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Bodegas asfixiadas ante la presión fiscal


Argentina es uno de los países con mayor presión tributaria. Según estudios privados, en 2013 finalizó en el 35% del PBI. IVA, ingresos brutos e impuestos al débito representan más del 27% del costo final del vino. De este modo es que los gravámenes nacionales y provinciales pegan fuertemente en los costos y la rentabilidad final.


Argentina es hoy uno de los países con mayor presión fiscal de América Latina, incluso por encima de países desarrollados. Según cifras oficiales, la Argentina tenía a fines de 2012 una presión tributaria de 37,3%, frente al promedio de 20,7% de América latina y de 34,1% de los países de la OCDE "Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos).

Mediante la creación de nuevos impuestos, la recaudación nacional, provincial y municipal pasó de representar un 23% del Producto Bruto Interno (PBI) en 2001, al 35% en 2013.

Esto, indudablemente, repercute fuertemente a la industria del vino. Gravámenes nacionales como el impuesto a las ganancias, IVA, retención a las exportaciones, impuesto bancario, el del cheque, y dentro de los provinciales, podemos encontrar los ingresos brutos, impuesto a los sellos, inmobiliario, automotor, para detallar algunos, son los que hoy afectan al sector.

En diálogo con Día a Día del Vino, Gustavo Reyes, Economista Jefe del IERAL de Fundación Mediterránea a cargo de la Filial, Cuyo, comentó que en los últimos años el porcentaje que recauda el estado en impuestos es muy alto, y a medida que ha pasado el tiempo se fueron agregando nuevos impuestos, retenciones, impuesto bancario, entre otros. Esto, a su vez, hay que agregarle todos los aumentos a causa de la inflación y por supuesto, repercute sobre el precio final del vino. Además, agregó que "si estos altos impuestoy la recaudación del estado alcanzarán sería un gran beneficio para todos, pero esto lejos está de darse a pesar de los aumentos". Este sistema, deteriora los sueldos, el poder adquisitivo, el poder de comrpa, e indudablemente, un costo altísimo para las empresas."Viendo el lado positivo -analizó Reyes- hay que destacar que la evasión impositiva en Argentina ha bajado".

La visión de las bodegas


Jean Poccard CEO de Valentin Bianchi señaló que la presión fiscal-tributaria genera a la empresa una gran tarea administrativa y obliga a inversiones en sistemas para poder manejar y administrar el tema impositivo. "Al mismo tiempo los entes gubernamentales buscan una mayor recaudación a través del aumento de los hechos imponibles, lo cual termina impactando en el resultado de la empresa. Todo esto se resume en mayores costos".

A su vez, el directivo indicó que "no puede dejar de mencionar el impacto de la presión impositiva sobre el salario de nuestros empleados. Producto del congelamiento de los mínimos no imponibles ven sensiblemente deteriorado su poder de compra, a pesar del enorme esfuerzo de la empresa por mantener el poder adquisitivo de los salarios en el escenario inflacionario que estamos atravesando. Esto atenta directamente contra el consumo que es en definitiva el motor de la economía".

En relación al porcentaje que estos gravámenes representan en el costo final del vino, Poccard manifestó que sobre el precio de góndola de un vino envasado, sin entrar en un análisis muy profundo del tema, sólo tres conceptos: IVA, ingresos brutos e impuestos al débito representa más del 27%.

A su vez, Eugenio C. Oliveri, Gerente de Administración y Finanzas de bodega Norton, asentó la situación actual de la presión fiscal, tanto Municipal, Provincial y Nacional. De este modo detalló que "por un lado hay municipios en distintas jurisdicciones del país que cobran tasa de salud e higiene y son montos del 1,5% o 2%, una barbaridad sin contraprestación real. La cobran como tasa pero en realidad es un impuesto. Los fiscos provinciales, en el caso de Mendoza nuestra alícuota de Ingresos Brutos que actualmente es del 1%, si bien es baja respecto a otras actividades, antes teníamos alícuota CERO. Por tratarse de una actividad económica que busca fomentar y desarrollar más, teniendo en cuenta la importancia que tiene los cultivos en una zona tan desértica como Mendoza".

Asimismo, Gonzalo Capelli, gerente de Administración y Finanzas de Bodegas Foster /Lorca indicó que la presión tributaria afecta en los márgenes. Resalta que no hay que olvidar que estos impuestos nacen de leyes, "y entiendo que no se discuten y se tienen que pagar. El problema que tenemos es la violencia institucional, ya que estamos trabajando en un país que por llevar el mote de exportador es muy difícil. El recupero de IVA, cada día con mas exigencias y trabas sin sentidos que lo único que logran es dilatar tiempos. Los reintegros a los derechos de exportación, otro camino muy largo a recorrer ya que entran muchos factores a cumplimentar, y por uno sólo no cumplido la empresa queda bloqueada por todo. En los dos casos son notas, tiempos y una carga administrativa incuantificable sin soluciones ni procesos concretos. Es por esto que siento que no tenemos presión tributaria, lo que hoy tenemos es una violencia institucional".

Por otro lado, añadió que partiendo de que "el margen bruto económico que se trabaja es de un 35%, el mismo se degrada en un 18.5% en la parte financiera entre el IVA Crédito y los derechos de exportación. De este modo, es que la única solución se llama Voluntad Política".

"Las bodegas -continúo Oliveri- que vendemos en todo el país, debemos soportar retenciones de Ingresos Brutos que exceden ampliamente la carga impositiva en otras jurisdicciones, lo que nos genera saldos inmovilizados (no se pueden disponer) muy importantes, y las gestiones de certificados de no retención, son trámites largos, burocráticos y nunca te devuelven, a lo sumo no te retienen por un periodo de 6 meses y otra vez lo mismo. Esto es muy costoso e injusto para las empresas del sector". Es así, que sumó que los impuestos distorsivos de los débitos y créditos, fomentan la actividad informal, mientras aquellas que trabajan con depositar la recaudación y sacar los pagos con cheques, "el monto que se tributa por este concepto es millonario".

Asimismo, señaló que en el IVA, cuando la exportación es importante, se generan saldos a favor que en épocas de inflación como la actual. "Nos hacen perder poder adquisitivo y posibilidades de inversión. Hay que hacer las gestiones de devolución que son engorrosas y siempre para compensar otros impuestos, pues si se espera cobrar, la verdad que la pérdida es muy grande".

Además, Poccard aclaró que la presión impositiva es la consecuencia de un estado demandante, con lo cual la única solución que se me ocurre es que el estado tenga una actitud más racional y reduzca sensiblemente su presupuesto, lo cual creo que no es una solución políticamente correcta. Desde el punto de vista de los ingresos, apoyar la industria para genera más ingresos, sin aumentar los gastos, podría constituir una solución de largo plazo. Finalmente aumentar la base de contribuyentes, es decir un mayor control frente a la evasión, podría se tal vez una forma de atenuar la carga sobre los contribuyentes actuales".

¿Hay alguna solución posible? Obviamente que muchas alternativas no quedan, pero Oliveri explicó que "una administración estatal eficiente que administrara los recursos de forma tal que sus egresos se relacionen con sus ingresos, y de este modo no se generen saldos que exceden lo que una empresa debe pagar, lo hará más simple. Hoy Municipal, Provincial y Nacional es sumamente engorroso y exige administraciones en la empresas para llevarlo adecuadamente y no exponerse a sanciones o multas. Por último instaurar regímenes impositivos que fomenten la inversión privada, de una forma que la inversión se tome en parte o todo a cuenta de los  impuestos. Existen en el mundo muchas experiencias e incluso en Mendoza hace unos años, de esa forma realmente se fomenta la inversión productiva, se da empleo y se activa la economía".

Finalmente, desde Bodegas de Argentina, Juan Carlos Pina asentó que esta situación preocupa por sobremanera a las empresas del sector y la entidad ha hecho diversas tratativas para que la presión fiscal no recaiga tan duramente sobre las empresas, pero "la respuesta por parte del Gobierno ha sido nula". Indudablemente, añadió "que con esta falta de diálogo nos da a entender que para el Estado la vitivinicultura no general una economía regional importante".   

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