ARGENTINA 5 lugares para disfrutar gastronomía de cocineras argentinas

5 Platos de Invierno para la Cocina Hogareña.


Llegó el frío y empieza la temporada de platos calientes y calóricos. 

Hay una especie de ley tácita que prohíbe las dietas en invierno. Todo lo que queremos es comer rico y calórico, para reponernos del frío que ya conquistó las calles. A continuación, algunas sugerencias para innovar en recetas sencillas y sabrosas.Todas las preparaciones rinden para dos personas.

Polenta con tapenade y oliva al romero
En una noche fría, un plato de polenta equivale a llevarse una estufa a la cama. Y lo mejor es que podés tenerlo listo en 10 minutos. Para esta receta, además de polenta necesitás un tapenade de olivas negras (hay variedad en el supermercado) y queso cremoso. El primer paso es rehogar un diente de ajo en un hilo de oliva a fuego muy suave. Después, agregar una taza y media de leche y, cuando rompa el hervor, añadir sal a gusto y la polenta en forma de lluvia, sin dejar de revolver, hasta que tome cuerpo. Ahí apagás el fuego y emplatás: a cada porción le sumás dos láminas de queso, una cucharada de tapenade y un círculo de aceite de oliva extra virgen. Una delicia rápida y calórica.

Pollo al vino blanco con oliva al limón
Esta es una buena receta para sumar sabor a los desabridos pollos que a veces conseguimos. En una asadera, disponé unas cebollas cortadas en rodajas finitas y cubrilas con dos cucharadas de aceite de oliva virgen extra La Toscana saborizado al limón. Luego, tomá dos pata-muslo con piel (pueden ser pechugas, también) y ubicalas encima. Agregá sal a gusto, una taza de vino blanco, una cucharada de salsa de soja y colocá todo en el horno, a fuego fuerte. A la media hora, tenés que volver a rociar el pollo con una mezcla de oliva y soja, procurando añadir un poco más de vino (tiene que estar tibio si no querés romper la asadera). Cociná todo durante media hora más, hasta que la carne del pollo esté a punto. Retirá las piezas y procesá el fondo de cocción con la minipimer para hacerlo salsa (si queda muy espesa, podés diluirla con caldo o agua). Para acompañar, unas papas hervidas. Serví el pollo cubierto con la salsa y las papas con una pizca de pimentón.

Risotto con ossobuco y oliva al orégano
Primero lo primero: todo risotto es laborioso, así que date el gusto de hacer esta receta un día que tengas tiempo. Empezá sellando el ossobuco en una sartén con un chorrito de oliva al romero y reservalo. Rehogá una cebolla y un diente de ajo. Luego, sumá el ossobuco junto a una taza y media de caldo, una copa de vino tinto y una cucharada de extracto de tomate. Se tiene que cocinar a fuego medio durante una hora y media, hasta que la carne esté fibrosa y se deshaga. En ese tiempo, cortá un puerro y saltealo en una olla con un dado de manteca. Adicioná sal, dos hebras de azafrán, una taza de agua y dos tazas de arroz. Revolvé y completá la mezcla con un caldo caliente. Cuando el arroz esté al dente –blando por fuera, duro por dentro–, solo falta añadir un dado de manteca para que quede cremoso. Servilo junto al ossobuco y rociá el plato con dos vueltas de aceite de oliva virgen extra.

Sopa crema de remolacha y zanahoria con oliva al ajo
Si querés lucirte con un plato colorido, herví dos remolachas con piel durante una hora y media. Mientras tanto, cortá dos zanahorias en láminas y hervilas unos 10 minutos junto a un ají picante o pimienta de Cayena; reservá el caldo resultante. Luego, mezclá los dos vegetales en una licuadora y agregales un chorro de aceite de oliva virgen extra La Toscana saborizado al ajo, dos cucharadas de queso crema y una cucharadita de miel, además del caldo de las zanahorias. Como resultado, tendrás un jugo bien licuado y violeta. Serví y disfrutá.

Guiso de lentejas con oliva al ají
En invierno, pocas comidas son más deliciosas que un buen guiso de lentejas. Si pensás que elaborarlo lleva demasiado tiempo, estás equivocado. Es muy sencillo. Primero, rehogá una cebolla chica y medio morrón rojo. Cuando estén cocidos, agregá dos latas de lentejas, 50 gramos de panceta salada o ahumada, medio chorizo colorado, una hoja de laurel y una cucharada de sal. Dejá que se cocinen los ingredientes entre 15 y 20 minutos. Mientras, cortá una papa en dados, hervilos e incorporalos a las lentejas unos minutos antes de apagar el fuego. El resultado tiene que reposar durante 10 minutos para que se amalgamen los sabores. Y listo. 

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