Coleccionistas se interesan por grandes vinos argentinos

Así describe la tendencia Wines of Argentina. Desde la entidad señalan que se está comenzando a invertir en malbec y tintos de corte Los coleccionistas de vinos son gente exigente: no compran una botella para atesorar en sus cavas hasta que no están completamente seguros de que la inversión rendirá. Y rendir, en la lengua de ellos, es esperar que esa botella sea deseada por otros en algún momento, destaca un artículo publicado en la página de Wines of Argentina.

Desde el blog de la entidad señalan que "hasta ahora, ese deseo lo satisfacían con prestigiosas botellas europeas o raros vinos californianos, que gozan del prestigio de la historia. Sin embargo, en los últimos años, también algunos vinos argentinos entraron en esa lógica. A eso se refiere el crítico norteamericano James Suckling cuando escribe que "varios coleccionistas comienzan a invertir en malbec y tintos de corte argentinos. Son vinos con gran potencial y ofrecen un buen acuerdo en precio", comparados con otras opciones del mercado global".

Hasta el momento, el principal driver de atracción está en los malbec de alta gama. Ahí, casos como Viña Cobos, Achával Ferrer y Catena Zapata tienen demanda. No son los únicos. Por el contrario, empujados por el malbec, lo interesante de esta moda es que se abre a otras variedades. Pero ¿qué vinos son los ideales?

En plan de armar una cava de coleccionables argentinos, mencionaremos algunos para tener en mente.

Malbec
Gracias a los matices frutales y complejos y a un paladar aterciopelado, algunos ejemplares de la variedad consiguieron altos puntajes de renombrados wine gurúes. Así, Viña Cobos, Achával Ferrer y Catena Zapata abren las puertas de las colecciones más sofisticadas -nutridas por subastas como Acker Merrall & Condit en Estados Unidos- y de las cartas de importantes restaurantes.

Y, una vez abiertas las puertas de las cavas prestigiosas, otros vinos se suman al ámbito de los malbec coleccionables, como Yacochuya 2010, elaborado por Michel Rolland en los viñedos salteños; Noemía 2013, creación del winemaker Hans Vinding-Diers a partir de un antiguo viñedo patagónico; y Lindaflor La Violeta 2008, del enólogo Marcelo Pelleriti, elaborado a la manera que produce su Chateau La Violette en Pomerol. Entre ellos, hoy completan la paleta de los vinos pedidos por los coleccionistas.

Bonarda
Recientemente clasificada como Corbeau Noir, la Bonarda argentina ofrece un buen potencial de guarda, poco conocido por el gran consumo, potencial del que dan cuenta las escasas botellas aún disponibles del Nieto Senetiner Bonarda Edición Limitada 2000.

Aún en perfecto estado, con delicado trazo herbal y de frutas secas, estas botellas abrieron la puerta de la alta gama a una cepa otrora destinada a vinos diarios, de perfil frutal y balsámico cuando joven, los más complejos y robustos -como Gran Dante 2010, de Bodega Robino; Colonia Las Liebres Reserva 2011, de Altos Las Hormigas-.

Fuente: http://www.losandes.com.ar/article/coleccionistas-se-interesan-por-grandes-vinos-argentinos

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