"El consumidor quiere pagar un sentido de origen por un vino"

Marcelo Retamal, enólogo de Viña de Martino (Chile) será uno de los jurados en el próximo Argentina Wine Awards. En esta nota habla del Malbec, la importancia del origen en un vino y el futuro del Nuevo Mundo.
Gabriela Malizia
gmalizia@areadelvino.com

En este concurso organizado por la Coviar y Wines of Argentina y operado por Área del Vino, todos los jurados internacionales serán enólogos, técnicos de distintas partes del mundo. La charla con Marcelo Retamal, reconocido enólogo chileno, fue de gran utilidad para explorar qué buscarán los técnicos en las más de 700 muestras que probarán durante el próximo AWA 2012.
¿Qué visión tiene un enólogo al juzgar un vino o qué busca usted en un vino para puntuarlo?

En realidad, los puntajes no son otra cosa que números que permiten, en la medida que sean altos, ayudar a construir una marca y a generar valor y prestigio en una botella y por ende, ayudar en la comercialización. Los diferentes actores que trabajamos en esta industria, claramente tenemos diferentes maneras de evaluar un vino. Es más, es claro que entre los periodistas que son los que por definición ponen puntajes, no existe ninguna relación entre los puntales asignados por uno u por otro. Si ves lo que premia Parker y lo que premia Tim Atkin en Inglaterra, no hay mucha concordancia. Más bien son casi opuestos. Si a Parker por definición se lo asocia a los vinos grandes, maduros y con madera, a Atkin lo defino como alguien que quiere lo opuesto, frescor, bajo alcohol, poca madera y sobre todo, un sentido de origen marcado.

Con respecto a que puede premiar un enólogo al puntuar, tampoco hay reglas, tal vez habrá algunos que puntúen la perfección técnica en la elaboración del vino, otros el prestigio de la etiqueta, la marca o el terroir de origen.

En mi caso es simple, yo premio siempre que el vino tenga un sentido de origen, que escape a la estandarización de los vinos actuales, no busco la perfección, creo que en la imperfección a veces aparecen vinos mucho mejores y más distintivos. El frescor, el equilibrio, la madera justa si es que la tiene. Es un sentido de origen lo que el consumidor quiere al pagar por un vino en cualquier nivel de precio. Si pruebas un Poulsar de Jura, vale 7 euros la botella. Grandes vinos hay aquí y encuentras esa tipicidad de los vinos del Jura, claro eso lo premio fuerte. Si voy a Mendoza, claramente quiero sentir las particularidades de cada zona y sub zona de Mendoza.

- ¿Qué opina del Malbec argentino?

En primer lugar creo que Argentina ha elegido una gran cepa como bandera, es una que se adapta a muchas situaciones. En un gran terroir entregará un gran vino y en un terroir no tan bueno, igual el vino será de una calidad aceptable. El Malbec es claramente mucho menos acusador que el Cabernet Sauvignon.

Con respecto a los Malbec, creo que al igual que en todo el mundo, no se puede hablar del Malbec argentino, hay muchos lugares, tendencias, estilos. Lo que hace mi gran amigo Alejandro Vigil en Catena no se parece a los vinos de Achaval Ferrer, a los de Bodegas López o a los Malbec de bodegas del Fin del Mundo. Cada uno tiene algo particular. Espero hacerme una impresión más precisa con el concurso, hoy no soy un experto de Malbec de Argentina. Ahora, si hay algo en lo que coinciden muchas personas de la industria con las que he hablado (ya pensando en la invitación que me han hecho al concurso y que por lo demás agradezco), es que asociarse tan fuerte a una cepa tiene beneficios, como los que están gozando hoy en Estados Unidos con un gran trabajo de marketing y calidad en sus vinos. Sin embargo, también tiene costos, ya que tal como me decía un periodista en NYC el año pasado, si aparece en el mercado norteamericano un Malbec argentino en botella de litro y  medio a U$S 8,99, la marca Malbec puede caer fuerte y con ello la categoría argentina.

Claramente, el Malbec es un gran apoyo, sin embargo, desde mi punto de vista, el éxito de largo plazo va a ser que los compradores de vino ya puedan reconocer zonas particulares asociadas a Malbec y que les asignen valor y otras zonas en las cuales se destaquen otras cepas como el Chardonnay, Pinot Noir, Cabernet Sauvignon, Touriga Nacional u otras.

En Chile, hace algunos años pensábamos que si muy poca gente conocía el país, hablar de Cabernet Sauvignon de Maipo no significaba nada. Sin embargo, los compradores de vino que llegan cada año a Chile y que en definitiva definen qué va a tomar cada uno de los consumidores en sus países de destino, ya lo premian, lo valoran y lo prefieren por sobre otros valles.

Si hasta hace unos 5 años atrás yo pensaba que para los vinos Sauvignon blanc de U$S 9,99 en EEUU la D.O importaba poco, hoy, si no tienes las D.O. Casablanca, Limarí, Leyda o San Antonio, sencillamente no vendes.

- En Chile están haciendo muy buenos Malbec también. ¿Qué diferencias encuentra entre uno y otro terroir?

Esa respuesta te la podré dar después del concurso. Hoy me declaro incompetente, he probado algunos Malbec argentinos, pero claramente no es una muestra lo suficientemente representativa.

- ¿Qué espera encontrar en este concurso?

Catar 600 vinos Argentinos es una gran oportunidad de poder entender y apreciar los vinos de su país, pero además me interesa conocer la gente que hay en la industria argentina. Detrás de grandes vinos siempre hay un ser humano y los grandes vinos los hacen las personas grandes que normalmente tienen niveles de sensibilidad más altos que el promedio.

- Chile y Argentina suelen ser competidores, pero también colegas en cuanto a posicionar productos en un mundo difícil como el del vino. ¿Qué diría de los vinos del Nuevo Mundo hoy?

Hoy hay una necesidad de hacer esta industria rentable, al igual que en Chile y el mundo y me imagino Argentina no escapa a esta realidad, éste es el gran tema. Los costos suben cada día, la energía, los insumos enológicos, la mano de obra.  Las uvas cada día son más costosas y los márgenes obligan a las viñas a subir los precios de sus botellas, perdiendo obviamente cuotas de mercado en este paso.

Creo que el Nuevo Mundo se ha asociado, a excepción de Nueva Zelanda, a vinos "best value", en que el denominador común en estilo, especialmente en los tintos, es que tengan dulzor en la boca, generado muchas veces por el alcohol y sus cosechas extremadamente tardías, muchas veces con gran cantidad de pasas, los gustos y aromas de madera y la suavidad de sus taninos.

Para mí, hoy se ha llegado a un punto de inflexión, en el cual los compradores y periodistas influyentes ya están pidiendo un cambio orientado a producir vinos más gastronómicos, con un mayor sentido de origen, con cantidades prudentes de madera, más frescos. Quieren comprar un Malbec de Mendoza, único, irreproducible e identificable.
Este cambio se viene más rápido de lo que se percibe. Los que puedan adaptarse rápido, claramente serán los beneficiados y creo que tendrán más opciones en tener precios que permitan tener una buena rentabilidad en este negocio. Todo esto requiere una enología de sintonía muy fina en la cual no bastará con sacar pocos kilos por planta en un viñedo viejo de una zona prestigiada y con una cosecha supertardía. Ésta es una enología que requiere un esfuerzo mucho mayor.

Perfil

  • Tiene 43 años y es uno de los enólogos más reconocidos y prestigiosos de su generación.
  • Es enólogo principal de Viña De Martino en el Valle del Maipo.
  • Fue protagonista del innovador lanzamiento del primer vino producido, etiquetado y exportado como Carmenère.
  • Su Single Vineyard Carmenère fue elegido como el mejor vino de Chile durante dos años consecutivos por la Guía de Vinos de Chile.
  • Recibió en dos ocasiones el premio "Mejor Enólogo del Año", otorgado por la prestigiosa Guía de Vinos de Chile y por el Círculo de Cronistas Gastronómicos de Chile.
  • En 2011 fue seleccionado por la prestigiosa revista La CAV como una de las 10 personalidades más influyentes de la industria vitivinícola chilena

 

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