lugar.

Por las dificultados que conllevan, siempre serán minoría más allá de sus atributos y significados. Sin embargo, sirven para marcar un camino que abre el juego y promueve la diversidad de una bebida tan deseada y consumida como el vino, en donde se consolida -una vez más- como la bebida más versátil y natural del mundo. Es fundamental que viñedo sea orgánico, es decir, que no se deben utilizar productos agroquímicos para tratarlo. Si aparece una plaga o una enfermedad, la cura deberá salir del mismo ecosistema.
Luego de degustar muchos vinos de este tipo, se alcanza a notar algo diferente: la pureza.

Pero en un buen viñedo biodinámico, el lema "prevenir es mejor que curar" se materializa. Porque una planta robusta y con todos los nutrientes naturales necesarios, le puede hacer frente hasta al mal mayor. Con la poda, durante el invierno en nuestro país, comienza el preparado del compos orgánico; sin aditivos químicos para no alterar físicamente ninguno de los elementos naturales que participan. Los orujos de las uvas, hojas secas, guano de animal (alimentado en forma natural), todo eso se mezcla al aire libre. Se tapa y se deja fermentar capa por capa, para que vaya madurando.

Lo interesante es saber que un vino biodinámico puede ser más longevo que los demás, ya que su equilibrio natural le permite evolucionar fuerte y sano. Para un bodeguero o enólogo, es un camino para llegar a un equilibrio entre la naturaleza y lo que pretende de su vino. Para las fermentaciones se usan las levaduras indígenas que crecen en el mismo viñedo, y las vinificaciones son lo más natural posible, casi sin intervención del hombre. Movimientos por gravedad, y la tecnología más puesta en el control de la temperatura que en maquinarias.

Cinco vinos biodinámicos para conocer:

Doña Silvina Reserva Malbec 2014 - Bodega Krontiras, Agrelo, Mendoza

Hay un cambio de estilo a partir de esta cosecha, y la fruta toma las riendas desde el vamos. De aromas modernos y apoyados en las frutas de baya, su paso es fresco. De buen volumen y con sus taninos bien incipientes, signos de su juventud. Agradable frescura y expresión de Malbec, con buen potencial de guarda.

Precio: $270.

Mainqué Rosé 2014 - Bodega Chacra, Mainqué, Río Negro

Nacido para celebrar en forma casual entre los que hacen Chacra, y también compartir con los amigos que se acercaban a la fortaleza natural de Piero en el corazón del Alto Valle, este rosado de excepción llega al mercado. Tan pretencioso como preciso, es todo lo que un vino así debe ser; y mucho más. Porque no deja de ser informal y de trago muy agradable, pero a la vez con mucho equilibrio y carácter. Su tipicidad se nota por los aromas y sabores bien definidos, pero también por una textura vivaz y delicada. Un rosado con estilo propio como pocos, no sólo en la Argentina sino en el mundo.

Precio: $290.

J Alberto 2014 - Bodega Noemía, Mainqué, Río Negro $450

Con un toque (sólo 5 %) de Merlot, este Malbec se muestra delicado y equilibrado. Con vivacidad, carnoso y joven. Muy agradable de beber. Porque si bien es un Malbec austero, su paso por boca es puro y generoso en texturas y frescuras. La delicadeza domina el paladar y su final de boca es persistente y armónico.

Precio: $450.

Chacra 55 2013 - Bodega Chacra, Mainqué, Río Negro

Es difícil destacar algo por sobre el resto en un vino así, porque todo está muy integrado. No obstante la limpieza y pureza de la fruta es destacable. Una pureza que se siente muy amable y bien frutal, con cierta tensión y taninos firmes, siempre dentro de la órbita del Pinot Noir; es decir suavemente tenaces. Su expresión es muy nítida y por eso su tipicidad inconfundible. Su final fresco y persistente invita a otro trago. Con el tiempo, la fruta se irá amalgamando con el lado más terrenal del vino.

Precio: $830.

Noemía 2013 - Bodega Noemía, Mainqué, Río Negro

Muy delicado, sólo falta que la madera deje de ser algo protagonista. Armónico y prolijo, con ese carácter donde la fruta va detrás del terroir. Un vino que a cada trago dice algo, expresivo, con cuerpo y con tensión. Completo, no exagera, y su persistencia es diferente. Una tipicidad que no se le puede atribuir sólo al Malbec, por su sentido de lugar. Claro que falta mucho para que se exprese en plenitud. Por eso mejor dejarlo en la cava y disfrutarlo entre 2017 y 2025.

Precio: $1200

Por Fabricio Portelli / @FabriPortelli
Fuente: http://www.infobae.com/2015/08/08/1746871-vinos-biodinamicos-cuando-el-sabor-y-la-pureza-van-la-mano

 

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