Los titulares de establecimientos afirman que los altos costos del trámite impactaron fuerte. Desde el INV aseguran que la crisis por la que atraviesa el sector no influyó. La brecha entre las bodegas chicas y grandes, se profundiza.



Es que sumado a los ya conocidos problemas de rentabilidad, ahora varias bodegas pequeñas están ralentizado la implantación de normas de calidad, mientras otras que enfrentan problemas financieros están dejando caer sus certificaciones.

"A las bodegas más chiquitas les está costando mantener las certificaciones que tienen. De hecho, algunas nos plantean que no pueden mantener los costos de las auditorías o del personal que se requiere. Es una situación compleja ya que muchas veces el producto que elabora esta bodega luego es vendido a las más grandes", comentó Gabriela Puchol, de la empresa DNV GL.

"No obstante -agregó-, la situación de los establecimientos grandes es diametralmente opuesta y en estas épocas de crisis es cuando más trabajan sobre la implementación de normas que, a la larga, se van a terminar traduciendo en mayor eficiencia y se trasladan a la rentabilidad de la empresa".

Por su parte, Luis Sarmiento López consultor de la empresa ISO 9000 Plus Argentina, indicó que "hace un par de años el tema certificaciones tuvo un boom, con muchas bodegas que entendían los beneficios de acceder a este tipo de normas pero hoy esa intensidad ha decaído por los costos que genera la implementación del sistema para luego certificar. Las grandes continúan trabajando bien, pero es cierto que el mercado se ha restringido en los últimos años".

Para Sarmiento López las empresas que finalmente consiguen sus certificaciones quieren mantenerlas, aun cuando se haga difícil.
Gustavo Nudel, Director de Certificación de Bureau Véritas Argentina, sostuvo que "la certificación de estándares específicos de la industria ha presentado una reducción respecto de años anteriores".

Sin embargo, Nudel estimó que  el requerimiento de certificaciones de sistemas de gestión en bodegas y destilerías se ha mantenido estable durante los últimos tres años.

Blanco y negro
Principalmente las bodegas exportadoras son que las que están a la cabeza de este proceso ya que, dependiendo de los mercados, ciertas normas de inocuidad alimentaria, seguridad laboral y medio ambiente, son requeridas por los puntos de destino.

"Las normas certificadas por la mayoría de las empresas que exportan vino son: ISO 9001, 14001, 18001 y 22000. Los establecimientos que ya las han logrado las mantienen.

Tenemos bodegas que están en etapas muy preliminares y otras que colocan sus productos en el exterior que están a la vanguardia", dijo Luis Romito, Coordinador de la Comisión de Sustentabilidad de Bodegas de Argentina quien desarrolló, junto con un equipo técnico, el Protocolo de Autoevaluación de Sustentabilidad Vitivinícola, el cual es una herramienta de vanguardia para la vitivinicultura.

Para Romito existe una ralentización en este segmento como consecuencia de la crisis que atraviesa el sector vitivinícola. "Estamos hablando de algo muy menor. Hay bodegas certificando BPM, hay otras que se encuentran trabajando sobre certificaciones biodinámicas, orgánicas, fair trade. Es algo muy variado, es decir que se está trabajando muy bien sobre este tema", sostuvo.

Patricia García, de certificadora Letis, afirmó que en el caso de las certificaciones para vinos orgánicos la demanda se mantiene ya que se trata de otro tipo de producto diferencial.

"No podemos decir que se trata de una demanda constante pero nuestros clientes nos piden más certificaciones y nuevos clientes están solicitando otras. La crisis ha pegado menos en los orgánicos que en los productos tradicionales, porque no fundamentan sus ventas en el precio sino en su calidad".

Bodegas bajo la lupa
Aun sin exigir la certificación de normas específicas en Argentina, el Instituto Nacional de Vitivinicultura obliga a las bodegas a cumplir con ciertas normas básicas de manufactura.

Desde el organismo indicaron que tienen en todo el país a unas 50 bodegas bajo la lupa por incumplir algunas de estas prácticas.
"Nosotros no exigimos ningún tipo de certificación. Lo que sí estamos exigiendo es el cumplimiento de la normativa de estándares de calidad que establece la norma Mercosur que data de 1996. Nuestros inspectores están haciendo relevamientos y tenemos un tablero de control de cumplimiento.

Allí detectamos unas 50 bodegas y dentro de ese grupo unas 15 que no logran los requisitos imprescindibles requeridos", indicó Guillermo García, presidente del Instituto Nacional de Vitivinicultura.

Para García, con la crisis de vitivinicultura, esta situación no se ha agravado sino que se ha mantenido igual. "No notamos un avance ni un retroceso en estas bodegas chicas, que no llegan a cumplir con los requerimientos".

Huella de carbono, ¿un tema pendiente?
Un informe del Ministerio de Agricultura de la Nación, publicado por el Observatorio Vitivinícola Argentino, sostiene que la Huella de Carbono (HC) contabiliza las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) que se generan durante todo su ciclo de vida, es decir, desde la obtención de materia prima, procesamiento, transporte, uso del producto y gestión de fin de vida.

Las demandas de Huella de Carbono son impulsadas por países desarrollados de manera unilateral y bajo el argumento de la protección ambiental.

En este sentido, durante su estadía en Argentina, la periodista especializada Jancis Robinson sostuvo que "el error más importante de Argentina está en el uso de botellas muy pesadas. Eso es una gran vergüenza para Argentina como mensaje sobre la importancia de la sustentabilidad del planeta".

Su comentario describe parte de los requerimientos que se hacen a los vinos argentinos para entrar en el Reino Unido.

"En Europa, tanto en el Reino Unido como en Francia principalmente, los compradores, como Tesco, te exigen que brindes datos sobre la huella de carbono de tu producto. En Argentina hace unos años fue un boom medir la huella de carbono. De hecho, nosotros fuimos los primeros que lo logramos con un vino, pero creo que ahora se ha estancado ese proceso", dijo Rubén Cairo, gerente de Calidad del laboratorio de Alex Stewart

Fuente: http://www.losandes.com.ar/ 

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